jueves, 24 de noviembre de 2011

¿DE QUÉ LADO ESTÁN LOS TONTOS?



En mis correrías por la blogosfera he encontrado un poco de todo. Cierto es que por donde más me muevo, por no decir, casi siempre, descontando algún relax deportivo, es por los caminos de mi fe católica. Visito y reflexiono sobre mi fe tanto en mis blogs propios como en los de amigos en la fe que visito.

No quiere decir esto que estoy cerrado a otros blogs que se muevan en las inquietudes de responder a nuestras preguntas trascendentes que nos inquietan. Porque lo demás está bien para pasar un rato y descansar en el camino, pero sólo importa lo que al final va a tener verdadera importancia: La vida y su eternidad. Pensar en otra cosa sería perder el tiempo desde mi opinión. Sin embargo respeto todo aquello que elijan otro camino. Cada cual es dueño, en aras de su libertad, de elegir el camino a seguir.

No obstante, hemos de aceptar que dentro de cada hombre hay un deseo de felicidad eterna, y negar eso sería negarse a sí mismo. También, descubrimos que dentro de nosotros hay un deseo de amar y ser amado. Percibimos que la esencia de la vida es el amor, y sin amor nada tiene sentido. Nos observamos nacidos para eso, y es el amor lo que nos procura felicidad. El amor entendido como fuente natural de hacer el bien y buscar la verdad, que dentro de nosotros arde como una ley natural inata a nuestra propia esencia del ser.

También he topado con aquellos que están en el lado opuesto, y sólo guiados por su razón niegan todo lo que no tenga pruebas de evidencia y sea tangible o se pueda demostrar. Son los llamados racionalistas que no creen sino en lo que ven. No obstante, me parece de mal gusto llamar a todo lo que no sea demostrable, según ellos, fantasía y cuentos mágicos. E incluso, causa del retroceso social y casi personas non gratas o fascitas. Ellos se contestan y se preguntan porque responden según les conviene. Creo que no juegan limpio.

Porque la materia es materia, y nada material puede derivar en algo espiritual. Y, por fortuna existe el espíritu, y eso tiene que salir sólo de un ser espiritual, ya que lo materia solo generará materia. No puede dar el olmo peras. Por lo tanto, si el hombre no sólo es materia sino que piensa y tiene ideales trascendentes, su espíritu debe haber sido formado por algo diferente a la materia. Algo superior a ella. El mundo, materia, no puede haber formado al hombre, porque en el hombre hay espíritu, un alma que le hace ser diferente a lo materia, que piensa y trasciende.

De cualquier forma no quiero entrar en esas discusiones cuando llegan a un punto donde ya no se puede seguir mas, porque si no admites una verdad, sobre la mentira no se puede construir. Y respetando todo lo que cada cual diga, lo más correcto es quedarse cada uno con lo que cree su verdad, sin insultar o tratar de ridiculizar al otro creyéndose él en la verdad. Porque una gran verdad, que el buen sabio se precia, es reconocer que no tiene toda la verdad, ni nadie la posee, sino que se encuentra un poco en todos.

Lo que quiero, con esta humilde reflexión, es reflexionar sobre la obstinada prepotencia de algunos que se atreven a llamar a aquellos que creen en DIOS mentirosos y que proclaman una verdad falsa. Los tachan de protituidores del conocimiento y de querer imponer sus creencias  a los demás sobre seres mágicos, y faltándoles al respecto en base a eso. Ellos se proclaman en la verdad y luchadores contra los que miente. Imponen, ellos sí, su ley.

¿De qué lado está el error? ¿Quiénes son los tontos? Porque si eso es así mira la cantidad de tontos que hay en este mundo. Y de todas las edades, categorías y estamentos. Los hay políticos de gran prestigio y fama; los hay estudiosos e intelectuales, científicos, teólogos, grandes escritores, hombres de negocios y grandes empresas, filósofos, médicos, también religiosos con varias carreras e investigadores y un largo etc. 

Y diría que otros que no se confiesan católicos y creyentes practicantes, si son creyentes pasivos o, al menos, creen en un DIOS Único y Trino. Diría que en la balanza del Universo la mayoría son creyentes. Dejamos solo una pequeña parte para los agnósticos o no creyentes, o creyentes racionalistas, es decir, en lo que ven y pueden demostrar.

La pregunta, pensando que en la mayoría está la verdad, ¿de qué lado están los tontos? tendría clara respuesta en aquellos que, creyéndose en la verdad, piensan que la gran mayoría es la equivocada. Pues será lógico pensar que no la inmensa mayoría de las personas van a ser unos mentirosos, fantasiosos, creyentes en seres mágicos y seguidores de un libro que tratan de llevarla a sus vidas, como es la Biblia. De la que dicen esos señores que es un cuento.

Otro disparate sería pensar la inmensa cantidad de religiosos y seglares doctorados y cualificados en diversas materias humanas (profesores, médicos, traductores, enfermeros...etc) que malgastan, según los ateos y sabios racionalistas, sus vidas en entregarlas a servir y amar por un JESÚS de Nazaret fantasioso, mágico o inventado en un cuento que se llama Biblia. ¡Quién o quienes habrá escrito ese libro tan influyente para convencer a tanta gente! Parece casi imposible que haya tantos millones gente equivocada y que muera de forma martirial por un cuento.

No obstante, yo me encuentro muy satisfecho, orgulloso, contento y muy alegre de seguir a JESÚS de Nazaret y creer en ÉL, por todo ello me confieso "Creyente católico".

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