jueves, 4 de diciembre de 2008

¡Voluntarios!


En estos tiempos, donde nos conformamos cómo son las cosas, donde hay sentimientos de pequeñez porque solos no podemos hace nada para cambiar las situaciones, ES POSIBLE, personas voluntarias que sean instrumentos para transformar la sociedad, donde cada vez haya mayor presencia y participación en la dimensión política, teniendo siempre una actitud crítica y transformadora, denunciando las injusticias y anunciando que otra realidad es posible.

En estos tiempos, dónde el milenio va, milenio viene, es propicio para que se hable sobre el destino de la humanidad, para que se anuncie el fin del mundo, mientras el tiempo continúa, callidito la boca, su caminata a lo largo de la eternidad y del misterio. Aunque no podemos imaginar el tiempo que será...ES POSIBLE, tener el derecho a imaginar como queremos que sea.


En estos tiempos, de creciente desigualdad, donde en Canarias las personas bajo el umbral de la pobreza sobrepasan las 600.000, se recortan los derechos sociales; se privatizan los servicios públicos; se permiten mecanismos de acumulación de capital en pocas manos; muchas personas están viviendo en la calle, muchos mayores sobreviven sin recursos ni apoyos; aumenta el número de personas encarceladas por ser pobres; la mayoría de las familias no llegan a fin de mes y en general están creciendo las condiciones de vida precarias.


Es posible, un voluntariado que denuncia y se moviliza para trabajar por la justicia, para que todo el mundo tenga acceso a los derechos económicos, de salud, educación libre, trabajo, vivienda...etc; un voluntariado que lucha por el desarrollo de los servicios públicos y por el reparto de la riqueza, siendo él (los voluntarios) ejemplo al compartir el bien más preciado por muchos de nosotros, el tiempo.

Aunque no podemos adivinar el tiempo que será, sí que tenemos, al menos, el derecho a imaginar el que queremos que sea.. en 1948 y en 1976, las Naciones Unidas proclamaron extensas listas de derechos humanos, pero la inmensa mayoría de la humanidad no tiene más que el derecho de ver, oír y callar. ¿Qué tal si empezamos a ejercer el jamás proclamando derecho de soñar.


La gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni será comprada por el supermercado, ni será mirada por el televisor; el televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia, y será tratado como la plancha y la lavadora.

La gente trabajará para vivir, en lugar de vivir para trabajar; se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez que cometen quienes viven por tener o por ganar, en vez de vivir por vivir. como canta el pájaro sin saber que canta y como juega el niño sin saber que juega.

Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vidas a la cantidad de cosas; los historiadores no creerán que a los países les encante ser invadidos; los políticos no creerán que a los pobres les encante comer promesas.

Nadie será considera héroe ni tonto por hacer lo que cree justo,; en lugar de hacer lo que más le conviene; el mundo ya no estará en guerra contra los pobres, sino contra la pobreza, y la industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra.

Framentos de "Derechos al Delirio", por Eduardo Galeano.

3 comentarios:

Hilda dijo...

Que hermosos delirios, oro porque se hagan realidad!!! saludos. Hilda

Makeka Barría dijo...

Interesante los fragmentos.
Gracias por compartirlo.
Abrazos.

Salvador Pérez Alayón dijo...

Es el ideal al que aspiramos. Una sociedad donde impere el bienestar nacido del respeto y la libertad como personas, porque lo que hace la vida de las personas digna es, sólo y unicamente, el amor. ¡Esatríamos ya en la antesala de la Casa del PADRE!
Un abrazo, querida amiga.

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