miércoles, 28 de abril de 2010

NECESITO UNA LUZ QUE ME ALUMBRE EL CAMINO.


Ser creyente no es simplemente creer y seguir mis propias creencias. Ser creyente no es conducirme al amparo de mis propios razonamientos y sentido común. Ser creyente no es caminar al dictado de mi propia inteligencia, razonamientos e intuiciones. Ser creyente es algo más.

Porque de ser eso no necesitaría creer, sino creerme. Creer supone confiar en Alguien, en Alguien superior a mí que me alumbra el camino y me enseña el recorrido que tengo que recorrer. Se supone que el que guía y enseña está capacitado para ello y, su autoridad, se manifiesta en que lo que nos sugiere y muestra nos conduce hacia la verdad y nuestro propio bien.

Mi vida podría suponerse embarcada en una barca frágil, pequeña, deslizada por el inmenso mar que la deja mecerse apaciblemente unas veces, pero otras la tambalea y amenaza con riesgos de destruirla. El mar, mi mundo, tiene recorridos suaves y serenos, pero también tormentosos y oscuros. Y para saberme seguro de llegar a buen puerto necesito un Guía que sepa orientarme y dirigir mis rumbos y rutas.

Necesito de Alguien que sepa y conozca todas las rutas existentes para que mi navegación no corra peligro, pero también, para que las tempestades y zozobras no terminen por aniquilarme. Necesito quien me alumbre y me conduzca hacia la verdad. Porque soy finito, ignorante, limitado, simplemente humano, sujeto a error.

En medio de ese mar fluctuante y caprichoso se hace necesario encontrar un Guía seguro que me salve de todos los peligros que me acechan. Es, entonces, cuando JESÚS aparece en mi vida y se me revela como ese Guía que estaba buscando y que necesitaba. "YO soy la Luz del mundo, el Camino y la Vida", me dice, y me traza el rumbo a seguir, que, aún siendo un camino estrecho y aparentemente no apetecible, es el verdadero camino que conduce a buen puerto.

Durante la travesía oiré muchas sirenas de egoísmos y sensualidad, pero, acompañado por la fuerza y Gracia del ESPÍRITU SANTO, podré ir superando todos los obstáculos que se vayan presentando. Sé que solo, seré pasto de los placeres, comodidades, vanidad y egoísmos que mi condición humana siente y apetece, pero en la presencia y manos del ESPÍRITU recibiré la Gracia necesaria para que, entre mi buen uso de la libertad y la Gracia, pueda superar tan peligrosas pruebas.

Es de sentido común que necesite que Alguien me guíe, y ese sólo puede ser Alguien que tenga la autoridad que sólo da el poseer la Verdad Absoluta. Y si eso no es así, sólo nos basta mirar el mundo que nos rodea y reflexionar sobre lo que está ocurriendo. El hombre se erige en dueño de su propio destino y de su propia verdad, y se confunde y se pierde en sí mismo. El resultado es el mundo que tenemos.

Por eso soy creyente, pero creyente en JESÚS de Nazaret, el Único que puede alumbrar al mundo porque dio su vida por todos nosotros y nos amó hasta el extremo de entregarnos su vida. Pero, el fundamento de mi fe, es que sigue entre nosotros y vive para, ahora, en el ESPÍRITU SANTO, guiarnos, con nuestra colaboración, al puerto de la gozosa y eterna resurrección.

sábado, 17 de abril de 2010

ESTA ES NUESTRA VERDADERA HERENCIA.



Podemos desear lo que queremos que suceda, o lo que nos gustaría que sucediese y en nuestros deseos buscamos no la verdad sino la verdad que nosotros queremos encontrar. Son nuestros propios autoengaños y traiciones que nos impiden ver la realidad y la distorsiona presentándonos lo que nos gustaría pero no lo que realmente es.

