miércoles, 30 de noviembre de 2016

CUANDO LA VIDA DESPIERTA

La cuestión es preguntarnos en otros casos que se ha llegado a desconectar a la persona, ¿qué hubiese pasado si se mantiene? La misma vida nos descubre la pequeñez del hombre y lo absurdo de querer dominar o dirigir el mundo. Hay tela para reflexionar.



viernes, 18 de noviembre de 2016

Por qué comprar un Fairphone no va a cambiar el Congo

Trabajo de los mineros que extraen coltan del la mina de Senator Edouard Mwangachuchu en North Kivu (RDC). / Foto: Lucas Oleniuk (Efe)

Los problemas del Congo ni empiezan ni acaban con el coltán, ni su estructura política se debe a la natural ineptitud de los africanos, ni las ONG son una ayuda.

Me alegré mucho cuando vi que Salvados dedicaría un programa a hablar de la guerra del Congo. Que el equipo de Jordi Évole pusiera en prime time un tema tan silenciado es digno de elogio. Sin embargo, me gustaría añadir algunas ideas y señalar los riesgos de la narrativa de Salvados, demasiado parecida a la de tantas campañas humanitarias. Seguir leyendo

Y es que no podemos estar toda la vida ayudando a los pobres, sino que hay que ayudar a que los pobres dejen de serlo. Porque tienen recursos en su propia tierra para vivir bien y en libertad.
El problema reside dentro del hombre. Hay hombres que quieren ser ricos a costa de otros pobres y les impiden crecer y administrar sus propias riquezas. El problema es renovar, no sólo la fachada, sino el corazón. Un corazón nuevo, solidario, justo, honrado, generoso y misericordioso. No hay otro camino.

Y mientras los hombres sigan cultivando un corazón de piedra, endurecido por el egoísmo y las apetencias de falsa felicidad, el hombre pobre seguirá sufriendo las ambiciones de los que quieren ser ricos. Y no es que ser rico sea malo, sino la maldad está en aquellos que lo quieren ser,explotando y engañando a los que son pobres. La cuestión no es dar limosna, aunque algo hay que hacer, pero la solución pasa más por la denuncia que por las O.N.G. 

Pero, sobre todo, pasa porque el hombre responda a su propia conciencia y deja que su corazón se ablande y se abra al amor. Un amor misericordioso que arreglaría en un instante todos los problemas que agobian y matan al hombre. Posiblemente nuestra Jerusalén seguirá sitiada y aplastada porque el hombre le da la espalda a Dios.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

COMPARTIENDO LA FE Y LA ESPERANZA DE VIDA PLENA

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Surgió de repente. Empecé sin saber a donde iba a llegar, pero salía como respuesta a la revisión de los procesos de Iniciación Cristiana. Lo había leído y me sentía descorazonado. Llevo unos nueve años dando catequesis prebautismal y tambien, en ese tiempo, a algunos adultos y los síntomas son muchos de los que se refieren en esa revisión que queremos iniciar y hacer.

Me voy a ceñir a mi experiencia. La gente llega, salvo algún caso aislado, por costumbre, por mimetismo, porque casi todos lo hacen, por tradición. No hay ninguna motivación sería. Falta la inquietud que impulse a buscar respuesta a los interrogantes que debe plantearte la vida. Porque muchos ni llegan a plantearselos. Viven desencarnados como rebaño sin pastor. Van para aquí o para allá según los empujen y sometidos a las ofertas del mundo.

No descubren la enfermedad y, por lo tanto, no necesitan médico. Yo la doy de esta manera. Creo que lo sencillo y fundamental es tratar de descubrir desde tu propia vivencia que Jesús Vive, y eso significa que ha Resucitado y te ofrece también a ti la Vida. Descubrir eso es lo fundamental para luego seguir un proceso catequetico de crecimiento en la propia vida.

El hombre busca ser Feliz y Eterno. Pero el mundo, a pesar de todo lo que le ofrece no le da esa felicidad plena. A parte todo eso que el mundo te pueda dar lo pierdes:  enfermedad, muerte, vejez...ect.  Vives en la caducidad de todas las cosas que, al no ser plenas, pierden su sentido de gozo. Luego, ¿qué hacer? ¿Dónde ir? ¿Resignarse y esperar que venga la muerte?

Jesús es la respuesta. Te ofrece esa Felicidad y Eternidad. La clave es el Amor. Un Amor que Él te está dando y te enseñará a amar. Para eso tienes que seguirlo. Y el seguimiento es la catequesis de tu propia vida. Se explica en treinta minutos o menos. Pero luego, quienes lo descubran y estén dispuestos le seguiran toda su vida, y es entonces cuando los procesos y crecimiento tendrán sus frutos. Pero mientras la misma vida no le toque el corazón y busquen, será igual todo el tiempo y métodos que empleemos.

Sin embargo, siempre renace la esperanza de proclamar y de seguir adelante. Responderán aquellos que abran su corazón y estén dispuestos a escuchar la Palabra y a llevarla a sus vidas.
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