Está programado para el 7 de marzo una marcha por la Vida, y creo que todo lo que se pueda programar desde un compromiso serio y responsable contribuirá a crear una cultura de cambio y de criterios en los valores sustentados en la verdad y el bien. Porque amar es buscar la justicia y la paz y no podemos hablar de caridad si no hablamos de justicia y paz.
Pero puede ocurrir que, una vez realizada la marcha, manifestación o cualquier acto de protesta solidaria contra las injusticias, todo quede aparcado e instalado hasta el próximo. Los unos deben servir para que haya cambios en las estructuras por las que se promueven. Y desde ahí toda manifestación o acto debe servir para unirnos e infestar la atmósfera terrestre de actitudes, criterios y derechos que exijan el cumplimiento de dignificar al hombre y elevarlo a la categoría que como hijo de DIOS tiene.
Y en la medida que todos pensemos en la misma dirección, los gobiernos tendrán que pensar como todos. Creo que no hace falta preguntar en lo que crees, como crees, y por qué crees, sino si estás de acuerdo en defender la justicia, la libertad y la dignidad del hombre. Y si esto es lo que discutimos y valoramos a la hora de sumar en las urnas, los criterios a aplicar en las políticas gubernamentales irán cambiando. Porque sólo cambiará lo que nos importe, y si nos importa el hombre, ¿o no?, poco a poco todo irá conformándose en función de su bien.
Pensemos, ¿quien decide la hora de despertarse y comer en una familia con un niño recién nacido? ¿Los padres, la madre, el padre? Ninguno de esos, lo decide el niño cuando se despierta, siente hambre y llora. Y lo hará todas las veces que lo necesita, y se levantaran sus padres alternativamente, o el que tenga más amor. Es el necesitado quien decide cuando tiene hambre.
Igual ocurre en el mundo. No son las multinacionales, ni los Gobiernos, ni las empresas, ni los sindicatos, ni... son los hombres que padecen los que demandan el salario necesario para calmar su hambre, su necesidad de vivienda, su educación... y todo, la economía debe ir en función del hombre. Porque la inmensa mayoría de los hombres y niños que padecen hambre trabajan y no, por lo tanto, están pidiendo limosna sino su salario justo.
Pero es más, no sólo se contentan en explotar a los hombres, sino que los paran y admiten a sus hijos, mano de obra más indefensa, menos problemas y más barata, para sometidos y esclavizados hacer verdaderos pueblos de esclavos. Y esto no se arregla enviando dinero y ayuda a Haití, sino exigiendo, los que votamos, políticas justas con salarios justos. Haití era un pueblo con hambre, pobre y marginado antes del terremoto. Ahora, pueden imaginarselo, será una tragedia todavía peor, y nosotros con nuestras aportaciones económicas les ayudaremos a levantarse para que sigan siendo esclavos y explotados por aquellos que igual no se gastan un duro por ayudarle.
Por eso sugiero no discutir si esto es así o no, sino levantemos todos el brazo para exigir que se haga justicia. Inmediatamente surge la pregunta, ¿cómo? Divulgándolo, comentándolo, haciéndolo nuestro, haciendo debates, llenando los ambientes y desterrando lo superfluo, tanto fútbol, divertimentos... Conociendo la realidad, formándonos, enterándonos de dónde viene lo que consumimos, quienes lo fabrican, ¿serán los niños explotados?, pues no comprarlo divulgando en el comercio correspondiente que hasta que no mejoren las condiciones de los niños no compraremos nada, y muchas más cosas que se nos pueden ir ocurriendo... pero debemos movernos, todos, pero sobre todo los creyentes en JESÚS, porque amar, cómo amó ÉL es preocuparnos por los demás, los que están a nuestro lado y los que están lejos.
Y esto es Cuaresma, apoyado en mucha oración, ayuno (nuestro sacrifico diario, que puede ser nuestra dedicación a todo lo dicho) y limosna que enseña a pescar no a seguir pidiendo para comer
7 comentarios:
Te sigo leyendo, Salvador. Un fuerte abrazo.
Gracias Fernando, ánimo y tomemos nuestras respectivas cruces y adelante, pues ÉL así lo hizo y murió por todos, por aquellos que le molestaban y que le rechazaban.
Un abrazo en XTO.JESÚS.
Buscar la justicia y ejercitar la caridad, esos deberían ser nuestros objetivos como cristianos que somos. Y desde luego, confiar con muchísima paciencia en que el Señor, y no nosotros, irá cambiando poco a poco nuestros corazones. Tenemos su promesa de que el mal no prevalecerá. Un abrazo, Salvador!
Por cierto, y a propósito de la fotografía con la que ilustras la entrada, hace poco se ha creado la Fundación Hispanoamericana de Solidaridad (FHiS)en Chile, de la que tengo intención de hablar próximamente en mi blog. Saludos a todos!
Hola Salvador,
Nosotros los acompañaremos espiritualmente este día 7, y acá en Perú hemos convocado a un "plantón" frente a la embajada de España.
Acá la marcha será el día 27.
Bendiciones
Y lo iremos consiguiendo con la fuerza del ESPÍRITU SANTO, elige, pues el SEÑOR hará que su Salvación salga adelante.
En Argentina hemos parado la ley, ya empezamos a ganar las primeras batallas.
Hoy en mi pequeña catequesis de Bautismo he defendido el aborto apoyado en el ESPÍRITU SANTO, y me parece que los jóvenes estaban de acuerdo.
Recemos para que así sea.
Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.
Gracias Jorge, hemos parado la ley en Argentina, y lo conseguiremos en más sitio por la Gracia del SEÑOR.
Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.
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