Llegó el día señalado, escribo mis últimas palabras momentos antes de partir para la Casa de espiritualidad, situada en el pueblo de Nazaret de Lanzarote. Se producen cambios y abandonos, propios de los últimos momentos. Espero que asistan unos diez u once personas, un número algo bajo, pero entender y responder un sí al SEÑOR no es muy fácil en estos momentos. Cuesta bastante dejar las cosas, supuestos motivo de nuestra felicidad, para tomar la verdadera felicidad.
Es la tan traída y comentada parábola del tesoro escondido, pero, primero hay que saber que acercarse y encontrarse con el SEÑOR es nuestro mayor tesoro, y segundo, hay que descubrir dónde se encuentra ese tesoro. Si eso se produce en la persona, inmediatamente busca y encuentra, y el Cursillo es uno de los medios que te brinda esa posibilidad.
Parto para allá lleno de gozo y felicidad. No importa el número, ni siquiera que pueda disminuir. Las últimas decisiones tomadas por el Secretariado apuntan a que si se acercan dos hay que darlo, pues nadie sabe lo que el ESPÍRITU SANTO nos tiene reservado. Nos atrevemos a dar Cursillos, no porque consideremos que estamos capacitados para ello, sino porque nos ponemos en MANOS del ESPÍRITU SANTO, que nos asiste y nos conduce. ÉL es el verdadero protagonista del Cursillo.
Y esto nos viene prometido por el SEÑOR, centro y piedra angular del Mensaje del Cursillo. Sin ÉL nada tiene sentido; sin ÉL nada pasa; sin ÉL no hay Camino, ni Verdad, ni Vida; sin ÉL no existe esperanza, ni fundamento, ni razones para molestarse en darlo. Si lo hacemos es porque en ÉL creemos, esperamos y nos entregamos; si lo hacemos es porque ÉL es el Centro de nuestra vida y todo el Cursillo es CRISTOCENTRICO.
Por eso partimos con gozo, alegría y felices, porque vamos a hablar del SEÑOR; porque detrás queda el trabajo, la entrega, la disponibilidad, el servicio para que todo esté en su punto y a su hora. Sólo nos queda terminar la faena abandonándonos en sus MANOS y entregándonos para que haga de nosotros sus útiles herramientas para abrir nuestros corazones y los de los que nos acompañan.
Me resta convocar todas sus oraciones, no sólo por este Cursillo, sino por todos los que a lo largo y ancho de panorama universal empiezan este día. También, por todos los que han terminado, en mi mente está el de Huelva, mi amiga Maricela, y tantos otros. Para que ofrezcan su perseverancia ascendente por nosotros y que el ESPÍRITU nos ilumine para continuar con alegría y gozo renovado la lucha en el camino hacia la Casa del PADRE en medios de los hermanos.
Es la tan traída y comentada parábola del tesoro escondido, pero, primero hay que saber que acercarse y encontrarse con el SEÑOR es nuestro mayor tesoro, y segundo, hay que descubrir dónde se encuentra ese tesoro. Si eso se produce en la persona, inmediatamente busca y encuentra, y el Cursillo es uno de los medios que te brinda esa posibilidad.
Parto para allá lleno de gozo y felicidad. No importa el número, ni siquiera que pueda disminuir. Las últimas decisiones tomadas por el Secretariado apuntan a que si se acercan dos hay que darlo, pues nadie sabe lo que el ESPÍRITU SANTO nos tiene reservado. Nos atrevemos a dar Cursillos, no porque consideremos que estamos capacitados para ello, sino porque nos ponemos en MANOS del ESPÍRITU SANTO, que nos asiste y nos conduce. ÉL es el verdadero protagonista del Cursillo.
Y esto nos viene prometido por el SEÑOR, centro y piedra angular del Mensaje del Cursillo. Sin ÉL nada tiene sentido; sin ÉL nada pasa; sin ÉL no hay Camino, ni Verdad, ni Vida; sin ÉL no existe esperanza, ni fundamento, ni razones para molestarse en darlo. Si lo hacemos es porque en ÉL creemos, esperamos y nos entregamos; si lo hacemos es porque ÉL es el Centro de nuestra vida y todo el Cursillo es CRISTOCENTRICO.
Por eso partimos con gozo, alegría y felices, porque vamos a hablar del SEÑOR; porque detrás queda el trabajo, la entrega, la disponibilidad, el servicio para que todo esté en su punto y a su hora. Sólo nos queda terminar la faena abandonándonos en sus MANOS y entregándonos para que haga de nosotros sus útiles herramientas para abrir nuestros corazones y los de los que nos acompañan.
Me resta convocar todas sus oraciones, no sólo por este Cursillo, sino por todos los que a lo largo y ancho de panorama universal empiezan este día. También, por todos los que han terminado, en mi mente está el de Huelva, mi amiga Maricela, y tantos otros. Para que ofrezcan su perseverancia ascendente por nosotros y que el ESPÍRITU nos ilumine para continuar con alegría y gozo renovado la lucha en el camino hacia la Casa del PADRE en medios de los hermanos.
4 comentarios:
Rezamos por los cursillos.
Un fraternal abrazo.
Mucho ánimo. Os encomiendo, a ti, a tus compañeros y a todos los participantes. Un saludo.
Que tengais un feliz y provechoso encuentro. Desde aquí os acompañamos.Un abrazo
Amigo, solo puedo decir que tus palabras estan llenas de un profundo amor a Dios y pues ya lo sabes: " ... Pedro, me amas?... Pastorea a mis ovejas.. cuida de mis corderos... " y eso es lo que creo que ya haces. A ti y a todos los que participaron de este Cursillo: Que el Senior les bendiga y les proteja, el Senior haga brillar su faz sobre ustedes y les sea propicio, el Senior les conceda la Paz. Amen. Sigue adelante hombre de Dios.
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