Cuando nos enfrentamos a la realidad somos propenso a mirar hacia otro lado, precisamente cuando lo que vemos no nos gusta o nos exige un cambio de actitudes que nos obliga a luchar contra nosotros mismos. Todo cambio implica el liberarnos de aquello que necesitamos cambiar, y eso supone una lucha dura y constante.

Si queremos dejar de fumar necesitamos poner a tope nuestra voluntad y cambiar de ambientes que no nos arrastre o exijan una dosis a tope de voluntad. Se hace necesario, para el cambio, un gran esfuerzo que demanda, previamente, una serena, tranquila, comprometida y profunda reflexión que posibilite afianzar y afirmar la decisión del cambio. Es lo que solemos llamar "experimentar el encuentro". Cuando se vive una experiencia, el efecto que ella produce en nosotros marca nuestra vida y predispone al cambio con todas sus consecuencias.

Y ahora, todos nos hemos preguntado, y lo seguiremos haciendo, ¿cual es nuestro destino?, ¿qué pintamos aquí en la tierra?, ¿de dónde hemos venido y qué pasará cuando acabe nuestra vida aquí en este mundo? Y, por mucho que queramos ignorarlo, esa es nuestra realidad y a lo que llegaremos tarde o temprano. Nada conseguiremos con dejarlo para otro momento, ni nada cambiará que no nos lo tomemos en serio o lo quitemos de nuestra vista. La hora llegará como ha llegado a muchos otros de nuestro familiares, amigos y conocidos.

Pues bien, nos guste o no nos guste, la realidad de lo que nos espera, creamos o no, es la que todos, o casi todos, sabemos y Sor Faustina de Kowalska han recibido en sus propias videncias, y que a continuación expongo, luego cada uno tomará su propia decisión, pues hay donde elegir.

Visión del Purgatorio

Mientras estaba en Skolimow, casi al final de su Postulantado, Santa Faustina le preguntó al Señor por quién mas debía orar y la noche siguiente tuvo esta visión. "Esa noche vi a mi ángel de la Guarda, quien me pidió que lo siguiera. En un momento me vi en un lugar lleno de fuego y de almas sufrientes. Estaban orando fervientemente por si mismas pero no era válido, solamente nosotras podemos ayudarlas. Las llamas que las quemaban no podían tocarme. Mi ángel de la guarda no me dejó sola ni un momento. Yo pregunté a las almas que es lo que mas las hacía sufrir. Ellas me contestaron que era el sentirse abandonadas por Dios...Vi a Nuestra Señora visitando a las almas del Purgatorio, la llamaban Estrella del Mar. Luego mi ángel guardián me pidió que regresáramos, al salir de esta prisión de sufrimiento, escuché la voz interior del Señor que decía: ‘Mi Misericordia no quiere esto, pero lo pide mi Justicia’".

Visión del Infierno

Durante un retiro de ocho días en octubre de 1936, se le mostró a Sor Faustina el abismo del infierno con sus varios tormentos, y por pedido de Jesús ella dejó una descripción de lo que se le permitió ver: "Hoy día fui llevada por un Ángel al abismo del infierno. Es un sitio de gran tormento. ¡Cuán terriblemente grande y, extenso es!. Las clases de torturas que vi:
La primera es la privación de Dios;
la segunda es el perpetuo remordimiento de conciencia;
la tercera es que la condición de uno nunca cambiará;

la cuarta
es el fuego que penetra en el alma sin destruirla -un sufrimiento terrible, ya que es puramente fuego espiritual,-prendido por la ira de Dios.
La quinta es una oscuridad continua y un olor sofocante terrible. A pesar de la oscuridad, las almas de los condenados se ven entre ellos;

la sexta
es la compañía constante de Satanás;
la séptima
es una angustia horrible, odio a Dios, palabras indecentes y blasfemia.
Estos son los tormentos que sufren los condenados, pero no es el fin de los sufrimientos. Existen tormentos especiales destinados para almas en particular. Estos son los tormentos de los sentidos. Cada alma pasa por sufrimientos terribles e indescriptibles, relacionado con el tipo de pecado que ha cometido.

