¿Que es lo que pasa en este país?; ¿se confunden las cosas? Al parecer eso parece, porque cada vez la confusión es enorme. A mi entender hay varios planos superpuestos que no guardan relación unos con otros. En primer lugar están los de arriba; los de arriba son los primeros, los que gobiernan, los que están donde se toman decisiones y se influye en las direcciones por las que se dirige la conducta, tanto económica, como política, educativa y de relaciones. Su situación es plus, como ahora se denomina, y sólo les preocupa mantenerla.
En el otro escalón están los del medio. Están tranquilos porque gozan de una situación, estable en cierta medida, y de muy buenos privilegios. ¡Vamos, son los que, ellos mismo se lo dicen, viven bien! Sus necesidades primordiales están cubiertas; sus hijos estudian; poseen sus buenos coches y mantienen un cierto nivel bastante aceptable.
En un escalón, más abajo, están los que no tienen las cuentas muy claras. Estos no ven las cosas tan bien como los del inmediato escalón superior. Su economía no la tienen muy clara y se las ven y desean para llegar al final del mes con cierta holgura. Viven apretados y privandose para subsistir los treinta días, pero no hacen más. Su meta es llegar al final y mejorar como les sea posible. Se agarran al del escalón más inmediato en la primera ocasión que tengan, y si es del primer escalón con más razón todavía. Están dispuestos para trepar sea como sea, incluso a pasar por encima del vecino, compañero de fatiga de ayer, pero hoy te dejo y me voy a los escalones más inmediato. Esto se llama soborno, venderse, insolidario, corrupción... etc. y muchas cosas más.
Al final están los de siempre. Los pobres, los que por mucho que echen cuenta no llegan ni a mitad de mes. Su situación es desesperante, de supervivencia, de caos. Son los sin derechos, sin dignidad, sin importancia, sin nada. Son los que obedecen y a los que los de arriba dirigen de un lado para otro como si de marionetas se tratara. Son la base de la masa. Son los que por ser los más indefenso necesitan de ALGUIEN que venga a salvarlos.
Pues bien, este es el panorama tipo de cualquier nación o pueblo, porque no ocurre solo en España. Y es aquí donde los que están arriba lanzan sus redes y pescan según este el mar. Ahora tratan de confundir laico con laicismo. Y los de abajo tragan lo que le echen. Claro unos entretenido en vivir bien: coche, buen fin de semana, deporte, televisión, partidos, sexo... etc; otros, los del escalón inmediato inferior, afanados en querer hacer lo que hacen los del escalón inmediato superior: más trabajo para vivir como el de arriba, más esfuerzo para sentirme bien y vivir bien. Y los pobres no tienen derecho ni a pensar. Nadie les escucha. No pueden levantar su voz. Apenas tienen fuerza. Tampoco saben que hacer; no tienen preparación ni están formados. Toda su vida la han dedicado a la lucha por la supervivencia. Son los más pobres.
Así el panorama, oyen que ahora hay que ser laico, y laico es ir contra todo tipo de religión que nos quieran imponer. Hay que, pues, dejar de ser religioso porque ya hemos estado mucho tiempo siéndolo y ahora toca ser laico.
Pues muy bien, señores políticos, porque, no sólo los del gobierno sino todos están implicados en lo mismo ya que si no levantan su voz es porque otorgan o están de acuerdo, o, simplemente, tienen miedo a perder sus privilegios. Todos son partidos partidistas que sólo luchan por sus ideologías interesadas, no por el bien común, no por el bien de hacer, o tratar de hacer, coincidir a todos en el mismo escalón.
Sin embargo, hay que decir que ¡ojala fuésemos laico!, porque ser laico es, según el Sr. Jiménez Lozano, y yo estoy muy de acuerdo con él, algo neutro, no está tintado por ninguna ideología; el laicismo está impregnado por cierto tinte antirreligioso. ¡Ojalá España fuera un país laico. Un Estado no debe meterse en lo que piensa la gente.
Ya ven, si somos un estado laico, porqué no nos dejan ser laicos. Sepan ustedes que yo, que me confieso creyente católico, soy laico, sinónimo de seglar, es lo mismo. Y, ¿es que ustedes no lo saben? ¿Por qué confunden a los que no les importa, a los que no lo saben y a los que ni lo entienden? ¿Por qué no explican las cosas claras y les dicen que en este país no se es libre, porque no nos dejan ser lo que proclaman sino lo que quieren y les interesan. ¿Por qué no le dicen que ustedes tienen otro dios que, no proponen, sino que obligan a obedecer: el Estado. O dicho de otro modo: ustedes mismos.
Como dice en El Mundo, Fernando del Rey: una estrategia de Gobierno no se construye mirando sólo a complacer el bolsillo de los ciudadanos, perforando túneles, levantando hospitales o bajando impuestos, esa son las añadiduras, agrego yo según palabras de nuestro SEÑOR JESÚS. Los ciudadanos, continua Fernando del Rey, quieren algo más, bastante más. Sin grandes principios, sin ideas, sin ideas, sin valores y sin imaginación, la Historia demuestra que más tarde o más temprano toda opción política está condenada a desaparecer. En términos del hombre de fe, diría: toda opción que no tenga a DIOS como referencia está condenada al fracaso y muerte.
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