jueves, 12 de junio de 2008

LOS VALORES SIEMPRE SON LO PRIMERO


Está fuera de duda que los valores son, por propia naturaleza y ley natural, lo primero que el hombre debe buscar y a lo que está llamado. Es de buen gusto buscar la Verdad, es más, todos los hombres están obligados moralmente a buscar la Verdad. Es obvio que nadie quiera permanecer en el error, pues sería algo contra natura, ni tampoco el Estado va a poner una ley que prohiba permanecer en error, pues todo ser humano es libre para permanecer en la verdad o en la mentira que él determina como su verdad. Por eso, aún equivocados, todo ser humano busca la Verdad y quiere para sí la auténtica Verdad. Es la inclinación lógica y natural.




Ahora, la Verdad está intrínsecamente unida a la libertad. Ambas están ligadas, de forma que no se puede ser libre sino en la Verdad. Otra razón de peso para afirmar que para estar en la Verdad, bien supremo que busca toda persona, hay que ser libre. Sin libertad no hay Verdad, y sin Verdad no hay libertad. "la verdad nos hará libre" (Jn 8, 32).




La Verdad no puede ser mi verdad, la que yo entiendo y hago para mí, pues somos humanos y egoístas y facílmente razonamos inclinados para nuestros propios intereses. Somos esclavos de nuestras propias apetencias: soberbia, orgullo, ambición, vanidad, poder, placeres, comodidades, riquezas, concupiscencias... etc. en resumen de nuestro propio egoísmo. La Verdad nos viene revelada por DIOS que busca nuestro bien personal y común, y a poco que reflexionemos unos segundos, nos daremos cuenta que nuestro propio bien coincide con el de nuestro PADRE DIOS.




Tenemos, pues, derecho a buscar la Verdad y a ser libres para ello. Y ahí entran los partidos políticos del color que sean. Se ha de buscar primero los valores auténticos, por encima de todo. Y eso implica una defensa firme y decidida a manifestarlo sin miedo y sin menoscabo de temer a perder votos. Pues por encima de todo están los valores, y lo que le debe importar a un partido no es el deseo de subir al poder, sino de poder gobernar para el bien común de todos. Y el bien común es buscar la Verdad y ponerla en practica.




Sin miedos ni temores: prohibir el aborto; es un atentado contra la vida, nadie quiere morir y matar no es bueno. Defendamos a los indefensos como me gustaría que me defendieran a mí. De la misma forma, la eutanasia. Defendamos el derecho a la libertad religiosa. defendamos el derecho a la protección de la familia. Pidamos el 2,5 % del PIB, la media de lo que se invierte en la Unión Europea. Defendamos el derecho a la libertad de la educación... etc.




No se puede servir a la política, para servirme de ella, y servir a DIOS al mismo tiempo. O se está con DIOS o se está contra ÉL. El partido es un medio, no un fin para el cumplimiento del Mandamiento del amor: el bien común. Una fe que no se hace cultura, que no se convierte en estilo de vida, es una fe no plenamente acogida, no totalmente pensada, no fielmente vivida. El creyente es alguien que se ha encontrado con JESUCRISTO, se ha enamorado de ÉL y siente pasión por ÉL. Por eso toda persona que experimenta este encuentro es una persona transformada, donde quiera que se encuentre, alguien que ha experimentado un cambio radical en su vida. Alguien que ya no puede vivir sin CRISTO, como vivía antes. Quien ha experimentado una conversión profunda ya no puede mirar con sus propios ojos, sino con los ojos de CRISTO.




Antes de político, partidista, se es creyente en ALGUIEN. Sólo así se puede llegar a evangelizar y transformar el ambiente en el que se vive, es decir, "puede convertirse en creador de cultura", porque cultura es un ideal de perfeccionamiento. La cultura, en palabras de Monseñor Duque Jaramillo, es todo y sólo aquello que ayuda a que la persona sea plenamente humana.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Y según tú que hay que hacer ?
¿volvemos a la época de Franco e imponemos el catolicismo a todo el mundo ?
Cada uno es libre de creer en lo que quiera,y no es normal que se imparta la religión católica en los institutos,ya que otras religiones profesadas en España pueden sentirse ofendidas.
Y lo que es más penoso,la Iglesia sigue metiéndose en asuntos políticos en los que no les llaman, véase en el caso de los abortos.

Por eso creo que la conferencia episcopal y todo poder católico en España debería disolverse.

Salvador Pérez Alayón dijo...

Nadie que busque la Verdad se puede ni debe sentirse ofendido, porque sólo la Verdad nos hará libre.

Y una gran verdad es la vida y hay que defenderla por encima de egoísmo personales e intereses económicos, porque son esos intereses los que matan a los niños, vengan como vengan, en el vientre de sus madres.

Y si no que antes sean responsables.

La Iglesia, que soy yo también, nunca desaparecerá a pesar de que muchos desearían que lo hiciese. Entre otras cosas porque defiende la Verdad, la justicia y la concordia entre los hombres, y eso siempre está ahí. Y necesita ser anunciado, y la Iglesia lo anuncia desde la Buena Noticia que es el Evangelio.

No hay nadie que lo pueda anunciar mejor, porque los que lo hacen, lo hacen desde sus intereses e ideologías. ¿No te parece? Se esconde la Verdad.

Y no me hables de los fallos que han tenido, también son humanos, muchos que han hablado como y desde la Iglesia, porque desde que lo hacen quedan fuera de ella. ¿Cuánto fallos hay en todos los demás grupos, partidos o dirigentes?

Un abrazo.

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