viernes, 20 de marzo de 2009

Los pueblos que matan desaparecen.


Es abominable lo que llega y puede llegar a hacer el hombre. Cuando su control está dominado por el pecado: soberbia - avaricia - hedonismo - egoísmo - lujuria... pierde su dignidad y queda al mismo nivel que los animales, de hecho ya se cuestiona y valora más a los animales que a una persona en el seno de su madre, y su ceguera es tal, que amenaza su propia destrucción.

No es descabellado decir y pensar esto, sino observar y ver que ya está pasando a nuestro alrededor. Se matan centenares de miles, ya se pierde la cifra, de seres humanos consecuencia de esa ceguera mortal e irresponsable: hambre - guerras - poder - abortos - eutanasia - agua - pobreza - explotaciones - violencia - robos - violaciones, y todo porque unos quieren ser más que los otros y vivir a costa de los otros. Todo se reduce a un simple problema de gustos y apetencias y no aceptación de que mi vida me la debo ganar cada día con el sudor de mi sangre.

Todo está contenido en un no aceptar mis limitaciones, carencias, pobreza y querer revelarme contra ello, exigiendo más que lo que verdaderamente necesito para el sustento y la realización digna de mi vida. El problema estriba en querer ser y tener más que el otro, para reafirmar mi dominio sobre él. Todos queremos ser más, y, como dice la canción, queremos más. Y de ahí parte todo mal: no querer aceptar la vida tal cual DIOS nos propone, para bien de todos y para que sea justa, en paz e iguales en derechos y oportunidades.

Por eso, los pueblos no crecen y, en lugar de caminar hacia un crecimiento más maduro en sabiduría, santidad y solidaridad, retroceden en enfrentamientos, disputas, egoísmos personales, muertes, sometimientos, guerras y destrucción de sus propias vidas. Todo al revés de como nuestro PADRE DIOS lo ha pensado y quiere. Por eso, me parece muy interesante la reflexión, con motivo de la campaña por los 40 días por la vida, que ha llegado de Pablo Hernández Franyutti

“La obediencia a Dios en la castidad es lo que libera nuestro ser para amar ¡con plenitud!”
MARLENE GILLETE IBERN



Reflexión

El aborto mata la paz del mundo... Es el peor enemigo de la Paz, porque si una madre es capaz de destruir a su propio hijo, ¿qué me impide matarte? ¿que te impide matarme? Ya no queda ningún impedimento.

Intención del día

Oremos por los esposos, para que vivan la santidad del matrimonio, apoyados en María, para encontrar la alegría del vino bueno hasta el final de sus vidas.

“Se ha observado, que cuando empieza a declinar el crecimiento de un pueblo, no es posible revertir su proceso, porque un pueblo es un organismo viviente complejo, que envejece cuando actúa contra su propio desarrollo natal: Rolf Benkert” La ignorancia no justifica el asesinato.

Existen dos tipos de aborto: El involuntario, por ser ajeno a la voluntad de la madre y el provocado. ¿Qué sucede en el aborto? El bebe es desmembrado, vía succión, o mutilado por un cuchillo llamado curete. Es quemado vivo y ahogado en una solución salina, que lo mata lentamente en 12 horas; los efectos físicos secundarios que también pueden presentarse por el aborto son la perforación del útero hasta el intestino, la cual ocasiona infecciones en el tracto genital del útero y las trompas que se cierran, quedando la mujer estéril permanente; embolismo, o formación de coágulos que se desprenden en el feticidio y se van al torrente sanguíneo, matando a la madre.

El líquido amniótico, puede penetrar la sangre de la madre, la cual infecta y envenena sus pulmones, pleura, etc. El problema más grave que puede presentarse, es la coagulación intravascular diseminada, o disminución de la capacidad de coagular de la sangre, hipofibrino genital. El daño cervical aumenta, cuando abortan adolescentes, porque la matriz siempre queda lastimada, por eso los estudios médicos serios, demuestran que las consecuencias físicas de abortar, son riesgo de cáncer de seno, perforaciones uterinas, daño cervical, embolismo, hipofibrinogenia, embarazos posteriores ectópicos, con placenta previa, endometritis, etc.

Los anticonceptivos orales, impiden al bebe vivo que anide, son como pesticidas humanas; pueden ocasionar hemorragias internas, por los bajos niveles de hematocitos y hemoglobina; problemas cardiovasculares y arterioscleróticos adversos, dañan riñones, propician el cáncer, intoxican los intestinos, desordenes sanguíneos, menstruación excesiva, etc.

La Ciencia, gracias a la genética, embriología y fetología, ha demostrado que el ser en gestación, posee todas las características de un ser humano: Gameto masculino (espermatozoide) y femenino (óvulo) que se unen respetando sus particulares códigos hereditarios (ADN y ARN) en la trompa de Falopio, para crear una persona distinta a la madre; células de la nueva persona, que son diferentes, se unen y multiplican. Primero 2, luego 8, 16, 32 células, etc. (meiosis) las cuales constituyen un ser humano con características químicas y biológicas ajenas a la madre. Vida sobre vida, o vida unida a otra vida, pero ambas únicas y singulares.

