lunes, 22 de junio de 2015

¿UNA IGLESIA DE MERCADERES?

Iglesia de San Ginés Obispo de Arrecife - Lanzarote

A veces nos parece lejano los acontecimientos vividos por Jesús en su tiempo. El Evangelio donde se narra los hechos de la expulsión del templo a aquellos judíos que habían convertido el templo en un lugar de operaciones mercantiles, vuelve hoy a tomar vigencia concretamente en Lanzarote. El Obispado se ha plantado suspendiendo las bodas que se venían celebrando como wedding planning por las agencias turísticas por parejas, en su mayoría, de Irlanda.

Muchos consideran que esa suspensión, al parecer porque los sacerdotes, escasos en números para atender las necesidades espirituales de la isla, no pueden asumir la demanda de bodas turísticas, perjudican de forma notable los intereses económicos y turísticos de la isla. Y no comprenden esa actitud del Obispado, puesto que se podría incluir al presbítero celebrante en el paquete turístico.

También las autoridades se ofrecen a mediar y al parecer la población no entiende ni aprueba esa postura eclesial. Priman los intereses de la isla y de la gente. Y eso es lo que parece importar, No se tiene en cuenta el significado sacramental ni se aborda el problema de la fe. Luego, ¿qué es la Iglesia? ¿Una empresa dónde se venden sacramentos y que con los nuevos tiempos que corren parece que interesa integrarla en el sector turístico?

Yo como creyente creo que no.  Y, por hoy, no he hablado con nadie a este respecto. Cuando digo con nadie me refiero a sacerdotes e incluso creyentes. Estoy en estos momentos reflexionando el tema a una pregunta u opinión que una buena amiga me ha lanzado. 

Entiendo que mi isla puede sentirse molesta y perjudicada. Las cosas no están como para dejar escapar una buena inyección económica con estos de las bodas, pero mi Iglesia no es una empresa y menos un lugar de mercaderes turísticos. No se puede incluir en un paquete turístico la boda, luna de miel y visita a la Isla de Lanzarote. La Iglesia no es un lugar ni un reclamo turístico. Pronto las agencias se llenarían de carteles que anuncian bautizos, bodas y primeras comuniones, todo incluido, con vacaciones en Lanzarote.

¿Y dónde queda la fe? Un sacramento implica un conocimiento de lo que significa, y eso exige una preparación y una catequesis. Porque exige un compromiso. Es algo muy serio, y donde se hace presente el misterio Trinitario. No se puede incluir esto en un paquete turístico ni comercial con ello. Otra cosa es que alguien, por motivos personales, quiera celebrar su compromiso matrimonial desde el compromiso de la fe en Lanzarote. Pero de eso a ofertarlo en una agencia de viaje va un abismo.

El planteamiento de las agencias turísticas y muchas otras personas del sector y de la vida civil y política de la Isla, descubren una fe inmadura, de niño  y un desconocimiento de lo que es y representa la Iglesia. Los sacramentos son signos sensibles de un efecto interior y espiritual que Dios obra en nuestras almas.  Y eso no es cuestión de ofertas, de viajes o paquetes turísticos. El matrimonio católico es la invitación de los contrayentes a vivir su compromiso de amor desde la fe en Jesús y siguiendo la Voluntad de Dios.

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