Supongo que todos tendrán primas, primas por hacer bien su trabajo. No sólo tendrán su premio, la copa y el prestigio y sus cotizaciones en el mercado futbolístico, sino que encima se llevan una suculenta y desorbitada prima por correr tras un balón y ganarles a otros. Y quien escribe esto es un buen aficionado al deporte del balón pie, fútbol en inglés, aunque ya término españolizado.
Ser aficionado no quita para saber lo que está bien o no lo está tanto. Mientras hayan niños pasando hambre, sin poder escolarizarse, y comedores con restricciones o cerrados, el Gobierno español debe velar para que primero se cubran esas necesidades primarias y después se atienda otras necesidades de menor importancia y más que secundarias.
Y no digamos de las favelas de Brasil y de otros países que participan como Bolivia y etc. Es un insulto a la verdad y a la justicia gastar montañas de dinero en organizar unos juegos mundiales de fútbol. No digo que no se hagan, pero con moderación y equilibrio y buena voluntad. Se trata de unos juegos, y por jugar unos no deben pasar hambre otros cuando de dinero se trata. No sólo en la política se hacen mal las cosas y se tira mucho dinero que otros necesitan para simplemente subsistir.
Es un insulto a la justicia esa mentira de solidaridad y fraternidad que luego se hartan de proclamar y disfrazar con actos solidarios aparentes escondiendo la mentira en una falsa verdad. Nadie va a impedir que nuestros queridos jugadores, si gana el campeonato, ganen esa barbaridad de dinero, pero en la conciencia de todos quedará escondida la verdad de que hay muchos niños y adultos que lo necesitan para comer.
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