Los creyentes no desesperamos porque tenemos la promesa de Jesús de que las puertas del infierno no prevalecerán contra la Iglesia. Sabemos de nuestra victoria y de que estamos en Manos del Espíritu Santo. A pesar de la imagen que da el mundo en que nos ha tocado vivir. A pesar de los rechazos a la Iglesia y al Señor y el abrazo a la corrupción y pérdida de valores.
Durante quince días como máximo podrán convivir con ellas
para conocer de primera mano su tipo de vida y su espiritualidad.
Ninguna otra orden de clausura tiene permiso para algo semejante. Pero,
claro está, los resultados hablan por sí solos. Y es que parece que con
estas religiosas se cumple aquello de que «conocerlas es quererlas». Y es que cuando se conoce, se experimenta y se tiene un encuentro con Jesús, algo ocurre en nuestro interior... Leer más
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