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viernes, 10 de mayo de 2024

LLEGARÁ EL MOMENTO DE LA ALEGRÍA ETERNA

Hay momentos que las dudas nos asaltan. El mundo está al acecho a través del demonio. Él es su príncipe y tiene mucha ventaja al contar con la debilidad de nuestra naturaleza humana contagiada por el pecado. Sabe aprovechar cada momento y el punto exacto para lanzar su tentación. Y no le supone mucha dificultad engañarnos y seducirnos. En consecuencia, vencernos y apartarnos de nuestra relación con el Señor.

Hay ciertas actitudes y pensamientos que debemos cuidar con mucho esmero y atención. Precisamente en el Evangelio de hoy, Jesús nos habla de que dentro de poco ya no le veremos, pero, dentro de otro poco le volveremos a ver. Su Palabra no tiene desperdicio, siempre se cumple. Tangamos fe, porque dentro de poco le veremos. Ese es nuestro camino en este mundo que, nos sabemos el día ni la hora, pero sí sabemos que nos iremos. Y esa será el momento de volver a ver al Señor, de encontrarnos con Él de forma directa y cara a cara. Será entonces el gozo y la alegría inimaginable y plena.

Es verdad y lo sabemos, antes vendrán, ya nos lo recuerda Jesús, días de llanto y tristeza y nos lamentaremos mientras el mundo ríe y está alegre, pero al final nuestra tristeza se convertirá en alegría eterna. Y esa idea, guardada en nuestro corazón, nos ayudará a sostenernos firmes y fieles a la Palabra de Dios.

viernes, 31 de agosto de 2012

TODAVÍA ESTAMOS AQUÍ, SEÑOR...


 - Deseo regresar y sentir el calor de tu presencia.

a pesar de nuestras dudas, a pesar de nuestros fracasos. Eres Tú el Mesías que esperamos y en el que confiamos todas nuestras esperanzas de dicha y felicidad. O estamos equivocados y hay que esperar a otro. Juan el Bautista, el Precursor, tuvo esas dudas. Después de proclamarte, de dar esperanzas a los hombres y de denunciar todo aquello que no vivía en la verdad, se encontraba atrapado en aquella celda, impotente y aparentemente fracasado. Hasta cierto punto era lógica su confusión.

Y a mí me pasa en muchos momentos lo mismo. Me pregunto el por qué de muchas cosas, de mi impotencia y fracasos. Y te pregunto como él, ¿eres Tú quién ha de venir, o debo esperar a otro? Y Tú me respondes, como lo hiciste con Juan el Bautista, los ciegos ven, los cojos andan y los muertos resucitan.

¡Oh Señor!, dame la paciencia de esperar con fe que mis ojos se abran, que mis pies no vacilen y anden con paso firmes, y que mi vida sea eterna en tu presencia. Porque a pesar de mis fracasos y mi impotencia yo seguiré aquí esperándote, visitándote, tratando de escucharte, de serte fiel y de dar mi vida por Ti.

Aquí estoy Señor, dame la fortaleza de nunca despegarme de Ti, y la confianza de permanecer siempre atento y disponible para dejarme moldear por tus Manos según tu disponga mi voluntad. Amén.

lunes, 6 de julio de 2009

TODO QUEDA SIEMPRE OSCURO.


A la hora de ponerme a escribir y reflexionar sobre lo que pasó el 11-M, me pregunto por qué las cosas no salen a la luz y siempre hay una sombra como si algo se quisiera ocultar. Creo que esa es la razón por la que la convocatoria a las urnas quedan cada vez más desoídas, y menos concurridas, pues el desencanto y la desconfianza es muy sentida y profunda.

Con hechos como esto, y otros, aunque de menor calado en importancia, en cuanto a vidas humanas se refiere, pero no en repercusiones de todo tipo en los ciudadanos y de su incidencia en sus vidas, la moral, respeto y confianza en los políticos queda en entredicho. La progresión, casi geométrica, deja perplejo al ciudadano que contempla paralizado como la vida social se deteriora en todos los frentes de convivencia de forma casi normal. Se empieza a confundir lo corriente con lo normal.

Todo pasa, porque nada es verdad, o al menos, no se sabe lo que es verdad. Nada se cree, porque cuando los que nos gobiernan son referencias de mentiras, de ocultar el bien, de perseguir sólo lo que les molesta, pero no de buscar lo que es bueno para el bien común, la confusión y el caos empiezan a adueñarse de la nación, y del mundo en general.


Todavía, cuando ya ha pasado más de cinco años del 11-M, hay serias dudas sobre lo que realmente originó tal hecho. Y la confusión origina desconfianza. Uno llega a preguntarse quienes fueron los causantes de tal salvaje atentado, y de quienes pueden estar relacionados con ese hecho, aún de forma indirecta, sin intenciones de lo que eso iba a ocasionar, pero de alguna forma, consentido su conocimiento por intereses indirecto en los hechos. Es lo que se suele significar como "a río revuelto, ganancias de pescadores".

Porque hubo, eso si es constatado por todos los que vivimos esos momentos, un movimiento oportuno que actuó en favor de aprovechar esas circunstancias ocurridas en favor de su propio interés. Y eso delata, al menos, es de muy mal gusto, cuando hay dolor, sufrimientos, desesperación y confusión por lo ocurrido. Estar pensando en lo del día anterior hace sospechoso que lo ocurrido importa poco, y hasta, se esperaba, pues mi objetivo era lo otro.

Son dudas, incoherencias, sin sentidos, que te revuelven profundamente y te llevan a caminar mirando para todos los lugares pendiente de que alguien te pueda asaltar o atentar contra tu vida. Y, lo peor, saber qué quienes dirigen, mandan y gobiernan pueden estar implicados en todo lo que ocurre. En la misma línea suceden otras muchas cosas que, por su propio sentido común, se caen de maduras y no se pueden entender.



Prevaricaciones, cohechos, falsificaciones, estafas, asesinatos, abortos contra la vida de seres tan dignos como yo; atentados contra la libertad, intromisión en la familia, en los derechos de las personas, en la educación de las personas; obsesión en controlar a las personas apartándolas de sus derechos a la libertad y educación rompiendo el equilibrio ecológico natural, de géneros, de tradiciones naturales que se fundan en el derecho natural, en el sentido común que la propia vida nos presenta, e infinidades de actos sin sentidos y disparatados, hacen que el planeta vaya cada día siendo una mentira y una espiral imposible de habitar en covivencia y paz.

Sin embargo, la esperanza que nos viene de saber que esto no termina aquí; la esperanza de saber que el mundo y los hombres que lo dirigen según sus propias ideas no tienen la última palabra; la esperanza de sabernos confiados y en manos de quien puede salvarlo, nos llena de optimismo, de paciencia y de entusiasmo para continuar luchando por establecer un mundo donde reine la justicia, la paz y el amor.
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