Estaba cantado, tras el aborto, la muerte de seres humanos vivo en el seno de sus madres, ahora viene la mentira de la muerte digna que esconde la eutanasia detrás. Porque dónde está el límite de una muerte: ¿Cuando lo digan los familiares? ¿Cuando lo decida el doctor? Posiblemente cuando los familiares quieran quitarse el muerto de encima y condenarlo a una muerte digna.
Esa es la verdad, y todos lo sabemos. Si tu familia no es creyente y su dios es el autoamor, no tardarán en llegar a esa conclusión: Padre, madre, o el familiar que sea ya ha cumplido su edad, o está muy enfermo y no da sino lata, así que lo mejor es evitar que sufra y mandarlo al otro mundo. No serán estas mismas palabras, pero todos entendemos que serán muy parecidas y más elegantes, que justifiquen nuestra autotraición y autoengaño para que el enfermo no sufra.
Vamos a una sociedad donde será la productividad la que marque el valor de las cosas, incluso las personas, y donde el amor será sólo un amor de conveniencia e intereses. Así, los derechos, la libertad y el respeto a los valores serán pura apariencia y mentira. Primará el egoísmo de cada uno y en base a eso se construirá los fundamentos de la nueva sociedad. El amor será cambiado por el amor personal y egoísta que perdurará mientras, a los que aparentan amarse, les duré el mutuo interés y beneficio.
El Parlamento de Canarias acaba de iniciar los trámites para aprobar una
«Ley autonómica de derechos y garantías de las personas en el proceso
final de su vida», conocida como de «muerte digna». Ha sido promovida
por el PSOE y Coalición Canaria si bien el PP ha anunciado su voto
favorable. Sus promotores afirman que se quiere garantizar una muerte
sin sufrimiento en caso de enfermedad terminal y dar la oportunidad de
decidir a los pacientes o a sus familias. Leer más
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