LA LABOR DE LA IGLESIA (4º DOMINGO DE ADVIENTO)

Antón de Montesinos. Los primeros dominicos habían llegado a esta...

En 1510 llegaron los primeros dominicos a América, a la Isla de la Española con la misión de "predicar la Palabra de DIOS a los nativos de estas tierras". Al entrar en contacto con la realidad, se dieron cuenta que era un contrasentido predicar la buena nueva del evangelio a los indios que estaban siendo sometidos a tratos inhumanos precisamente por los que se declaraban cristianos.

No dudaron un momento (¿dónde estaban los políticos que hoy, muchos años después, se arrogan el mérito de ser los defensores de los derechos humanos) y deciden denunciar públicamente los abusos contra los indígenas. Escogieron el cuarto domingo de adviento para predicar la denuncia. Ese domingo, 21 de diciembre de 1511, subió en el púlpito fray Antón de Montesinos y ante las autoridades de la isla proclamó:

"Voz que clama en el desierto. Esta voz dice que todos ustedes están en pecado mortal y en él viven y mueren por la crueldad y tiranía que usan con estas inocentes gentes. Digan, ¿con qué derecho y con qué justicia tienen en tan cruel y horrible servidumbre a estos indios?

¿Con qué autoridad han hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas, donde tan infinitas de ellas, con muerte y estragos nunca oídos, ustedes han masacrado?

¿Cómo los mantienen tan opresos y fatigados, sin darles de comer ni curarlos en sus enfermedades, en que incurren por los excesivos trabajos que ustedes les ponen y se les mueren, y por mejor decir, los matan ustedes, por sacar y adquirir oro cada día?

¿Y qué cuidado tienen de quien los doctrine, y conozcan a su DIOS y creador, sean bautizados, oigan misa, guarden las fiestas y domingos? ¿Estos no son hombres? ¿No tienen almas racionales? ¿No están ustedes obligados a amarlos como se aman a ustedes mismos? ¿No entienden esto? ¿Es que no tienen sentimientos? ¿Cómo están dormidos en un sueño tan letárgico? Tengan por cierto que en el estado en que están no se pueden salvar".

La pregunta "¿Estos no son hombres?, que Montesino dirigió hace 500 años a las autoridades de la Isla en el sermón de adviento, cuestionó todo el proceso posterior de la colonización y evangelización del nuevo mundo, y sigue cuestionando toda situación de violencia contra la dignidad y los derechos de la persona humana (más información)...

¿Cómo se puede decir que la Iglesia es la causante del progreso de la humanidad? Sólo desde la ignorancia se puede comprender que algunos, faltos de toda información, se atrevan a señalar a la Iglesia como causante de los males de este mundo.

Gracias a ella, la humanidad ha avanzado en los derechos de los hombres y mujeres de este mundo. Gracias a ella, el nuevo mundo empezó a ser tratado con dignidad, y los gobiernos tomaron conciencia de lo que estaban haciendo. Gracias a ellas, hoy, muchos siglos después, hay muchos hombres y mujeres que son defendidos y atendidos de la indigente miseria en la que se encuentran por causas como las que ocurrían entonces.

Y gracias a ella, la Iglesia, muchos niños, inocentes y sin voz, son defendidos, cuidados y educados para que vivan como ciudadanos libres y dignos (ver aquí). Y gracias a ella, la defensa de la vida, no sólo de los que nacen en el seno de sus madres, sino de muchos niños abandonados, utilizados, explotados y sacrificados, sigue en pie de lucha activa junto a todos los hombres y mujeres de buena voluntad que se sientan identificados. Y gracias a ella, la humanidad no está del todo corrompida y perdida. 

Pero como le ocurrió a su Fundador, tiene que pasar por el mismo martirio y desprecio. Y se ve que eso se cumple, posiblemente será una prueba más de su autenticidad.