viernes, 28 de septiembre de 2012

¿DÓNDE INVERTIR?


 Invertir en la familia es una urgencia de cualquier estado justo.
Porque no se trata de poner dinero sino de saber donde se pone. En estos tiempos de penuria económica se hace necesario invertir bien. Y bien significa que lo invertido sea rentable. Y rentable significa que no solo produzca intereses y beneficios económicos sino también espirituales.

Porque la sociedad necesita tanto lo uno como lo otro. No hay productividad económica sino no hay una buena formación moral donde el respecto, la honradez, la solidaridad y fraternidad estén presentes en la vida de cada persona. Se es justo en la medida que se cree en la justicia, y se vive esa justicia cuando se ha vivido desde y en la familia. Así viene dado todo lo demás.

Un Gobierno que se precie de hacer las cosas bien invertiría al máximo en la familia, su educación y sus valores. Lo he reflexionado ya varias veces y volveré de nuevo porque la importancia es de gran calado. Una nación no saldrá adelante si no está apoyada en la familia. 

Y es que cuando la convivencia es buena, la productividad es buena. Ejemplo de eso es el vestuario actual del F.C. Barcelona. Donde hay una buena convivencia basada en la verdad, humildad, honradez, justicia, prudencia...etc., todo marcha bien y los resultados se dejan notar. 

Los gobiernos deben saber que toda inversión en proteger a la familia, su estabilidad, su educación, sus derechos y todo lo que la rodea debe ser una prioridad. Dejarla abandonada y mal tratada desprotegiéndola de los peligros que la acechan y que otros tratan de inculcar es dejar que nuestra sociedad se destruya y se empobrezca. 

Ejemplo de eso lo tenemos en las protegidas y autorizadas leyes de divorcio que acarrean estas consecuencias. Ver aquí.

martes, 25 de septiembre de 2012

¿DE DÓNDE NACEN LOS DERECHOS HUMANOS?

 Los derechos son los encargados de representar


Se oye mucho hablar de derechos, derechos humanos. Cada gobierno se pone por obra sacar nuevos derechos, y parece que eso de derechos humanos es como hacer chorizos o fabricar televisores. 

Con las pretensiones del hombre de hacer lo que le apetece y lo que, según él, le dará felicidad, el hombre busca constituirse en su propio legislador y confeccionar derechos que le permitan crear su propia felicidad. Ahora hay derecho para todo, y cada nuevo deseo, apetencia o interés proclama un nuevo derecho que le permita poder realizarlo.

La vida la programa el hombre y él permite vivir o matar. El sexo lo hace el hombre, y él dice si eres hombre o mujer. Vivir lo decide el hombre, y él permite que otros, sobre todo niños inocentes, nazcan a la vida o mueran dentro del vientre de sus propias madres. Y con tantos derechos experimentamos que no tenemos derechos. Parece una contradicción pero bien pensado resulta que es la realidad.

Al final resulta que cada día somos más esclavos, estamos más sometidos y se nos imponen las ideas y derechos de los otros. Pues yo no puedo educar a mis hijos según mis creencias y criterios. Tampoco tengo derecho a que protejan a mi hijo deficiente, pues me obligan a matarlo. 

Algo parecido sucede con mis criterios de fe. Vivir el amor parece algo trasnochado y no hay lugar para aquellos que tratan de amar según el criterio de darse sin pedir nada a cambio. Tratar de ser honrado, justo y misericordioso es actitud de bobos e idiotas. Hay que desterrarlos y perseguirlos. Vivir en familia y como familia está mal mirado y desprotegido.

Vale la libertad entendida como libertinaje, relativista, según me conviene y me interesa. Libertad de hacer lo que me viene en gana, inclinada a dejarme llevar por mis instintos animales, irrazonable, irresponsable... Una libertad contraria a ser libre, pues busca tu propio bien ante el bien común, y se opone a la verdad porque defiende la mentira de tus egoísmos e intereses.

¿Son estos derechos humanos? ¿Quiénes lo dictan? ¿Con qué autoridad? ¿Cualquiera puede exigir un derecho? ¿Y en base a qué? Si así es poco futuro puede quedarle a este mundo, pues los que quieren erigirse como autoridad para constituir derechos resulta que tienen al mundo sumergido en una crisis de valores, económica, de guerras, de envidias, de injusticias, de desigualdades, de pobreza...

