- Mi proyecto bíblico. Hace un par de años había sentido en mi corazón
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de Dios. Buscamos razones intelectuales y científicas que nos certifiquen lo que dice Dios, y si no las comprendemos o entran dentro de nuestra razón las rechazamos. Así ocurrió con el Mensaje de Jesús, y así ocurre ahora.
Nos es más fácil creer y obedecer a Alguien que no vemos, el Espíritu Santo, que a los que vemos, la propia Iglesia. Y eso lo utilizamos para justificar el sentido común y ensoberbecernos en seguir nuestros criterios y no obedecer. El origen del pecado fue ese, así de sencillo. Nos empeñamos en escribir nuestra propia Biblia, nuestro propio proyecto. Entender todo, saber todo e incluso discutirle a Dios.
Porque el Espíritu Santo habla cuando antes, previamente, tú has depuesto tu soberbia, tu sabiduría, tu intelectualidad, y así en plena humildad reconoces que Él sabe más que tú. Y ese Espíritu Santo fue ofrecido y dado a la Iglesia que nuestro Señor Jesucristo fundó. Los primeros guías o apóstoles, entre ellos Pedro, fueron elegidos para tal misión, y a Pedro fue otorgado el primado.
Pero condición sin ecuanon es que abras tu corazón a la acción del Espíritu, porque si tu propio espíritu eres tú, Él no podrá entrar en lo más profundo de tu corazón. Así serás tu mismo tu propio guia y no lo que el Espíritu Santo te propone y aconseja.
Desde aquel momento, la Iglesia ha caminado entre dificultades, tras pies, intelectuales que encuentran mejor sus planes y proyectos y debates de todo tipo. Hay razones para esconderse y justificarse, pero solamente una será la verdadera, y es la que Jesús realmente fundó.
Si crees en Jesús, porque se ha encarnado en nuestra propia naturaleza humana, injértate en Él y trata de vivir a su estilo, a ser mejor persona cada día. Pronto empezarás a notar que la obediencia fue una de sus más destacadas virtudes. Por ser obediente se sometió a la ley, cumplió y aceptó su destino, sin por eso anunciar la verdad y desvelar el criterio justo y verdadero.
Pidamos en sintonía con María, su Madre, por la que Jesús se hizo Hombre como nosotros, que nos ilumine y nos de la sabiduría de ser obedientes a aquel grupo apostólico que en Él, por Él y con Él expandieron la Buena Noticia de salvación, y que llevados por el Espíritu Santo sintamos la protección y la luz de la Iglesia que nos guía. Amén.
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