La vida se reduce a ese enfrentamiento simple: la Verdad contra la mentira. Toda lucha está en el origen de ese cara a cara. Aquellos que quieren vivir en la mentira, y en ella y por ella conseguir poder y riquezas, y los que abogan por la Verdad, la Verdad que hermana, establece vínculos de paz y justicia y derrama la vivencia del amor.
La mentira es el volcán que vomita la lava de la soberbia, de la avaricia, de la envidia y de la vanidad de ser más que el otro y eso supone que hay que aniquilar al otro. Se repite Caín mata a Abel. La muerte y el pecado duermen en el corazón de la mentira y descubren precisamente el por qué de su propia esencia mentirosa. Porque la mentira nunca podrá vivir con la verdad, pues es la Verdad la que la descubre y la desenmascara haciendo que, donde hay Verdad no puede existir la mentira.
Por eso lucha y mata, y descubre sus instintos perversos y mentirosos. Y es lo sufre los que intentan vivir en la Verdad. Aquellos que siguen a Jesús de Nazaret y se confiesan católicos. Para más detalles leer más...
No hay comentarios:
Publicar un comentario