La verdad nos hace libres, libres para buscar el bien porque el bien está contenido en la verdad pues, ¡si no, eso no sería verdad, sino mentira! Y se hace evidente que el hombre cuando busca la verdad desde sí, no encuentra sino mentira y perdición. La evidencia es tan clara que estamos llegando a la degeneración y al disparate. Nos afanamos en dar vida y en buscar soluciones para prolongar la vida, ¡hay si llegáramos a descubrir el elixir eterno de la juventud!, por métodos científicos y luego hacemos lo propio para producir la muerte. ¡Jamás se puede ver tanta incoherencia y sin sentido!
El hombre, que quiere dominarlo y controlar todo, se pierde en sí mismo por querer ser como DIOS. Ese ha sido nuestro pecado y, hoy continua siéndolo. Pero lo más sorprendente es ver que aún viendo su propia destrucción no quiere ver la verdad y no levanta camino hacia la auténtica libertad. Es deplorable y hasta entristecedor ver tanta soberbia y vanidad humillada con el paso de los años e impotente de poder levantarse y regresar al camino de la verdad.
Nos parece imposible y nos cuesta creerlo, pero la realidad es inapelable y a ella nos tenemos que rendir y remitirnos. Llega a ser monstruoso el comprobar las ofertas que hay para bien morir, o morir dignamente, como lo presentan. Precisamente a Mario Melazzini lo que le hizo recapacitar fue esa frialdad con que se negocia tu propia muerte, como si de un objeto se tratara. Sólo nos falta pedir rebaja para que no sea muy gravoso para la familia, ¡Disparatado! ¡Sin sentido!
Hoy, Mario Melazzini tiene otro problema, el deseo incurable de felicidad progresiva que padece. ¡Si llega a comprar su muerte! Estamos en una era en la que vamos perdiendo nuestra dignidad, porque lo único que hace al hombre digno es el amor. Y el amor nunca puede matar. Ahora, nosotros matamos al nacer y al morir. Ya no sólo no nos dejan nacer, sino que nos dejan morir. Al final somos mercancía de comprar y vender. ¡Pobre de aquel que se ponga viejo antes de tiempo!
Como ven, las conclusiones que se desprenden de todo esto son disparatadas y más propias de los animales que las personas. La muerte emitida por televisión de Craig Ewert es la constatación de la soberbia humana a constituirse en dueño y señor de su vida. Pronto creeremos que podemos nacer cuando queramos y morir también. Indudablemente yo prefiero ser creado por amor y morir cuando DIOS, mi creador, decida darme la plenitud de vida eternamente feliz.
Y claro, supongo que eso tendrá alguna contraprestación pues, según nuestros criterios, nada nos es dado de gratis, lo normal sería aceptar lo que nos pase de forma natural y atenuado lícitamente por los cuidados paliativos proporcionados al dolor. El SEÑOR JESÚS nos lo señaló así testimoniándonoslo con su muerte, pero también con su Resurrección. Y, para asombro de todos, de forma gratuita, simplemente por amor.
4 comentarios:
Que miedo me da este asunto de la eutanasia,somos carne de cañon.
Vengo a desearle una Feliz Navidad y prospero año nuevo 2009.Mis saludos cordiales.
" La muerte emitida por televisión de Craig Ewert es la constatación de la soberbia humana a constituirse en dueño y señor de su vida. Pronto creeremos que podemos nacer cuando queramos y morir también." Y eso al rato nos va a llevar a que querramos decidir cuando nacen y mueren los demas, es decir legalizar cualquier tipo de homicidio. Terrible en verdad.
saludos. Hilda
me alegra te llegara el mail.
Alter ego, evidentemente lo único cierto que hay en la vida es la muerte, y, aunque como humanos tengamos miedo, desde nuestra fe debemos sentirnos salvados y resucitados a una vida en plenitud con JESÚS. Debemos mirarla de frente porque es seguro que la tendremos que afrontar, pero nunca solo,sino con JESÚS.
Lamentablemente, querida Hilda, esa es la realidad en la que estamos inmersos. Sorprendentemente ayer en ABC el Papa comentaba que de seguir así, insolidariamente, el mundo iba al caos y a su destrucción.Sólo la esperanza en CRISTO, nuestro SEÑOR, nos mantiene esperanzados y confiados en un mundo justo y solidario.
Un abrazo.
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