Quizás nos parezca extraño, o mejor, algo innecesario porque todos sabemos que tenemos que estar con JESÚS. Pero los gestos y hechos no dicen lo mismo, y cuando hablo en estas coordenadas me estoy refiriendo a la Iglesia, sí, a nuestra Iglesia.
El Papa no deja de llamarnos la atención y de advertirnos que sin CRISTO nada es posible, y que todo pasa por injertarnos en ÉL. Arraigados en CRISTO fue la frase de identidad que significaba las recientes JMJ, y todas sus intervenciones derraman un contenido profundo de caminar pegados e injertados en JESÚS de Nazaret. Verdaderamente no hay otro camino.
En estas coordenadas nos encontramos con noticias que, dichas por personas cristianas y hasta religiosas, defienden el aborto, la homoxesualidad y permiten un celebrar mirando más a la respiración de los criterios de mundo que a la Palabra de JESÚS. Un ejemplo de lo que digo podemos encontrarlo en la Generalitat de Catalunya, que siendo muchos de sus miembros católicos practicantes, callan sus bocas a la hora de subvencionar a las clínicas abortivas.
O esa monja Benedictina, Sor Teresa Forcades, que defiende el aborto y la pildora del día siguiente y el matrimonio gay, o esos otros exsacerdotes, pretendidos teólogos que anuncian sus teológias de la liberación, o aquellos políticos que, declarándose cristianos creyentes, no ejercen o viven su fe coherentemente. Y todos aquellos que, viviendo lo que quieren y como quieren, se disputan los primero puestos en la celebraciones litúrgicas. No tiene ningún sentido eso que hacen, y surgen las preguntas: ¿Qué buscan?, ¿qué pretende y a dónde van?
¿En quién se cree? ¿A quién se sigue? Porque si nos confesamos cristianos todas esas teologías, pensamientos y defensas de lo que cada uno cree, sobra. Porque JESÚS ya ha defendido todo lo que hay que defender, y ha señalado el camino a seguir, vivir y defender desde el respeto y la libertad, amando como ÉL nos enseño a amar. No hay más, y para demostralo dio la vida por ti y por mí, después de regalárnosla. ¿Se puede mejorar?
No es cuestión de inventar ni proponer nuevas teologías ni criterios, están ya los de JESÚS, y su continuador en la tierra, el Papa, lo proclama y lo dice muy claro en cada una de sus intervenciones: "Vivamos arraigados e injertados en CRISTO JESÚS". Peguémosno a ÉL fuertemente y pontenciemos nuestra amistad y unión con ÉL. Todo está ya inventado y sólo, nosotros, los cryentes, tenemos que seguirle y encontrarle.
Porque encontrarse con el SEÑOR supone:
a) tener fe en ÉL y, por supuesto, fiarse de ÉL. Ejemplos muchos, pero uno y el principal es María, su Madre. No hace falta decirle donde la pueden encontrar.
b) una vez encontrado el mayor tesoro al que podemos aspirar, lo inmediato es celebrarlo, hacer una fiesta permanente de tener con nosotros la salvación, que es la vida eterna a su lado, en plenitud de gozo y felicidad. ¿Realmente, no buscamos eso?
c) y todo eso, si no se hace vida, ¿qué es? Porque sólo la vida cuando se vive tiene sentido. Pero ese vivir cobra su máximo valor y esplendor cuando se vive para SIEMPRE y en pleno gozo, y eso sólo se logra en la vivencia de JESÚS de Nazaret. Y para eso hemos venido a este mundo. No para morir y perdernos en el sufrimiento y la angustia, porque la muerte es el mayor fracaso del hombre. Venimos para vivir, "vivir para siempre", y en plenitud de felicidad. Y eso nos lo ha dado JESÚS, sólo tienes que recogerlo tú. No se trata de hacer, proponer e inventar, porque de eso se encarga el ESPÍRITU SANTO. A nosotros sólo nos toca ser instrumentos, bolígrafos y milagros, como dice mi amigo Ricardo, para que el ESPÍRITU pinte por nosotros.
d) y esto sólo se alcanza y se logra unido al SEÑOR de la muerte y de la vida, JESÚS de Nazaret, porque su PADRE, nuestro PADRE del Cielo, lo ha enviado para eso, para decirnos que lo que queremos y buscamos nos lo quiere dar su PADRE, que también es nuestro PADRE. Y la manera de tomar confianza y amistad con JESÚS es "La oración", hacerla vehículo y vida de nuestro motor diario de cada día. El Padrenuestro es la vivencia diaria que da respuesta y es la consecuencia de nuestra fe.
¿Qué ocurre entonces? Que nos creemos personas de fe, pero seguimos nuestra propia fe. Qué, en consecuencia, cuando celebramos, no celebramos un encuentro con Alguien, sino un encuentro con nosotros mismos y según nuestras ideas e ideales. Que cuando vivimos, vivimos según nuestros objetivos, apegos, sentimientos y egoísmos, y, en consecuencia, nuestros actos son los nuestros, no los del ESPÍRITU SANTO, que es el verdadero autor. No les dejamos asistirnos. Y, por último, ¿cuál es nuestra oración? ¿Oramos o nos hablamos y oramos a nosotros mismos?
Posiblemente, detrás de todas esas personas arriba citadas se encuentra mucho de todo esto. Y también en nosotros mismos. Debemos, pues, tener mucho cuidado y seguir los consejos que el Papa nos dice: "No perdamos de vista a JESÚS, y arraigados en ÉL como consecuencia de una vida interior intensa y constante, pongámosno en Manos del ESPÍRITU SANTO para seguir sus impulsos. Los impulsos de nuestro corazón que descansa en una relación amorosa y fiel en JESÚS de Nazaret.
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