Una experiencia tal de la verdad de la Escritura en nosotros mismos sería el Adviento. Esto es lo que quiere significar el versículo del salmo (Sal 25 [24], 1) que nos habla de elevar el corazón, un versículo que puede pasar de moneda desgastada a algo novedoso y grande, en una aventura, si uno comienza a adentrarse en su verdad.
Y sin embargo, algo decisivo acontece ya en el hecho de no pisotear el anhelo de liberación y que, de cuando en cuando, ese anhelo pueda ejercer su acción en momentos de silencio vividos en la iglesia. Tal disposición a exponerse a una presencia misteriosa, a aceptar lentamente esa presencia, a dejarla entrar en uno mismo, es lo que hace que se dé el Adviento: una primera luz en medio de la noche, por oscura que sea. (Benedicto XVI - Card. Joseph Ratzinger)
VIDEO de Adviento: “La elocuencia del silencio”
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