miércoles, 15 de diciembre de 2010

AUTORIZADOS PARA MATAR

 Primero fue el aborto y ahora le llega el turno a la Eutanasia bajo el seudónimo de "muerte digna", para que resulte más suave. En principio se habla para casos terminales, pero luego se aplicará para todo tipo de casos que interese quitarse delante ese tostón de muerto.

Sólo el hecho de poder optar a quitarte del medio de forma permitida, no por eso moralmente legal, es una tentación para que, al menor contratiempo, sentir el deseo y las ganas de hacerlo.

Y del hecho al trecho sólo va un segundo. Es gracioso contemplar como se pone de ejemplo a otros países que ya han tomado esa medida, como dando a entender que el hecho de que otros lo apliquen es sinónimo de que debe ser así. De esa forma podemos llegar a pensar que si todos matan, es bueno permitir y legalizar el derecho a matar.

Todas estas medidas son consecuencias de la esclavitud a los sentimientos de las apetencias y los egoísmos que nos envuelven en una cultura hedonista y materialista. Todo lo que no produce y da placer es necesario destruirlo. Y, la persona humana, mejor decir, la cosa humana, porque somos más una cosa que persona, es utilizada en cuanto sirve o no sirve.

 Escondido en el autoengaño de "muerte digna", se ejecuta un asesinato por fecha de caducidad. Se le convence a la persona que es mejor morir y no sufrir. Pero detrás está el evitarnos a nosotros mismos lo que de sufrimiento podamos nosotros padecer, y poco importa lo que pueda sufrir la persona en cuestión. Todo viene determinado por lo que nos pueda afectar a nosotros.

Yo quisiera sufrir en la cruz mi propia muerte, y le pido a DIOS que me ayude a compartirla con su HIJO y ofrecerla, a pesar de su pequeñez, junto a la de EL. No sé cómo ni cuando, pero le pido que me de tiempo para darme cuenta y poder ofrecerla. Tampoco sé si voy a tener fuerza y valor, pero sé que contando y estando ÉL, todo se podrá.


 Eutanasia: un debate que nunca muere

9.11.2010 A.G. 
El Consejo de Ministros acordó el viernes la aprobación del proyecto de Ley de Muerte Digna para marzo de 2011. El vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, subrayó que la ley va destinada exclusivamente a enfermos terminales y que, "en ningún caso" se trata de regular la eutanasia.

Vista del llamado "kit de eutanasia" que se vende en algunas farmacias de Bélgica. 
Vista del llamado "kit de eutanasia" que se vende en algunas farmacias de Bélgica.


La mayoría de los ciudadanos considera, erróneamente, muerte digna y eutanasia son equiparables. Los expertos insisten en que son dos conceptos muy diferentes, ya que ésta es la acción u omisión por parte del médico con intención de provocar el fallecimiento del paciente, mientras que la muerte digna es la que se produce con todos los alivios médicos adecuados y los consuelos humanos posibles
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Sin embargo, pocos son los que tienen claro dónde está la frontera entre muerte digna y eutanasia y la sociedad está dividida entre partidarios y detractores de regular cómo y cuando morir.

El Gobierno ha anunciado en diversas ocasiones su intención de abrir el debate sobre la eutanasia, “una práctica que se encuentra tipificada en el artículo 143 del Código Penal de 1995 y que regula y sanciona las hipótesis que se puede dar en este contexto”, según el profesor de Derecho Penal de la Universidad de Valladolid, Manuel Gómez Tomillo.
Este jurista, que es codirector del libro Aspectos médicos y jurídicos del dolor, la enfermedad terminal y la eutanasia, patrocinado por la Fundación Lilly, reconoce que “es una situación que enfrenta posiciones irreconciliables”.

El internista y director de esta Fundación, José Antonio Gutiérrez defiende que “nuestra decisión es aliviar el sufrimiento, pero siempre respetando la decisión del enfermo”, una afirmación que no excluye que “la libertad del paciente no puede invadir la del médico ni los médicos entendemos nunca nuestra actuación ante el paciente, y menos ante el final de la vida, como un enfrentamiento que deba ser regulado”.

