Y no nos damos cuenta ni nos enteramos. Nos hablan de la vida, de la vida eterna y seguimos impasibles y sin mostrar ninguna inquietud ni, al menos, curiosidad. Quisiera imaginarme qué caras pondríamos si el sacerdote nos hablara de economía y de la posibilidad de ganar dinero. Supongo que la atención sería expectante y hasta alguna pregunta saldría de nuestros labios.
¿Se puede estar tan ciego? ¿Se puede ser tan negado? ¿Se puede ser tan incrédulo sin, por lo menos, intentar experimentarlo o comprobarlo? ¿Se puede ser tan indiferente que no se haga nada por buscar o ver los testimonios y pruebas que otros aportan? ¿Somos tan inteligentes que dejamos escapar el mejor negocio de nuestra vida? Y ni siquiera comentamos ni hablamos sobre eso. Pero, ¿es qué hay algo más interesante que alcanzar la vida eterna? ¿Hay algo de mayor interés?
No quiero poner nombre a esa actitud negativa de indiferencia ante el mayor tesoro de nuestra vida, pero me asombra la negación y frialdad al tesoro que todos buscamos: "La vida eterna y gozosa". Sin embargo, debo admitir que algo falla en el hombre, o mejor, más que fallar diría que hay algo tan poderoso en él que le hace fallar al no da el paso de indagar y preguntarse quien es.
Y es que nuestra naturaleza está tocada. No anulada ni aniquilada, sino tocada y necesitada de ayuda para poder vencer y levantarse. Y si el hombre no hace, en uso de su libertad, de esa ayuda ofrecida gratuitamente por la Gracia de Dios, está perdido. Queda impasible, despistado, cogido por las cosas y ambiciones de este mundo y cerrado en sí mismo. Necesita abrirse y creer. Tener fe, ese es el paso previo al camino de búsqueda.
Por eso, no lo entiendo de otra forma, queda indiferente y tranquilo ante el ofrecimiento de la Palabra de Dios que le ofrece la vida eterna simplemente por hacerse amor. Amor que esconde el verdadero gozo y felicidad que busca sin saber donde. Lo esconde su corazón pero se niega a desenterrarlo y levantarlo al primer plano. Es curioso, pero ocurre y es la verdad, permanecen impasibles contemplando la basura de este mundo, pues todo lo que en él existe de materia quedará destruido y perecerá.
UN FELIZ Y PRÓSPERO AÑO NUEVO
EN XTO. JESÚS.
EN XTO. JESÚS.