Ese es el milagro de su permanencia, de su peregrinar, de su resistencia a todas las épocas y peligros. Ese es milagro de no sucumbir a sus propias limitaciones humanas, pues sus miembros están sujetos al pecado y al error, pero el ESPÍRITU SANTO la asiste y conduce en la Verdad.
Este vídeo que pongo a continuación del padre Fortea nos explica, por su propia experiencia, el milagro de nuestra confianza y seguridad de estar en la verdadera Barca que supera toda tempestad para llegar al verdadero puerto que todos anhelamos.
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