viernes, 18 de junio de 2010

LA VERDADERA MISS.

Es lo normal, pero no es lo frecuente que una persona, que ha sido dañada gravemente en sus propias carnes, manifieste públicamente que lo más importante, después de los daños recibidos, y con el añadido de ser en un concurso de "Miss", es conseguir sanar su corazón.

Y reitero que es lo normal porque el perdón es la única vía de conseguir la pacifica convivencia y la paz interior de las personas. Una vez más sale el concebido tema de que lo normal no es lo corriente, porque lo corriente, no lo normal, es dejarse llevar por los instintos perversos del odio, la venganza y el deseo de "ojo por ojo y diente por diente" que engendra más de lo mismo y pervierte al ser humano convirtiéndolo en pasto de sus mismos males.

El deseo natural de toda persona humana es amar en verdad y justicia, y sólo así conseguirá sanar su corazón. Por eso he quedado sorprendido por tan bellas palabras que es cuando realmente hacen bella a María Fernanada Nuñes. Ahora, quizás con un rostro deteriorado es cuando realmente es bella, porque su belleza anterior sólo era temporal, pasajera, caduca, pero la de ahora es eterna, imperecedera, y esperanzada en recuperarse al final de los tiempos.

Indudablemente que a los ojos del mundo estas cosas son difíciles de entender, pero a poco que reflexionemos libremente buscando la verdad, entenderemos que arde en nuestro interior un deseo de hacer el bien, buscar la paz y amar. Por eso, María Fernanda Nuñez, sabiamente se ha referido a la preocupación de la importancia sanadora de su corazón, anteponiéndolo a su propia belleza, con el agravante de ser una candidata a Miss, y dejando en un segundo plano lo aparentemente más importante: su belleza corporal.

Testimonios como este hacen que las personas que gustan del bien y se esfuerzan en buscar la verdad que yace en su interior sientan plenamente un sentimiento de gozo y de paz que descubre que la única verdad del ser humano está en vivir en presencia de DIOS. Porque sólo ÉL puede darnos lo que realmente buscamos: la felicidad eterna.

Ser bella físicamente, ganar el concurso de Miss, tener el mundo a tus pies no dan la felicidad. Porque ser feliz implica eternidad y eso que perseguimos, creyendo que es felicidad, es, simplemente, placer temporal, porque coincidirán que no se puede llamar felicidad a algo que termina y tiene sus días contados. La felicidad para serlo tiene que ser eterna, y eso no se encuentra en el mundo de los humanos sino en el Reino de DIOS.


2 comentarios:

Joan dijo...

Muchas gracias por este vídeo: ejemplos así son muy importantes.
Perdonar es una actividad divina y, quien lo hace, tiene la gracia de Dios.

Salvador Pérez Alayón dijo...

Así es Don Joan, desgraciadamente el cristiano no debe ocultarse, sino que tiene que dar luz.

No basta con ser, tambíen hay que parecer. Ni, tampoco, parecer y no ser. Ambas cosas son necesarias.

Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.

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