NO SOLO LA MEJOR OPCIÓN, SINO LA ÚNICA QUE TODOS DESEAMOS Y A LA QUE ESTAMOS LLAMADOS.

Toda nuestra vida estamos tomando opciones. Desde pequeño, ya con nuestros primeros berridos, estamos indicando que queremos que nos den de comer, que nos cambien los pañales, que, en definitiva, nos sentimos mal y queremos sentirnos mejor. Queremos optar por un cambio, pero siempre para mejorar, para estar más cómodo, sintiéndome bien.

Y en la medida que nuestro camino va transcurriendo, las opciones van surgiendo de manera diferentes, según nuestras etapas van llegando. En unas serán los juegos y juegos combinados con estudios y aprendizajes, y en otras serán las relaciones, la profesionalidad, la vocación...etc. Como denominador común, todas necesitaran experimentarlas, dirección y formación, porque el hombre es el ser más dependiente en el desarrollo de su personalidad y madurez.

Y llegado el momento de tomar ya opciones de gran calado, de grandes responsabilidades, el hombre, consciente o no, busca lo mejor para él, pero, según su camino anterior, estará o no estará en la mejor disposición de saber donde está la mejor opción para elegir. Se hace necesario saber donde está el camino mejor, y cual va a satisfacer todas mis preguntas y temores.


Son los momentos de enfrentarnos a nuestros miedos, nuestros temores, nuestros problemas, nuestro tiempo perdido, mal empleado. Nuestros fracasos y errores, y también, nuestros aciertos y cosas bien hechas. En esa situación, lo mejor es pararnos para sosegados y tranquilos tratar de vernos y ver a que aspiro y que realmente deseo.

Y creo, sin temor a equivocarme, podrán más tarde volcar su opiniones en esta línea, que todos los hombres y mujeres buscamos ser felices y eternos. Creo que alguien que sea feliz, pero que advierta que esa felicidad tiene fecha de caducidad, no podrá sentirse feliz, al menos intensamente feliz. El hombre siente un deseo profundo de eternizarse y de no acabar nunca. Por eso siente miedo a la muerte.

Pues bien, todas las cosas de este mundo no llegan a satisfacernos en ese sentido. Sí, nos producen ciertos momentos de felicidad, de bienestar y gozo, pero efímeros, con fecha de caducidad. Solo ser y vivir como JESÚS colma todas nuestras aspiraciones. Posiblemente sea difícil descubrirlo. Difícil porque se necesita renuncia, desprenderse de todo aquello que te esclaviza y te ata. Difícil porque hay que morir, para nacer de nuevo.

Yo soy cristiano, soy creyente cuando opto por una opción fundamental, no cualquiera opción, sino por la mejor opción: "SER Y VIVIR COMO LO HIZO JESÚS". Opción libre y responsable, pero que no sólo es, sino que se nota. Se nota en los actos que tu propia vida va dejando en su camino. Actos que imitan y vivencian los mismos que hizo JESÚS.

No son actos que esconden egoísmos, comodidad, egocentrismo, apariencias, infidelidades, búsqueda de ti mismo... No, porque ese no es JESÚS. Un creyente tiene que notarse porque sus actos están encaminados a servir, ayudar, a estar disponible, a la solidaridad, fidelidad, a perdonar, a comprender...

Podíamos preguntarnos. ¿Cuál es mi actitud dominante? Ser buena persona no es ser buen cristiano Ser buen cristiano es optar por la Única y la mejor de las opciones: vivir las actitudes de JESÚS.

Ahora nos toca a nosotros discernir donde estamos. Ahora nos toca a nosotros mirarnos y reflexionar sobre nuestros actos, pues ellos nos dicen a quien seguimos. No se trata de hacer, sino de ser.