domingo, 12 de septiembre de 2010

CARTA DE UNA DEMÓCRATA A UN DICTADOR



Cuesta decir la verdad, sobre todo cuando te expones a ser tratado no como una persona con sus derechos, sino como un objeto que no interesa dejar que siga molestando tus propios intereses y ambiciones personales.

Se pierde la vergüenza cuando se está cegado por la ambición y el poder, hasta tal punto que no importa lo que haya que quitar del medio para aparentar y seguir mintiendo. Porque se trata de decir la verdad, para engañar, pero no cumplirla. El objetivo son mis propias ambiciones, apegos y apetencias que dan cumplida satisfacción a mis egoísmos.

La exministra americana, Condoleezza Rice, dirige una carta al Presidente Hugo Chávez que deja al descubierto el comportamiento de ese señor y lo poco inteligente de sus actuaciones al someter a un país a sus caprichos y egoísmos, así como su trato con los demás. Recordemos el altercado que tuvo con el Rey de España.

Lo lamentable es que todos somos responsables de que estos individuos estén al frente de un país. Allá en Venezuela, los venezolanos, y aquí, en España, los españoles. Igual podemos hablar de muchos otros lugares. Señores que en lugar de gobernar, desgobiernan y destruyen todo lo bueno que fundamentan los valores en los que se sustentan los países.

Todo esto debe servirnos para tomar más interés en elegir mejor y en unirnos para reclamar las promesas hechas en tiempo de elecciones, porque lo que se dice por la boca no tiene ninguna relación con lo que se hace con los hechos.

No hay coherencia de palabra y vida, y así todo se traduce en una mentira, que, algunas veces, quedan al descubierto por la valentía de algunos, como es el caso que nos ocupa y a la que felicitamos por su fidelidad con la verdad y el compromiso. Seguramente hará mucho bien, y es eso lo único que podemos llevarnos y presentar como fruto de nuestra vida en el momento de rendir cuentas.


2 comentarios:

eligelavida dijo...

Ya lo creo que hay que elegir mejor. Es una gran responsabilidad la que tenemos. Los dos últimos Papas han insistido mucho en recapacitar a la hora de votar para no ceder ante cuestiones que son innegociables.

Salvador Pérez Alayón dijo...

Ese es el reto, esforzarnos en elegir y que sepan que quien no actúa bien y según lo prometido se irá a casa.

Y hace dos elecciones que he empezado a cambiar mi voto. No hay mucho que elegir, pero se lo doy, y lo apoyo, a aquel que defienda la vida y la familia, y que luche por una sociedad más humana, más libre, más justa y solidaria con los más necesitado.

Creo que si todos hacemos un manifiesto vendiendo nuestro voto y unidos, podemos captar a algun grupo que se presente con esa actitud.

Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.

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