Un reparto universal donde millones de seres pasan hambre, no tienen derecho a ser tratados como personas, carecen de lo más esencial...etc. Mientras otros discuten como ser  más libres intentando en ser más esclavos. Algunos en ser independientes cuando otros no tienen que comer. Las contradicciones de aquellos, el hombre, que se cree capaz de legislar el mundo cuando solo puede vivir en él y administrarlo para que no se pierda.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

ES NECESARIO COMPARTIR...

 y a todos/as Jesús, el Señor nos convoca y hace posible que nos sintamos

porque cuando compartes te enriqueces o aflojas la carga que llevas encima. El peso de tu vida se hace más ligero cuando lo compartes con los amigos que siguen tu mismo camino. Sí, te preguntas, cómo yo mismo me lo pregunto, ¿y qué comparto? Hay muchos momentos que no sabes que decir y menos que compartir...

Pero todo exige un esfuerzo, sobre todo confianza y fe. Fe de saber que cuando se pone el corazón encima de la mesa y se está dispuesto a comunicar en verdad lo que tú vives o intentas vivir, lo que se respira llega y compromete. Porque lo compartido en verdad se contagia y fortalece la fe.

Pero sobre todo, cuando tomamos conciencia que Jesús está en medio de nosotros. Todo cambia en su presencia. Todo se hace más luminoso, más gozoso, más animoso. Jesús enciende nuestros corazones y dispone nuestra voluntad para la entrega, para el servicio, para la fraternidad, para el amor. En Él todo cobra sentido.

Pero, ¿qué compartir? No se trata de sacar tu intimidad ni tus secretos más profundos, se trata de transmitir tus actitudes experimentadas en esas experiencias de tu propia vivencia. Se trata de descubrir lo que tu corazón ansía y quiere, y de contagiar con tu gozo y tu entusiasmo.

O simplemente transmitir con tu presencia, con tu estar, con tu atención, con tu gozo y disponibilidad para darte en el servicio de todos los dones recibidos del Padre. 

Compartir es estar cerca, juntos y simplemente con nuestra mirada proclamar que seguimos a Jesús, que estamos dispuestos a vivenciarlo en nuestra vida, a esforzarnos en hacerlo presente en cada respiro de mi vida... Compartir es lo que vamos a intentar todos aquellos blogueros que, no sin esfuerzo, trataremos de congregarnos en Santander para, olvidándonos un poco de nosotros mismos, ser todo servicio y entrega para los demás.

Si puedes no dejes de estar presente. No lo dudes, te necesitamos. Tus dones no los tiene nadie sino tú, y dependerá de ti que los pongas al servicio de los demás. Un fuerte abrazo y hasta Santander.

domingo, 16 de septiembre de 2012

SI TENGO FE, ¿EN QUÉ SE NOTA?

 - ... demás… en el entorno que nos hace y nos

Porque cuando se tiene algo se nota y se ve. Lo que no se tiene no se puede ver, y menos dar. Es necesario que primero se tenga para luego mostrarse o darse. Digamos que esa es la prueba del algodón, o la ley física: "Es necesario existir para ser visto".

Respecto a mi fe, ¿dónde se puede ver que la tengo? Porque de alguna forma, si no es una falsa, mi fe debe notarse y verse. Es evidente que la vida, en este caso, mi vida, se mueve por actos de fe. Sé que si quiero conseguir algo concreto debo dirigirme a este sitio concreto y hacer determinados actos para conseguirlo. Todo cuesta y la fe me mueve a hacer lo que se necesite para conseguirlo.

Me esfuerzo en prepararme porque creo, tengo fe en conseguir este título. Me propongo este proyecto porque tengo fe en que me puede ser muy útil. Y así vamos cubriendo etapas en nuestra vida. Pero el camino más importante y verdadero es aquel que me promete la vida eterna en plenitud en la presencia del Dios Padre.

Y para alcanzar y recorrer ese camino hace falta, ¡cómo no!, también tener fe. Pero una fe que razonada y reflexionada me ayude a discernir que Padre Dios me quiere, se preocupa por mí, me espera y ha entregado a su Hijo predilecto para redimirme, pagar mis pecados y rechazos y salvarme.

