Es lo lógico y natural, nadie quiere la muerte ni debe ser divertido jugar con ella, y menos disfrutar celebrándola sin ninguna esperanza y sólo por el hecho de celebrarla. Es algo que no tiene sentido y que sus orígenes paganos la descubre como unas fiestas nacidas de la desesperanza y el hedonismo.
Lo deseable, intrínsecamente unido a la propia naturaleza del hombre, es querer la vida, la hermosa vida que se nos ha dado, y anhelarla eternamente. Desde ese, en lo más profundo del corazón del hombre, celebrar la fiesta de la vida es lo más coherente y natural.
Y los cristianos no podemos obviar esta realidad, porque es lo que todos los hombres buscan, de una u otra forma, buscan la vida y perpetuarse en ella. Porque sólo así la vida es bella y tiene sentido. No cabe en ninguna cabeza celebrar muerte y finitud, porque lo que no es eterno no puede ser felicidad, a lo más placer efímero que se diluye como el azúcar en el agua.
Por lo tanto, los cristianos debemos elevar nuestras voces contra esta cultura de muerte que no quieren introducir y que celebremos, y, por lo contrario, clamar y proclamar nuestra esperanza y fiestas que inmediatamente celebramos: "La celebridad de todos los Santos", esto es, el triunfo de la vida sobre la muerte. La esperanza de alcanzar la plena felicidad eternamente en la gozosa presencia de PADRE Creador.
Lo deseable, intrínsecamente unido a la propia naturaleza del hombre, es querer la vida, la hermosa vida que se nos ha dado, y anhelarla eternamente. Desde ese, en lo más profundo del corazón del hombre, celebrar la fiesta de la vida es lo más coherente y natural.
Y los cristianos no podemos obviar esta realidad, porque es lo que todos los hombres buscan, de una u otra forma, buscan la vida y perpetuarse en ella. Porque sólo así la vida es bella y tiene sentido. No cabe en ninguna cabeza celebrar muerte y finitud, porque lo que no es eterno no puede ser felicidad, a lo más placer efímero que se diluye como el azúcar en el agua.
Por lo tanto, los cristianos debemos elevar nuestras voces contra esta cultura de muerte que no quieren introducir y que celebremos, y, por lo contrario, clamar y proclamar nuestra esperanza y fiestas que inmediatamente celebramos: "La celebridad de todos los Santos", esto es, el triunfo de la vida sobre la muerte. La esperanza de alcanzar la plena felicidad eternamente en la gozosa presencia de PADRE Creador.
1 comentario:
Por la vida hasta el final de nuestras fuerzas. Nosotros perdimos a nuestro sexto hijo al tercer mes de gestación y todavía, después de más de cuarenta años, rezamos por él.
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