No hace falta alarmarse porque la mentira se descubre por todas partes. La mentira se descalifica por si sola, y nunca se podrá descalificar lo bondad y lo bueno con la maldad y lo malo. La mentira no puede descalificar a la verdad, y el hecho de no respetar la libertad del otro, hace que su propia defensa esté apoyada en la mentira.
No se puede desterrar la mentira con otra mentira, porque ambas nunca darán verdad. De una mentira siempre saldrá otra mentira, y si la educación en la fe es mala terminará por destruirse ella misma. Pero si es buena, como realmente lo es, nunca podrá la mentira destruirla. Así que hermanos manifestante no se preocupen por hacer tanto ruido, porque con la mentira no se va a ninguna parte. Y eso lo saben ustedes muy bien.
Para defender mis derechos tengo que respetar lo de los otros. Y no sólo respetarlo sino manifestar por qué quiero quitarlos y cual es su maldad. Porque amar y desear el bien del otro no encierra ninguna maldad. Al contrario es un sentimiento que anida en todo corazón sano y de buen gusto
Podríamos responder: ¿Por qué me insultas y haces burlas? Acaso he hecho algo malo o te he perjudicado en algo? ¿Te hago mal cuando hablo de amar y servir a los demás? Y si consideras que eso es así, ¿en qué te he hecho mal?.
Sólo me queda pedirle al SEÑOR que les perdone porque no saben lo que hacen.
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