miércoles, 3 de febrero de 2010

VERDAD O MENTIRA.


Si miramos el espectro político que nos representa, y les interpelamos por sus valores e ideales, observamos que, como denominador común, todos defienden la libertad, el respeto, la defensa de la vida, la justicia, la libertad a crecer en paz, a ser educado libremente y... todo lo que represente un valor digno para el bien común de todas las personas.

Se nos hace difícil diferenciar a unos de otros, y hasta comprender por qué hay innumerables partidos con siglas diferentes y con, aparentemente, muchas diferencias en la defensa de la persona humana. No llegamos, al menos a mí me pasa, a entender el por qué de unos a la derecha y otros a la izquierda. Y en el intento de buscar alguna razón, la única valida la encuentro en la mentira. Porque no hay sino una sola verdad, y lo que no es verdad deberá ser lo contrario, mentira. Espero que todos coincidamos en que no hay medias verdades y medias mentiras.

Si todos defienden la libertad, ser libre no debe tener sino un solo significado. Y ese significado debe ser la búsqueda de la verdad y el bien para todo ser humano. Nada que no sea bueno y verdadero puede ser libre, porque cuando buscas algo que no representa el bien común se convierte en algo partidista, de unos pocos y, por lo tanto, bien para unos cuantos y no para todos. Por lo tanto, es algo excluyente, sometido, esclavizado y, por supuesto, no libre.

La libertad debe estar abierta a todos y segura ante todos y para todos. De tal forma que, se es libre porque se es incapaz de hacer algo que perjudique a otro. Hacerlo significa buscarte, hacerte tú mejor, diferenciarte, tener privilegios, excluir y marginar al otro...etc. Y volviendo a tema que nos ocupa, no tendría sentido elaborar programas diferentes, ni entablar batallas dialécticas que explican que unos defiende una cosa diferente a otros. Eso, que suele ser así, deja al descubierto que no se habla en verdad, luego, la legislatura se encarga de demostrarlo de forma categórica.

Y ahí podemos encontrar respuestas a todo lo que, de vez en cuando, nos deja perplejos y sin sentido, sembrando muerte, miserias, hambre, subdesarrollo, injusticias, pobrezas... creo que estos días se ha hablado hasta el extremo de todas estas catástrofes y la causas que impiden que vuelvan a repetirse y a causar los mismos o más daños. No se avanza en ese sentido porque no hay voluntad de avanzar.

La conclusión es que sólo alguien dice la verdad, pues, de decirla todos, sería de necio estar divididos y diferenciados. La evidencia es que no es así, y todos mienten, y al mentir el mundo refleja la mentira. Pero lo peor es que si nadie dice la verdad, al menos, toda la verdad, ¿cómo podremos encontrarla y, más todavía, tratar de ponerla en práctica? El manifiesto que antecede a esta reflexión articula lo que todos deseamos y queremos, ¿por qué entonces no nos ponemos manos a la obra, nos juntamos y lo hacemos vida?

Ocurre lo que no ocurre cuando se busca la verdadera Verdad. Y es que cuando lo que realmente nos preocupa es la búsqueda del bien, no importa mis intereses, mis privilegios, mis egoísmos, mi propia vanidad, mi carrera, mi situación, mis honores, mi orgullo, mi poder... sino el bien de los demás. Es entonces cuando la Verdad no miente y se manifiesta unida y simple.

Sin embargo, la pregunta es eterna, ¿es la persona humana capaz de, por sus propios medios, alcanzar esta meta? Porque si de una cosa tenemos evidencia es que en el fondo de toda persona hay esa búsqueda y ese deseo. La verdad no se esconde y es clara y diáfana a la vista de todos. Luego, quienes la enturbiamos y oscurecemos hasta confundirla con la basura y la mentira es el propio hombre. Mientras no miremos de frente y con un corazón humilde y sencillo a QUIEN tenemos que mirar, el mundo seguirá en manos de los defensores de la verdad hecha mentira.

4 comentarios:

María Eleonor Prado Mödinger dijo...

La verdad se halla en el alma y los partidos políticos, los líderes y cuánta falacia pulula por ahí se gesta en las mentes, en la confusión; lamentablemente nosotros no hemos aprendido nada, le damos más valor a lo que queda en el seso que en el alma, no interiorizamos con nuestro yo profundo, no nos quedamos callados, impenetrantes y austistas, al contrario nos place la bulla y sobre ella el verbo confuso de quienes nos lavan todos los días la cabeza con nuevas formas de marasmos y la verdad, la gran luminancia está inconfundiblemente adentro y no la reconocemos.

Lástima para quién, para todos nostros.


Gran texto éste, mi respeto.

Salvador Pérez Alayón dijo...

Así es, la verdad es parte de nosotros mismos, pues somos semejantes al Creador, fuente de Verdad.

Y, también es verdad, que debemos buscarlas, y como bien dices, no en las cosas exernas, superflúas, caducas, sino en nuestro interior donde está escrito e impreso el amor del que procedemos.

Un abrazo.

eligelavida dijo...

Dice Edith Stein que quien busca la Verdad la encuentra, porque la Verdad es Dios y Él no permite que nadie que lo busque con puro corazón quede abandonado. Lo que sí es necesario, es esa actitud de búsqueda, ese deseo de encontrar la Verdad.

Salvador Pérez Alayón dijo...

Razón tienes en decir esto, eligelavida, pues DIOS no nos manda cosas imposible, sino que hagamos lo que podemos, pidamos por lo que no podemos y ÉL hará que podamos.

Por lo tanto, cuando le buscamos tal y como tú dices, ÉL hará que le encontremos, pues es ÉL quién primero nos busca.

Un abrazo en XTO.JESÚS.

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