viernes, 16 de noviembre de 2012

SERÁ DIFÍCIL CONVENCERTE...

 Sí, Dios existe


porque tus ideas no las cambias por nada. Y cuando digo por nada quiero significar que pides un precio que te sea rentable y te convenga según tus intereses. Es decir, si te propongo que la felicidad que buscas no la encuentras en las cosas que me has dicho que quieres conseguir, posiblemente te reirás y me mandarás a freír espárragos.

Si te propongo un negocio donde puedes ganar mucho dinero, es posible que dudes y te cerciores primero antes de dar un paso a delante, pero tu interés ha sido tocado y prestas atención hasta asegurarte y embarcarte en el asunto. La cuestión es descubrir que hilos mueven tu voluntad y despiertan tu corazón.

Y los más comunes son: dinero, poder, placer y salud o larga vida para poder disfrutar ese dinero. La canción habla de dinero, salud y amor. Más o menos dice lo mismo. Pero si la proposición es a largo plazo y no de inmediatos resultados sino todo lo contrario. Complica la vida y exige renuncia, sacrificio y amor incluso a los enemigos, todo se pone más difícil y el rechazo aumenta hasta un 99,9 %.

Ya no hay tiempo para escuchar que detrás de todo eso se encuentra el verdadero gozo y la verdadera felicidad. Y no para cuestión de unos días, sino para siempre. Ese Tesoro, una vez descubierto, nunca se extingue ni consume. Es para toda la vida. 

Para entonces nos hemos quedados ciegos y endurecidos nuestros corazónes. No vemos si no lo que está delante de nosotros y no creemos en nada más. Necesitamos caer en una situación límite y grave para despertar y experimentar la necesidad de un Dios que nos salve y nos libere de nuestra ceguera. Mientras, tu pobre evangelización no alcanza ni a reclamar un poco de atención.

Eso es lo que ocurre a nuestro derredor. La gente no cambia, y menos cuando se siente abastecidos y capaces de aprovisionarse ellos mismos de lo que necesitan. Tus palabras evangelizadoras caen en saco roto, y tu vida también. Nada les mueve sino la necesidad de experimentar que se les escapa la vida o el mundo se les viene encima. Incluso, muchos llegados esos instantes ya no encuentran remedio a su corazón endurecido.

1 comentario:

eligelavida dijo...

Sin embargo, a veces, cuando atravesamos un momento de necesidad económica o afectiva, o una enfermedad grave, volvemos al único que sabemos que jamás nos abandona.

He conocido gente que ha dado el paso de la nada a la Verdad, impulsados por la dificultad precisamente.

Un abrazo!

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