martes, 6 de junio de 2023

CREADOS A SU IMAGEN Y SEMEJANZA

Nuestra fe nos dice: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y nuestra semejanza, para que domine sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados y sobre todas las bestias de la tierra y sobre cuantos animales se muevan sobre ella.” (Gen 1,27). Y el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios.

¿Eso que significa? Significa que el hombre tiene la esencia de la Naturaleza de Dios, impronta de Dios en su alma. Una sustancia espiritual que le asemeja a su Padre Dios. Es pues su criatura. Y se nota claramente en su manera de ser, de actuar y de moverse. El hombre siente deseos de amar, de relacionarse, de darse gratuitamente por amor. El hombre busca el bien, ama el bien y la verdad y en esa libertad experimenta la libertad. Se siente libre cuando su vida está y va en busca de la verdad.

Por tanto, nuestra naturaleza humana es inamovible, no cambia. Es eterna semejante a la de nuestro Padre Dios. Él no pasa. Es el mismo hoy, ayer y siempre. También esa alma espiritual que asemeja al hombre a su Padre Dios. Un alma que respira verdad y libertad. Una libertad que le mueve a buscar el bien y la justicia. Una verdad única inamovible. No se entendería una verdad cambiable. La verdad es siempre verdad y si deja de ser verdad sería mentira.

Si la verdad es vida y derecho a la vida. Nunca puede ser aborto y derecho a abortar. Ese aparente derecho está escondido en la mentira y en la rebeldía del pensamiento ideológico creado por aquellos que reniegan de su pensamiento tradicional apartándose de su semejanza con su Creador. Porque nuestra tradición nos enseña que hemos sido creados para amar y amarnos. Y eso no es sino buscar el bien de todos, sean de la condición que sean. Para eso entregó su Vida nuestro Señor Jesús.

Nuestra verdad, así como libertad no puede cambiar ni ser movible. Sería nefasto, como de forma diáfana comenta Juan Manuel de Prada en su libro: «Una enmienda a la totalidad» que, de paso, invito a que lean. La libertad está ligada e implícita a la verdad de las cosas: pensamiento tradicional. Una cosa que no sea verdad no puede ser elegida libremente. Si así fuera estaríamos hablando de imposición, engaño, mentira, falsa, soborno, manipulación…etc.

¿Y qué está pasando hoy en la actualidad? Miremos a nuestro derredor y observemos. No nos quedemos quieto. Estamos siendo engañados y sometidos a las ideologías que vienen de muchas partes, incluso también por intereses de la derecho aparentemente más suave. El pecado hace estragos. Hay que saber elegir muy bien. El dato que nos puede ayudar es que nuestra Naturaleza humana es inamovible. Lo que hoy es verdad no puede mañana ser mentira.

La libertad humana es un movimiento. ¡Sí, así es!, pero un movimiento que hay que saber dirigir hacia dónde queremos ir. ¡Y eso está claro, hacia la Verdad!

Nadie busca la mentira sino cuando sus intenciones no son honestas y buscan su bien propio. Y, porque así lo ha elegido, deforma su conciencia y quiere deformarla – educación – a los demás. Porque, la conciencia siempre es una: La razón práctica que tiene que trabajar con unos principios estables e inamovibles. Todo lo que se desvíe de ese camino nos lleva a buscar decisiones egoístas, cambiantes, progres y malas que escondidas en la mentiras nos presentan como dignas. Y eso es una gran mentira y una plena indignidad.

Por eso hoy vivimos un tiempo de gracia al tener la posibilidad de decidir acompañar o apartarnos de esos caminos ideológicos a los que nos están sometiendo. Tu voto vale mucho. Será un tesoro de gran valor. De ti y muchos como tú dependerá elegir al único partido que presenta una alternativa: el pensamiento tradicional. O lo que es lo mismo: Unidad, verdad, libertad, familia, derechos nacido de nuestra propia naturaleza humana, la vida… y un programa que puedes detenidamente leer y meditar. Hablo de VOX. No soy militante pero si les voy a votar. Porque no se trata de arreglar la economía solamente, sino de desterrar ese pensamiento del liberalismo ideológico que amenaza nuestra naturaleza humana para someternos al yugo de sus caprichos e intereses.

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