jueves, 8 de marzo de 2012

SOLIDARIDAD

 Crisis económica, crisis financiera… o simplemente crisis cultural?

No es la economía la que ocasiona la crisis, sino la falta de valores y ética. Porque en los momentos de vacas flacas, aquellos que tienen más deben de ser solidarios con los que tienen menos. ¿Por qué? Se preguntaran muchos de los que tienen. Pues simplemente porque los bienes del mundo son para el bien de todos los que lo habitan. Así de sencillo.

Y a unos se les ha dado las cualidades de poder tenerlos, para que, por amor, los compartan con aquellos que no tienen. Si así fuera todo iría mejor, ¿no? Se trata de una crisis cultural no económica.

Ocurre que nuestra manera de ver las cosas, y también nuestra justicia, hacen e interpretan las cosas de forma diferente. Cada palo que aguante su vela, y cada cual con lo que haya trabajado. La misericordia y el amor brillan por su ausencia, pero de ponernos en el lugar del otro lo veríamos de forma opuesta.

Pero la cosa no queda ahí, sino que muchos que ingresan dinero por un tubo, no se conforman solo con eso y aceptan pagar sus impuestos dignamente, sino que buscan trucos y medias verdades para con demagogia depositar sus ingentes fortunas en paraísos fiscales. Eludiendo así de pagar impuestos para beneficio de todos, sobre todo de los más pobres.

Y nuestras iglesias se llenan de unos, los ricos, y otros, los pobres, pero vacías de amor, que es de lo que deben llenarse. Y mientras no se entienda por todos que “somos todos” los que debemos arreglar el país, siempre habrá mentira, fugas de capital, economías falsas y mucha hambre y necesidades para los más pobres.

Porque en el centro de todo este conflicto está el dinero, y no el hombre. Y mientras no se cambie el orden, todo seguirá igual. Y también las ideologías, como ésta de los señores anonymous que atacan al Vaticano y se disculpan ante los cristianos, ¿pero es que no saben que la Iglesia somos todos? Yo soy Iglesia, así que si atacan al Papa, me atacan a mí también. A pesar de todo, pidiéndoles que nos respeten, como a ellos les gustaría también ser respetados, le brindamos el perdón.

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