lunes, 17 de enero de 2011

LA LEY, LA VERDAD ABSOLUTA


Estamos viviendo una época de contradicciones y disparates. La ley, prefigurada y determinada por los hombres, seres limitados, imperfectos y llenos de vicios y carencias de todo tipo (véase la vida de cualquiera, sobre todo políticos), pretende ser santo y guía de la verdad absoluta, y la última palabra a la que hay que rendirse y adorar.

Ella, la ley, determina todos nuestros actos de forma irrevocable y a ella estamos supeditados. Y esa ley nos viene dada por las mayorías políticas que rigen en esos momentos el Estado: dios supremo y verdad absoluta transcrita en leyes para su súbditos.

La ley sustituye a la verdad, a la realidad natural. La verdad deviene proscrita, rebelde sin causa, delito, agresión antidemocrática contra esa otra verdad, la verdad legal, la que impone la mayoría. El bien común, el interés general, lo bueno, es únicamente lo legal.

"Tienen que entender que en el ámbito de lo público la única moral posible es la de la Constitución" (José Antonio Alonso, portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados:http://www.rtve.es/noticias/20090618/reacciones-dispares-a-declaraciones-obispos-sobre-aborto/281336.shtm)

La referencia moral proviene del Estado. No hay valores fuera de lo aprobado con los votos de la mayoría. Y cuando esa mayoría legisla contra natura, lo irracional se convierte en lo bueno, en lo adecuado y lo democrático. En la nueva razón. "Padre" y "madre" dejan de ser realidades objetivas si la ley así lo decide.  "Hombre" puede ser "mujer" si así lo determina la voluntad del individuo, sin más. Y "madre" desaparece, sepultada bajo el progenitor B.

"En este país ha habido demasiados momentos históricos en que se ha querido, y demasiada gente que quiere todavía, legislar la moral. Legislar la moral del país. Y el único orden que debemos establecer es el orden que da la libertad a todos, no el que da la libertad de cada uno. Es la libertad la que nos hace verdaderos. No es la verdad la que nos hace libres." (José Luis Rodriguez Zapatero  a Suso de Toro, Madera de Zapatero. Retrato de un presidente.Barcelona, 2007).

Tras todo esto, los abanderados de los derechos democráticos y libertades, apariencias encubiertas, esconden todos estos propósitos que persiguen imponer sus propias ideologías dictatoriales donde el hombre es el centro  de toda verdad.

Arreglado estamos con todos estos ejemplos de virtudes y sabiduría que llevan al país de forma extraordinaria y tan bien que no hay ningún problema. Todo es concordia, buenas intenciones, se respeta a todos: vida, familia, libertad...etc. Y nos dan grandes ejemplos a imitar con sus fidelidades matrimoniales, familiares, responsabilidades, buenas intenciones, buenas administraciones del erario público, concordia diálogo...etc. Realmente, debo confesar que estaba ciego buscando la verdad y la tengo delante de mí.

Y, el dios supremo, continua:

Si el Estado es hacedor de la verdad, referente de la moral y artífice de los derechos, y fuera de él sólo existe el abismo de lo antidemocrático entendido como resistencia a la mayoría (el paradigma del mal en la antropología de Rodríguez Zapatero), de la disidencia no ha lugar, pierde por completo su sentido.

El Estado sumo hacedor todo lo envuelve, es absoluto, y según los viejos cánones hegelianos del marxismo, está dotado de una presencia de carácter dialéctico: es al tiempo realidad y crítica a esa misma realidad. Es el Estado global: todo cuanto rodea a cada uno de los ciudadanos, todo lo que puede llegar a incumbirles, cuanto puedan hacer, pensar y desear ahora y en el futuro, procede del Estado, que otorga y regula.

Semejante proposición nos recuerda al Estado orwelliano de 1984. En el proyecto Zapatero, como en la obra de Orwell, el Estado no es sólo la única instancia pública, también quiere controlar las mentes. El protagonista de la obra, el rebelde Winston Smith, será torturado hasta que admita que dos y dos son tres, cinco o lo que el Partido quieran que sean. El mismo protagonista había escrito que "la libertad es poder decir libremente que dos y dos son cuatro. Si se concede esto, todo lo demás vendrá pos sus pasos contados".

Por lo tanto, no se puede disentir. El proyecto Zapatero restringe las libertades. Y la libertad de educación, la libertad de conciencia, la libertad religiosa son las primeras en ser recortadas.

Y esta es la triste realidad, no porque se diga (recogido del libro PZ (Proyecto Zapatero)) sino porque lo estamos comprobando en nuestras propias carnes. Es la nueva forma de implantar el nuevo comunismo, la carencia de DIOS, la supremacía del hombre, que muerde la manzana ofrecida por Eva, y abraza el mundo que le maravilla y le ofrece el Príncipe del mundo.
Las omnipotencia del Estado que propone el proyecto Zapatero arrincona a la disidencia por partida doble: desde el punto de vista político y desde el punto de vista de las libertades individuales. El proyecto Zapatero se extiende mucho más allá de la labor de gobierno, de los tiempos que marcan las legislaturas y también de las siglas del PSOE, muchos de sus miembros hasta ignoran estos objetivos. En el terreno político se propone domesticar a la oposición, para lo cual es preciso que el propio Gobierno socialista "refunde" el Partido Popular:

"La derecha tiene que refundarse cultural e ideológicamente. Lo mejor de esta etapa es que inevitablemente va a acabar en una derecha democrática europea, refundada. Absolutamente. Si, si". (José Luis Rodríguez Zapatero a Suso de Toro, Madera de Zapatero. Retrato de un presidente. Barcelona, 2007).

Polanco lo decía con descarada frialdad a sus accionistas en marzo de 2007:

"No tenemos un partido de derechas del que podamos decir: las alternancias en el poder no tienen más consecuencias que cambios de equipos de gestión". (La transcripción del discurso que pronuncio Jesús Polanco en la Junta de Accionistas del Grupo Prisa se puede encontrar en la Web de la Cadena SER: http://www.cadenaser.com/articulo/espana/Respuesta/Polanco/durante/Junta/Accionistas/csrcsrpor/20070323csrcsrnac_10/Tes).

La situación no es para bromas y exige una actitud decidida y comprometida. No podemos perder tiempo con partidos de derechas en apariencias, vendidos al voto útil y con pretensiones sólo de gobernar. Necesitamos partidos de principios, gente dispuesta a defender la libertar en la verdad, porque sólo la verdad nos hará libres.

Necesitamos dar un paso firme y manifestar nuestra fe y en lo que creemos. El hombre es una criatura de DIOS y sólo en ÉL encontrará las respuestas a su verdad y destino. El disparate de constituir al Estado (simplemente hombres limitados y ciegos) en dueño de la verdad absoluta es la mayor tentación a la que podemos sucumbir y entregarnos, vendiendo nuestra alma al Príncipe del mundo. Nuestro voto puede ser decisivo.  

1 comentario:

Maestre de Campo dijo...

El mayor mal de nuestra época es que generaciones de personas han colocado al Estado en el lugar de Dios.

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