Porque una cosa está clara: El objetivo de cada persona es alcanzar la felicidad eterna. No hay nadie que no quiera ser feliz y eternamente. Pues, ese objetivo nos lo ha comprado Jesús con su Sangre y su muerte. Él ha pagado por todos nosotros. Hay muchas razones para creer, pero siempre necesitaremos dar un salto que nunca entenderemos para fiarnos plenamente en Jesús.

Y eso se llama fe, fe que me ayuda a abandonarme en sus Manos como un niño y fiarme confiadamente cuando mi razón ya no alcanza más a comprender el misterio insondable de la existencia de Padre Dios.

Por eso, Señor, desde esta humilde reflexión te pido que me inundes de paciencia, de sabiduría y de luz para saber que Tú eres lo más importante de mi vida, mi esperanza, mi anhelo y mi salvación. Amén.

jueves, 13 de septiembre de 2012

LA IMPORTANCIA DEL AMBIENTE...

 - Un filósofo de principios del siglo XX definía la moral como ”lo que agrada ...

es algo que en muchos momentos pasa desapercibido en nuestra vida. Y es fundamental a la hora de tomar un rumbo contrario al que, sin saber cómo, nos domina y nos influye. El ambiente es algo que se cuela sin darnos cuenta en nuestra propia sangre.

De pequeños, ya en nuestra familia, respiramos los criterios de nuestros padres, tíos, hermanos, primos...etc. Por eso, la familia, es algo fundamental en la vida de cada ser humano. Sus primeros años van a determinar mucho los criterios que regirán su vida. Desde ahí, un gobierno inteligente cuidaría mucho la familia, porque de ella saldrán los hombres del mañana. Y el país será lo que sean sus hombres y mujeres.

La forma de entender la vida, sus leyes, sus criterios, su justicia y su verdad estará en proporción directa con lo que se haya vivido en sus primeros años. Y eso se vive en la familia, luego en el barrio, más tarde en la ciudad o el pueblo, y por último por los caminos que en el devenir de tu vida vas recorriendo.

Ese conjunto de circunstancias que de alguna forma influyen en tu vida irán conformando tu forma de actuar, tus actitudes ante los valores como justicia, honradez, solidaridad, respeto, verdad... Y eso se adhiere en los ambientes. Son los ambientes los que te dibujan y te perfilan.

Por eso, la importancia de tener un buen ambiente. Un ambiente que contagie verdad, respeto, justicia, solidaridad, servicio, escucha... En una palabra:  "Amor". Y esos ambientes nacen en la medida que tú ayudes a formarlos con tu actitud, con tu esfuerzo, con tu ejemplo, con tu vivencia de los valores.

Valores que no se encuentran en las familias y los barrios o pueblos porque nos los hemos dejados robar; valores que se han ido perdiendo en la medida que nos hemos dejado invadir por el consumo, la mediocridad, la comodidad, la mentira, la injusticia, el vicio, los malos hábitos... 

Valores que van en decadencia viciados y debilitados por el egoísmo y la acogida del mal. Valores que en la medida que el hombre y la mujer se alejan de Dios, caen en la soberbia, en la mentira y en la desorientación. 

Valores que hemos puesto en manos de los medios (Televisión, prensa, radio...) y que, la mayoría, nos destruyen en beneficios de sus propios intereses económicos. 

Y todo ello hace que vivamos sometidos a una cultura relativista, impuesta por la manera de pensar de cada uno. Una cultura enferma, desprovista de valores que edifican y unen, que sirven y respetan, que hacen justicia y actúan en beneficio del bien común.

Así nos es imposible levantarnos, vencer nuestras propias limitaciones, apegos, hábitos viciados. Experimentamos la necesidad de ser ayudados para salir de esos ambientes. Y entonces es cuando descubres que sólo injertado en Jesús de Nazaret puedes encontrar la luz que te ayude y refuerce para encontrar el camino que conduce a la verdadera libertad.

Por todo ello, si queremos una sociedad más humana, más justa, más solidaria, defendamos los valores de la familia cristiana que se apoyan en el amor y en la Única Verdad que solo está en nuestro Padre Dios.


lunes, 10 de septiembre de 2012

Mi proyecto ante EL PROYECTO...

