Ahora es el momento de demostrar tus buenas intenciones, al menos si vivian dentro de tu corazón. Ahora es el momento de dar un paso hacia delante y demostrar que lo que decías era verdad. Uno, porque debentender la mano al caído y levantarlo con un abrazo de fraternidad y no de reproches. Y en silencio proponerle lo mejor para el país, que desangra y sufre.
Otros, porque debens reconocer su errores apoyados en sus propios egoísmos y sin razones y descartando el sentido común, que parecen no tener, si, ahora, no son capaces de descubrirlo. Se necesita humildad y mucho sentido de estado, de mirar para los votantes sangrandos y afixidado por tanta irresponsabilidad. Y también para los militantes, engañados, exacerbados y ciegos, a los que se debe ahora apaciguar y explicar la pura realidad de su situación.
Es el momento de demostrar la caballerosidad y de no demorar más lo que se tenía que haber hecho hace ya nueve meses. Es el momento de demostrar a Europa que España ha pasado una época alocada, sin sentido y descolocada. Es el momento de volver al sentido común, a la España de la transición y el ejemplo para Europa y el resto del mundo. Es el momento para la unidad con un pacto entre caballeros de todos los partidos constitucionales que proclaman la unidad de España. Sí, realmente ahora es el momento.
Y no debemos desaprovecharlo, porque el edificio demócratico está muy requebrajado y amenaza con derrumbarse. No dejemos pasar esta oportunidad. Hablemos, diáloguemos, tendámonos la mano y miremos a nuestros respectivos votantes. Desean vivir en paz. Construyamos y fortalezcamos España.
Y vendrán nuevos tiempos. Aquí no termina todo. La historia sigue y todos los partidos, sobre todos los que naveguen sobre el sentido común, la concordia, el diálogo, la justicia, la unidad y la paz, tendrán su recompensa transformadas en votos en las próximas eleccions, que, ¡ojala!, sean dentro de cuatro años.
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