miércoles, 28 de julio de 2010

CRISIS FAMILIAR, CRISIS ECONÓMICA.


Cuando la familia anda en crisis, la economía se resiente. Y esto, aparentemente una teoría, no tiene nada de fantasía o irrealidad, al contrario, es una constatación evidente que la calle y la pura realidad del vivir de cada día dejan al descubierto y testimonian su veracidad.

No cabe ninguna duda, aunque su esencia y finalidad no nace de ahí, que la unión hace la fuerza, y cuando la familia está unida todos los problemas y dificultades se combaten y superan mejor. Ahora, cuando el empleo escasea, una familia unidad tira del trabajo común y, donde hay desempleados y paro, otros que conservan el empleo reparten y comparten las penurias y estrecheses de la comunidad familiar.

Que pasaría si, la familia que compone la Iglesia no permaneciera unida y entregada, desde la libertad, el servicio, la libre generosidad y compartir con los que ahora pasan dificultades y penurias...ect. ¿Dónde irían esa cantidad ingente de personas que no tienen para comer, para pagar los recibos de agua y luz, alquiler de la casa, vestidos, educación...etc? ¿Dónde irían?, ¿sabemos?

¿Les da solución las arcas municipales? ¿Ahorran y previenen con el dinero de todos los vecinos del municipio estas posibles contingencias y situaciones que se pueden presentar? ¿A quién entonces acudir? No hay otra puerta segura de recibir, la del cura, al menos, respuesta y voluntad de, si se puede y tiene, a su llamada, responder con generosidad y amor. Es su principal objetivo: dar y compartir con aquel que no tiene para ayudarle a levantarlo y que pueda servirse y servir.

Por eso, cuando se ataca a la familia y a la Iglesia, de manera constante y pertinaz, desde los organismos municipales o estatales, y, sobre todo, desde las Instituciones Gubernamentales, no se explica que ello sea una medida hecha con cabeza e inteligencia. Fuera de ideologías y creencias, la familia y la Iglesia son las fuentes más importante de nuestra economía y si se destruyen se está destruyendo la riqueza y la fuentes principales económicas del país.

Concluyo discerniendo que nuestros Gobernantes están muy equivocados o cegados por ideologías que nada tienen que ver con la realidad. No se pueden destruir lasbases y las células que forman y componen nuestras ciudades y pueblos. Son nuestras familias y nuestra Iglesia pilares donde se sostienen nuestras raíces, nuestros principios, nuestras convicciones, nuestra propia identidad, nuestro ser y valores que edifican la convivencia y la economía de nuestros pueblos.

El matrimonio está en crisis, con España a la cabeza de Europa, somos campeones de todo, no sólo en el deporte le ganamos a todos, sino también en el paro, en familias en crisis, en abortos...etc. Cuando apostamos por ser lo primeros nos pasamos y lo somos hasta en las cosas que son deseables ser los últimos. Se casan menos, crecen los divorcios, la nueva ley del divorcio, que ha convertido el contrato matrimonial en nada, ha fracasado en lo que era su finalidad aparente y anunciada: conseguir que el proceso de divorcio fuera menos conflictivo.

Convendría preguntarnos: ¿De dónde surge este problema en torno al matrimonio que a tantos parece contagiar? De todas la variedad de respuestas posibles una es decisiva. Se produce porque estamos ante la crisis del amor.

Uno de los vicerrectores de la Universitat Abat Oliba, el Dr. Marcin Kazmierczak, tiene un texto breve e interesante. Se llama "El amor en la literatura", que proporciona un instrumento para interpretar las causas primarias del gran número de rupturas matrimoniales. El relato explica tres tipos de amor.

Uno, hedonista, cuyo motor es el placer, sobre todo "sexual", donde la realización entendida sólo como la satisfacción inmediata del propio deseo resulta una práctica egocéntrica, demoledora de toda relación estable. Constituye una vía segura a la soledad, que hace al individuo más dependiente del Estado y más débil la sociedad. Observamos lo que señalábamos ante, la sociedad se debilita y entra en crisis porque la célula que la compone queda herida.

Un segundo tipo está tipificado en el amor romántico, novelesco, de historias rosas, de encantamientos, de angélismos, de ver todo de color de rosa, de con pan y cebollas seremos felices, de la carencia de problemas, de un mundo de sueño y de lirismo...ect. Aquí sólo juega la efectividad, marginando toda razón que permita construir una relación estable.

Sólo perdura cuando no se realiza y no debe afrontar el desgaste cotidiano de la vida en común. El hedonista y el romántico comparten semejanzas. La más destacada es la satisfacción del propio deseo sin reparar en las consecuencias sobre el otro. ¿Es esta la libertad que trata de formar en los ciudadanos el Gobierno?

Quizás por eso, Charles Taylor sitúa al romanticismo como una de las componentes del hedonismo expresivo, que culmina en la sociedad desvinculada de ataduras y responsabilidades que tantos males nos produce. Vamos a una esclavitud más sometida que a una libertad que nos haga más libres y capaces de decidir lo bueno, lo que a todos nos gusta y nos hace feliz de forma plena y eterna.