 - Mi proyecto bíblico. Hace un par de años había sentido en mi corazón

de Dios. Buscamos razones intelectuales y científicas que nos certifiquen lo que dice Dios, y si no las comprendemos o entran dentro de nuestra razón las rechazamos. Así ocurrió con el Mensaje de Jesús, y así ocurre ahora.

Nos es más fácil creer y obedecer a Alguien que no vemos, el Espíritu Santo, que a los que vemos, la propia Iglesia. Y eso lo utilizamos para justificar el sentido común y ensoberbecernos en seguir nuestros criterios y no obedecer. El origen del pecado fue ese, así de sencillo. Nos empeñamos en escribir nuestra propia Biblia, nuestro propio proyecto. Entender todo, saber todo e incluso discutirle a Dios.

Porque el Espíritu Santo habla cuando antes, previamente, tú has depuesto tu soberbia, tu sabiduría, tu intelectualidad, y así en plena humildad reconoces que Él sabe más que tú. Y ese Espíritu Santo fue ofrecido y dado a la Iglesia que nuestro Señor Jesucristo fundó. Los primeros guías o apóstoles, entre ellos Pedro, fueron elegidos para tal misión, y a Pedro fue otorgado el primado.

Pero condición sin ecuanon es que abras tu corazón a la acción del Espíritu, porque si tu propio espíritu eres tú, Él no podrá entrar en lo más profundo de tu corazón. Así serás tu mismo tu propio guia y no lo que el Espíritu Santo te propone y aconseja.

Desde aquel momento, la Iglesia ha caminado entre dificultades, tras pies, intelectuales que encuentran mejor sus planes y proyectos y debates de todo tipo. Hay razones para esconderse y justificarse, pero solamente una será la verdadera, y es la que Jesús realmente fundó.

Si crees en Jesús, porque se ha encarnado en nuestra propia naturaleza humana, injértate en Él y trata de vivir a su estilo, a ser mejor persona cada día. Pronto empezarás a notar que la obediencia fue una de sus más destacadas virtudes. Por ser obediente se sometió a la ley, cumplió y aceptó su destino, sin por eso anunciar la verdad y desvelar el criterio justo y verdadero.

Pidamos en sintonía con María, su Madre, por la que Jesús se hizo Hombre como nosotros, que nos ilumine y nos de la sabiduría de ser obedientes a aquel grupo apostólico que en Él, por Él y con Él expandieron la Buena Noticia de salvación, y que llevados por el Espíritu Santo sintamos la protección y la luz de la Iglesia que nos guía. Amén.

viernes, 7 de septiembre de 2012

LOS CRITERIOS IMPORTANTES...

 - ¿Criterios humanos o criterios de Dios? Reflexiones sobre el compromiso

son los que producen resultados inmediatos. Nadie está interesado en invertir en algo que su resultado no se vea rápido. No interesa ni escuchar, ni reflexionar, ni siquiera pensar que podría ser una buena inversión. Las preguntas quedan muertas. No son capaces de inquietar. Sólo interesa la inmediatez y los resultados.

Así la vida está apoyada en cuidarse, en preocuparse del cuerpo porque es lo que se ve, lo que luce y lo que da placer de forma rápida. Se hacen esfuerzos, se proponen dietas, ejercicios, caminatas, deportes...etc., y se invierte mucho tiempo y dinero en esos menesteres.

El éxito está en función de lo que se presenta y de lo que se aparenta. Se esconde lo que se es, y se luce lo que se aparenta. Más tarde aparece la realidad, porque la verdad no permanece en la oscuridad, tiende a salir a la luz, y cuando sale pone en crisis a las apariencias y mentiras.

La vejez, la enfermedad, las tragedias, errores y... descubren el verdadero sentido de la vida y nos revelan que lo que no se ha hecho bien pasará su factura. Donde se ha puesto la mirada dictará sentencia y cuando las raíces se han quedado en lo efímero, superfluo y caduco, la sentencia será de muerte.

Porque nuestra vida está hecha para vivirla con otros horizontes. No es lo más importante lo que se ve, sino lo que se hunde en las profundas raíces del amor y la fe. El amor de darse, de desvivirse y entregarse al servicio de bien común, que se concreta en el bien en cada uno.

Y la esperanza de confiar en Aquel que, habiéndonos amado hasta el extremo, nos revela que el verdadero tesoro no está en el ego y la apariencia, sino en la verdad y el amor.
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