Óvulo fertilizado que crece y se desarrolla aún cuando no está anidado u implantado en el útero, el cual una vez implantado (embrión) es capaz de alimentarse por sí mismo, así como de respirar celularmente. Células que terminan siendo mil billones de células que conforman una persona adulta ¿Por qué una mujer que acaba de concebir se siente extraña? Porque ha concebido una persona con un cuerpo individual y distinto al suyo, con vida propia y diferente a la de ella.




A los 18 días, late su corazón, en la cuarta semana, el nervio sensorial de la cara “Trigémino” está presente; siente dolor al haber actividad cerebral. A los 45 días se puede efectuar electroencefalogramas y electrocardiogramas, para la octava semana: Todos sus órganos están completos.

El crecimiento de nuestros cuerpos, hasta la edad adulta, evidencia que siempre estamos en continuo cambio fisiológico, por eso el aborto es consecuencia de la falta de amor; por eso el judío converso al catolicismo, Dr. Bernard Nathanson y Sir William Liley, Padre de la Fetología han afirmado “El código genético de los cromosomas de las células de un nuevo individuo, es el mismo desde la primera célula u óvulo fecundado hasta su muerte; código distinto, a las células de sus padres".

El aborto fue condenado por las culturas antiguas, 1700 años antes de Jesucristo: El Código de Hammurabi, el Código de Manú, el Zend-Vesta; asirios, babilonios, judíos, hindúes. Aristóteles, Atenágoras, Atenógenes, Tertuliano, etc. Todos afirmaban que el aborto es homicidio y que las mujeres que lo hacen, cometen asesinato. Un embarazo no deseado, es signo que la propia sexualidad ha sido corrompida. Pasión y placer irreflexivos, de quien actúa como un animal en celo, que se deja controlar por su calentura; buenos para irse a la cama, pero asesinos en el momento que sus actos generan consecuencias.

Los casos de embarazos por violación, son rarísimos, porque la misma agresión difícilmente propicia la fecundación; la medicina forense mexicana demostró, que de cada 500 violaciones registradas; no se produjo ni un solo embarazo ¿Para quién es conveniente el aborto, para la madre, o para el bebe asesinado?

El bebe prenatal, es tan inocente como la mujer violada ¿Dónde están los derechos humanos de los que impiden nacer? “Hace 54 años mi madre acudió al médico, se encontraba en su segundo mes de embarazo, mi padre era alcohólico sifilítico y uno de mis hermanos padecía retraso mental; el médico decretó la interrupción del embarazo, pero mi madre se negó” Ludwig van Beethoven, ¿Y si hubiera sido Bill Gates? http://www.endefensadelcatolicismo.com/

Creo que es bastante revelador esta contundente y razonada reflexión que, me hace pensar, que dentro de no mucho tiempo, la cultura de la muerte va a ser vencida por la vida, pues hemos sido creado para la vida y todo ser humano que se precie de serlo lleva dentro de sí el grito de que la vida es un don de DIOS que nadie puede adueñarse para decidir sobre ella.

4 comentarios:

eligelavida dijo...

Hoy se incita a abortar a los pobres, a los considerados de razas inferiores (porque hay mucho racismo escondido detrás de tanta “salud reproductiva”, a los que van a nacer enfermos o discapacitados, a los no deseados, a los no útiles.

Hace unos días, hablaba en mi blog de la eugenesia que practicaban ciertos pueblos antiguos (como por ej. Esparta), que deseaban formar un pueblo de gentes perfectas, robustas y bien formadas, desechaban a los “defectuosos” y buscaban procrear sólo a los útiles y, sin embrago, no lograron que su civilización perviviera. Y es que, como dices, los pueblos que matan, desaparecen.

Padre Efrén dijo...

Apreciado Hermano en Cristo Nuestro Señor:
Lo que ha escrito en esta entrada debería ser de lectura reflexiva en todos los hogares y en todos los centros de enseñanza.
Un abrazo en Xto. y gracias por su premio fraternalmente concedido a mi humilde persona como servidor de Cristo Jesús.

Salvador Pérez Alayón dijo...

La ceguera es tal, que los pueblos se ven abocados al exterminio, predominando sólo una cultura de poder, lujuria, hedonismo, consumo...etc. Es el efecto de la felicidad momentanea, rápida, sin medir las consecuencias; es el sometimiento de la voluntad a las apetencias, a lo irracional, luego viene lo irreparable y el caos.
Tenemos una labor ingente por delante que elevamos al SEÑOR, para pedirle sabiduría, fortaleza y paz.
Un abrazo en XTO.JESÚS.

Salvador Pérez Alayón dijo...

Pidamos, hermanados en el SEÑOR, la Gracia necesaria para poder llevar a nuestras vidas estos deseos de liberación y de toma de conciencia en defensa de los valores que dignifican al hombre.
Un abrazo en XTO.JESÚS.

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