Creo que hace años escribí una reflexión con este mismo título. No estoy seguro y tampoco importa si así es, porque lo importante no es el título o la historia sino el mensaje que se esconde detrás y en el contenido de lo reflexionado. Al igual que ocurre, y ahora se está viendo, con la educación, ya advertíamos de los problemas que nos íbamos a encontrar. Un ejemplo es lo ocurrido en el reciente y vergonzoso partido de ascenso a primera división entre la U.D. Las Palmas y el Córdoba.
La impotencia de parar esa avalancha descontrolada, desesperada y en estampida alocada fue de terror, y podía haber ocurrido cualquier cosa y trágica. Menos mal que todo se redujo a perder unos lo que ya casi tenían en el saco, y otros ganar lo que ya casi daban por perdido. Pero la pérdida de valores quedó patente y eso se cuece en las escuelas y en la educación. Estos problemas de educación lo podemos extrapolar a Cataluña con la formación de independentista y separatistas.
Las próximas generaciones sufrirán estas locuras sin sentido común ni búsquedas del bien común. Los pueblos que matan desaparecen, porque el futuro está en la vida y en su transmisión de la vida con sus tradiciones, costumbres y sobre todo con el legado de la búsqueda de la verdad. Mejor dejarles esta información que les da datos estadísticos sobre el tema:
España va camino de convertirse en un país lleno de ancianos y sin niños.
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