sábado, 14 de agosto de 2010

UNIDOS NOS TENDRÁN QUE ESCUCHAR


Ya es oficial, la Generalitat Valenciana ha cancelado el contrato con el abortorio Deia, que ofrecía descuentos de hasta del 2o por ciento por abortar a las chicas que presentasen el carnet valenciano. Las reiteradas protestas de los ciudadanos, que defendemos la vida, agrupados, entre otros, en el grupo "Hazte oír", ha sido la punta de presión para la defensa de los niños inocentes cuya vida está amenazada y hasta promocionada a ser reo de muerte.

Nuestros dirigentes están ciegos y sin rumbo, pues mientras defiende la libertad y la justicia, juzgan leyes que matan y esclavizan. No hay mayor contradicción que engendrar vida para matarla por el simple hecho de unas gotas de placer y egoísmo. Una vez más, la búsqueda de la satisfacción propia, el hedonismo llevado a la máxima aspiración y la irresponsabilidad de primero yo y luego, si hay espacio y tiempo, el otro, amenaza contra la destrucción del propio ser humano.

No hay ninguna teoría que permita identificar al ser vivo, nacido en el momento de la fecundación, que no en el parto, como algo incompleto, indeterminado y apto de ser aniquilado por no tener identidad propia. Nadie puede defender eso, y desde mi humildad reto a cualquiera, con mayor conocimiento que yo científicamente, a debatir dicho tema.

Producida la fecundación, el nuevo ser vivo, que se forma, tiene su propia genética y pertenencia a la especia humana. Y esa pertenencia lo identifica como persona humana. Y si lo es desde el momento que nace en la fecundación, lo es SIEMPRE, y nadie que se precie de defender la vida, la libertad y la justicia, puede dejar indefenso y condenado a muerte a ese nuevo ser, diferente a todos, con su propia identidad genética y sus derechos como persona.

Y no se puede especular, hablar que si todavía no o más adelante sí. La persona es persona desde el momento de su nacimiento como ser vivo, y el embrión ya lo es, porque su identificación desde el primer momento es: un nuevo ser que pertenece a la especie humana, por lo tanto persona.

Por tanto, felicitar, eso sí, sólo por, al menos, dar un paso hacia delante y romper ese contrato que permite matar a niños en el seno de sus madres jóvenes. Se evitará más muerte, pero no todas las muertes que a diario se están produciendo. No me cansaré de decir que Auswischt fue sólo un lunar ante la ingente mancha que, en pleno siglo XXI se está permitiendo.

El día que despierten y miren la inmensa marea de muertes inocentes que han provocados y permitidos muchos dirigentes y políticos anteriores, presentes y quizá futuros, será el llanto y crujir de dientes arrepentidos de tan ingente masacre. Estamos condenando, diariamente, a centenares de miles de niños como si de pollos se tratara.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mi estimado amigo y hermano en la Fe.
Excelente entrada. Sigamos orando y actuando en nuestro día a día a favor de la vida ... en la calle, en el trabajo, con los amigos .... JESUCRISTO que es el CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA nos guiará en esta bellísima empresa.
BENDICIONES y un FUERTE ABRAZO.
FOTELIAS

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