El catedrático de Psiquiatría Juan José López-Ibor considera que el debate es una consecuencia del progreso médico. “En la medicina actual cada vez hay más posibilidades de elegir, y cuando ya no hay opciones, las decisiones no son meramente científicas, sino que intervienen los valores, y cuando éstos difieren de unos individuos a otros son conflictivos”.

El presidente del Foro Español de Pacientes, el doctor Albert Jovell, asegura que la ley anunciada por el Gobierno, “no tiene dinero ni ministerio para aplicarse”, y subraya que “ahora mismo no es una prioridad para los pacientes”.

En su opinión, lo que debe hacer el Ejecutivo es “hacer cumplir la actual Ley de Autonomía del Paciente, porque en la actualidad la prioridad es el manejo de los cuidados paliativos y que todo el mundo tenga acceso a ellos sin importar su lugar de residencia”. Por su parte, el presidente de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos, Javier Roquefort, respalda el anuncio del Gobierno y confía en que “no provoque el revuelo que tuvo la ley andaluza de muerte digna que se aprobó el pasado mes de marzo”.

La futura Ley de Cuidados Paliativos y Muerte digna que prepara el Ejecutivo tendrá como modelo la Ley de Derechos del Paciente y Final de la Vida vigente en Francia desde 2005, según la cual es “prioritario cumplir los deseos del paciente terminal, que tiene derecho a limitar o detener todo tratamiento, aunque esto acorte su vida.

La norma francesa señala que el médico debe informar al paciente si el tratamiento que se le va a administrar va a acortar su vida, y cuando el enfermo terminal está inconsciente, la decisión de interrumpir el tratamiento se debe tomar mediante un procedimiento colegial y consultando a la familia o personas de confianza.

La eutanasia activa es legal en Holanda, Bélgica y Oregón (Estados Unidos)
Suiza autoriza el suicidio asistido; Japón lo permite desde 1995 bajo determinadas circunstancias y Colombia lo reconoció en 1997 como un derecho para enfermos terminales.

3 comentarios:

Rafael dijo...

Desde luego todo esto me parece tremendo. Es una auténtica pesadilla que se encuentra con la indiferencia general y por eso continúa extendiéndose.

Anónimo dijo...

Pero vamos a ver, ¿por qué os teneis que meter los ultraderechistas (que no cristianos) en la vida de la gente? Si una persona elige voluntariamente morir antes que pasarse 30 años sufriendo conectada a una máquina, ¿por qué no puede, eh? ¿Quién eres tú para impedírselo?

Salvador Pérez Alayón dijo...

¿No le parece una contradicción exigir ponerse el cinto de seguridad (en el coche) y detener a alguien que se quiera matar (claro, en el caso que lo descubran y puedan evitarlo) y permitirlo en otras circunstancias?

¿No le parece una falta de respeto tachar a otros de personas ultraderechistas y no cristianos porque a usted le parece?

¿Quién es usted, mídase con sus propias palabras, para juzgar a los demás y decidir sobre sus planteamientos?

¿Cree que con personas cómo usted se puede hablar y dialogar exponiendo lo que cada uno cree y piensa, sobre todo buscando la verdad y el bien común?

Podemos preguntarnos, ¿quiénes son los irrespetuosos, dictadores que no respetan a los demás?

¿Y quién tiene autoridad para quitar la vida de otra persona, incluso ella misma?

¿Es su vida suya, le pertenece, no tiene nada que ver con los demás, está usted solito o cada uno por su lado?

¿Nos ha dado Alguien la vida, y si piensa así, con qué autoridad nos la quitamos? ¿No respondemos por ello?

Si no piensa así o no cree en esto, al menos respétenos e intente dialogar y exponer lo que usted cree, pero no pierda el respeto al otro.

Un abrazo.

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