Una tercera forma de amar nace del don de la "entrega". Del esfuerzo y renuncia de darse de forma incondicional a la búsqueda del bien del otro de forma libre, desinteresada, sin paracaídas... Es la expresión más bella de la capacidad, de lo más profundo del ser humano, que arranca del deseo de amar que el hombre y la mujer llevan dormido dentro del volcán de su propio corazón. Cuando se descubre que se es inmensamente feliz, una vez optado y hecho el esfuerzo, cuando se ama en esa clave, todo aparece más limpio, más duradero, sin medida de tiempo, eterno y plenamente gozoso. El amor está consolidado en la roca que nunca muere, que nunca se desgasta con la erosión del tiempo y el mar. Está sostenido en el Amor perdurable y eterno.

Un amor así, valora lo sexual y lo afectivo como componentes importantes, pero no los absolutiza. No es lo primero siendo importantes. Utiliza la virtud y la recta razón para construir una felicidad estable, consciente de que una relación de entrega exigirá paciencia, capacidad de perdón y humildad para ser perdonado.

"Es paciente, bondadoso, no es presumido, ni orgulloso. No es grosero, ni egoísta, no se irrita, nunca se venga. No se alegra con la mentira, y sí la verdad. Todo lo excusa, lo espera, lo soporta". Así definió el amor Pablo de Tarso en el año 58, ¡lástima que no estuviese ningún señor del y de los Gobiernos actuales para que tomaran apuntes. Igual se lo atribuían ellos ahora. Sigue siendo cierto. Este es el vínculo fundante, Señores de Gobierno, de todos los bienes, y su destrucción la consecuencia mas dañina de lo que la cultura de la desvinculación está haciendo contra nosotros.

Están tan ciegos que no atinan con la piñata, pero lo peor no es eso, sino que se ensoberbecen creyéndose que son capaces de atinar y de que son dueños de su propio destino. Y, lo peor, que el rebaño no despierta y, ciegos también, se dejan conducir por otros ciegos. ¿Dónde terminaran? Sin lugar a dudas, se precipitaran por el abismo.

6 comentarios:

Gizatar dijo...

Buenos días Salvador.

Me ha resultado muy confortadora la reflexión que has realizado sobre la familia.

Totalmente de acuerdo en que somos campeones en todo, no sólo en deporte y por supuesto, totalmente de acuerdo en que la caridad-entrega es lo que da vida.

Con este tema de la familia y a raiz de la lectura del post, hemos publicado una entrada sobre las familias numerosas.

Gracias por seguir con esta labor de reflexión y testimonio en la red.

Un fraternal abrazo.

Teresa dijo...

Salvador, opino como tú que la familia es el pilar de la sociedad. Cuando todo falla, en la familia encontramos apoyo y consuelo. La familia es fuente de bienestar social –ahora que está tan en boga hablar de “bienestar social”-. Por eso, no logro comprender el porqué de este ataque tan brutal y continuado contra los valores fundamentales que nos sustentan... parece hecho a conciencia. Cuando la sociedad está desestructurada es más fácil de manipular y, tristemente, creo que eso es lo que se pretende.
Y la Iglesia habla con rotundidad al respecto, cuando tantos callan.. y ¡eso escuece! ¡por eso también se trata de acallarla a base de tergiversaciones de sus mensajes y con una campaña de desprestigio tremenda!.
Gracias por tu magnífica reflexión. Un abrazo.

Salvador Pérez Alayón dijo...

Gracias, Gizatar,por tu animo que reconforta y empuja en la guerra en defensa de la vida y la familia.

Todo se arreglaría si la persona humana empezará a tratar de ser persona y buscar el tesoro que desea: "ser feliz eternamente" donde realmente tiene que buscarlo: "en la familia".

Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.

Salvador Pérez Alayón dijo...

Hola Teresa, gracias por tu importante comentario. Realmente, la familia es el pilar de nuestro ser y obrar. Nacemos en una familia y seremos lo que esa familia nos ayude a ser, indudablemente, lo mejor es ayudarnos a ser personas, y lo demás vendrá por añadidura.

Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.

Padre Efrén dijo...

Valiente y coherente entrada, como todas las de este magnífico blog.
Muchas bendiciones en Xto.

Salvador Pérez Alayón dijo...

Hola Padre Efrén, me alegra verlo por mi casa y es usted y su esposa bienvenidos.

Estoy algo más ocupado con otro blog, "Blogueros con el Papa", para apoyarlo en las próximas jornadas de la juventud a celebrar en Madrid.

Si puede, me gustaría que le echase un vistazo.

Rezo por la unión de todas las Iglesia, especialmente por la Católica y Ortodoxa que nos separa nada. Pido al ESPÍRITU que nos abra la mente y el corazón en un fuerte abrazo de hermandad y unidad.

Trataré de disciplinar mis comentarios y compartir porque es indispensable hacerlo. La fe se fortalece dándolo y compartiéndola y eso nos fortalece y nos acerca.

Un fuerte abrazo par toda la Comunidad Ortodoxa y para usted y su esposa, en XTO.JESÚS.

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