domingo, 6 de noviembre de 2011

ES EL MOMENTO DE DECIDIR

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Ha llegado el momento. El momento de, con nuestro voto, cambiar el rumbo de este país. Un rumbo hasta ahora torcido, desorientado, sin sentido y de mal en peor. De mal en peor hasta el punto de no tener vegüenza y volver a presentarse. No sé con que cara pueden dirigirse a esos más de cinco millones de parados par decirles que confien en ellos.

Si en ocho años que llevan gobernando no han sabido vislumbrar las dificultades que se nos venían encima. Si en todos esos años no han sido capaz de preparar el país para soportar mejor estos tiempos de crisis. ¿Qué prometen ahora? ¿Acaso tienen ustedes, señores del PSOE, cridibilidad para depositarle nuestro voto? El hecho de presentarse les desacredita y les pone en tela de juicio. No saben ustedes arreglar nada, o sólo han pensado en enriquecerse y destrozar el país.

Lo correcto y honrado es que hagan mutis en silencio y dejen a otros que aprovechen la oportunidad de demostrar lo que dicen. No soy partidario ni creo tampoco en las promesas del PP. Han tenido muchas oportunidades y no lo han hecho mucho mejor. Si, es verdad que mejoraron y arreglaron, con Aznar, la SS, pero muy poco más.

En el tema de la vida y la educación no han dado el tipo. Se han dejado intimidar por el poder del voto. Han dejado que dañaran a la familia, y no han sabido guardar y defender los valores que nos distinguen como un país creyente y con valores cristianos. Valores que defienden la dignidad del hombre y la familia. Han permitido que nuestra sociedad vaya a peor, porque cuando se da la espalda a la verdad, la justicia, el respeto, la dignidad y el compromiso, se pierde todo.

Las innumerables corrupciones, de todos los colores, nos descubren sus perfiles faltos de seriedad, deshonestos, de irresponsabilidad, de no buenas intenciones y de poca capacidad para administrar los bienes de este país en bienes para todos y no para unos cuantos. Es hora de poner, por nuestra parte y no quejarnos más, nuestro granito de arena en las urnas, donde únicamente tenemos voz, y tomar partida en el asunto.

¿Qué asumismos riesgos? Sin lugar a duda, pero hay que dar un paso hacia adelante y cambiar la historia bipolar, políticamente hablando, de este país. Nuestros hijos merecen sentirse orgullosos de sus padres y, al menos, saber que han arriesgado por ellos en buscar las mejores soluciones, y las mejores personas que saquen adelante este país. Es mucho más alentador y satisfactorio caer en la lucha por la verdad, que hundirse en la mentira y la mediocridad.

Para los creyentes católicos, el Evangelio del viernes( 04/11) nos interpela a movilizarnos y actuar astutamente. Es un toque de atención a nuestra indiferencia y acomodada posición. Si despertáramos a la importancia que tenemos de salvar lo más que apreciamos, la vida, para SIEMPRE, despertaría  nuestra sagacidad e inteligencia por buscar soluciones a este disparate político. Y una de las soluciones pasa por analizar las opciones que tenemos y meditarlas bien. Entre ellas, una es esta que les brindo (ver información arriba). Merece y vale la pena prestarle toda la atención posible. Nos va en ello el salvaguardar nuestra fe y virtudes cristianas. No nos quejemos después.

La familia, fundamentada en el matrimonio y abierta a la vida, es la célula de la sociedad. Y sin ella todo se viene abajo. No hace falta más argumentos, pues a la vista de todos está el deterioro que la sociedad va tomando. Terminaremos sin saber nuestros origenes ni a que familia pertenecemos. Perderemos toda referencia a la verdad y a la justicia. Será un camino de locos hacia el precipicio si no tomamos en serio la vuelta a las virtudes y valores que nos ayudan a madurar y crecer en la verdad.

Por eso, en estos momentos electorales, el acercarnos a votar es de vital importancia, y el elegir al partido que nos defienda y proclame los derechos fundamentales del hombre y la mujer, así como el derecho a la vida, a la educación que los padres elijan, a la libertad religiosa, al trabajo, a la vivienda y a la igualdad de oportunidades. 

Sé que muchos no podrán elegir lo que quieren, pues en su lugar no tendrán acceso a todos, pero les rogaría que se acerquen y voten por el mal menor. Hay que votar para evitar que los indeseables y malos gobernates no progresen. Evitar, al menos, todo lo que se pueda.

Yo, por la Gracia de DIOS, no tengo, en estas elecciones, ningún problema. Tengo un partido decidido a defender lo que yo, como creyente católico, defiendo: La libertad de creer en quien me da la vida; la esperanza de vivir eternamente; el apoyo a la vida desde la concepción; el amor responsable fundamentado en la familia; la igualdad entre las personas y la distribución de la riqueza hasta erradicar el hambre. El derecho al trabajo...

Pero mejor que vean ustedes su programa (más información aquí...)

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