Es verdad que la mujer es dulce, tierna y más cariñosa que el hombre. Es verdad que ambos, el hombre y la mujer son diferentes, y también es verdad que los esfuerzos por igualarnos son cada vez más disparatados y absurdos. Porque una cosa es que siendo diferentes, tengan los mismos derechos y dignidad. Es esa la igualdad que hay que buscar, no la de ambos hacer lo mismo cuando sus roles son diferentes.
Recojo frases y pensamientos de los autores de "manzana para dos",(planeta testimonio) publicado en la revista Misión 5, entrevista hecha por Isis Barajas a Alfonso Basallo y Teresa Díez, , matrimonio de 29 años y 7 hijos, que desvelan, con gran sentido del humor, las ardides de la serpiente para destruir el matrimonio y la familia. Aprovecho para recomendarle la revista Misión, es gratuita y de gran contenido para formarnos.
La capacidad de amar en la mujer es muy alta. Es esta quizás una de las diferencias con los hombres. Posiblemente, por eso, son ellas las madres. Pero su capacidad para destruirlo también es superior a la del hombre. No quiere decir esto que el hombre sea malo, pero al varón se le ve su violencia, a las mujeres no. El hombre va directo. La mujer se esconde y ataca a traición.
El segundo elemento es a capacidad de engendrar que tiene el matrimonio, pero el santuario lo tiene ella. El útero es el lugar de la Tierra donde la mano de Dios entra directamente y, por eso, todo útero femenino es una bomba de relojería para el diablo. Yo añadiría, el patíbulo donde el inocente es condenado a muerte. Aunque el hombre es culpable, la mujer tiene una responsabilidad mayor, porque no da posada al niño que pide, no simple alojamiento, sino el respeto a su vida.
El amor no puede ser una fuente de placer personal donde dos personas, hombre y mujer, se entregan a sí mismo y destruyen el fruto de ese amor. Hay un planteamiento egoísta que luego se descubre cuando esa fuente de placer, apoyada en el disfrute del sexo, termina y se agota, concluyendo que el amor se ha acabado. ¿Es el amor el disfrute sexual? ¿Tan poca cosa pensamos del amor?
El origen del mundo y la carne eran don de Dios; ha sido el demonio quien los ha desvirtuado. El mundo y la carne no solo no eran malos, sino que hacían al hombre más grande. La carne es lo que más rechaza el diablo porque, en la unión de un hombre y una mujer, la naturaleza humana se realiza plenamente y, a su vez, constituye el icono de la santísima Trinidad. El demonio tiene la batalla perdida, por lo que se dedica a engañar.
Le da la vuelta a la sexualidad, que es maravillosa en un contexto de amor y entrega, y hace que se convierta en una trampa del egoísmo y del orgullo. Mucha gente se queda empapuzada en la parte genital en vez de ir al final del banquete. La buena noticia es que el GPS para orientarnos es la encarnación, donde se ve claramente que la materia puede ser vehículo de la gracia. Eso es lo que san Juan Pablo II quiso recordar con la Teología del Cuerpo.
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