Existen cavernas y fosas de tortura donde cada forma de agonía difiere de la otra. Yo hubiera fallecido a cada vista de las torturas si la Omnipotencia de Dios no me hubiera sostenido. Estoy escribiendo esto por orden de Dios, para que ninguna alma encuentre una excusa diciendo que no existe el infierno, o que nadie a estado ahí y por lo tanto, nadie puede describirlo."

El Señor fue preparando de esta forma el corazón de Santa Faustina para que por medio de su intercesión se salvaran muchas almas.

Visión del Cielo

El 27 de noviembre de 1936, cuando la debilidad la llevó a la cama, escribió la siguiente visión del cielo: "Hoy día, estuve en el cielo en espíritu, y vi sus bellezas incomparables y la felicidad que nos espera para después de la muerte. Cómo todas las criaturas alaban y dan gracias a Dios sin cesar...Esta fuente de felicidad es invariable en su esencia, pero es siempre nueva, derramando felicidad para todas las criaturas. Dios me ha hecho entender que hay una cosa de un valor infinito a Sus ojos, y eso es, el amor a Dios; amor, amor y nuevamente amor, y nada puede compararse a un solo acto de amor a Dios.

Dios en su gran majestad, es adorado por los espíritus celestiales, de acuerdo a sus grados de gracias y jerarquías en que son divididas, no me causó temor ni susto; mi alma estaba llena de paz y amor; y mientras más conozco la grandeza de Dios, más me alegro de que El sea El que es. Me regocijo inmensamente en Su grandeza y me alegro de que soy tan pequeña, ya que siendo tan pequeña, El me carga en Sus brazos y me aprieta a Su corazón" (777-780).

martes, 13 de abril de 2010

¿Este es el camino marcado por el feminismo ?


¡Aviado estamos!, porque las consecuencias están empezando a aparecer. Y no será por falta de decirlo, pues, por activa y pasiva las hemos ido denunciando y descubriendo hasta el extremo de cansarnos. No se puede ir contra la ley natural ni suplantar el rol que cada uno debe desempeñar. Somos personas iguales en derechos y dignidad, pero cada uno, el hombre y la mujer, tienen un papel diferente y complementario que constituye el núcleo familiar y la célula de la sociedad.

Y cuando se quiere destruir la esencia del núcleo familiar, se empieza por destruir a los miembros que la forman y en eso están empeñados unas serie de ideologías disparatadas y engañosas que irán a dar a su propia destrucción.

Todas esas corrientes feministas son un rechazo a la propia vocación natural de la mujer y, como tal, tarde o temprano verán que su camino está equivocado. Simplemente una observación: ¿Son hoy más felices que las de ayer? ¿Se sienten más realizadas y más mujeres que sus antepasadas? ¿O, posiblemente sean más esclavas, más sometidas a un consumismo descontrolado que las llevará a la soledad y frustración?

Haciendo un recorrido por este blog o por el de vivencias encontraran numerosas reflexiones que hablan de este nuevo problema que amenaza con destruir los pueblos, porque los pueblos que matan (abortos) y se desnaturalizan (Ley Natural) terminan destruyéndose. Y ese camino empieza a percibirse, como muestra esta reflexión que transcribo a continuación y que constata esta realidad.

La liberación no es lo que prometía

Muchas mujeres descubren cuánto han perdido con el feminismo
Autor: Ignacio Peyró | Fuente: albadigital.es
La clásica proclama del feminismo rezaba: “Una mujer necesita un hombre lo mismo que un pez necesita una bicicleta”. La atractiva escritora Lori Gottlieb, madre soltera y antigua feminista, es de las muchas que desmienten tal aserto: “Cada mujer que conozco -no importa el éxito o la ambición que tenga, ni su seguridad emocional y financiera- siente pánico (...) si llega a los treinta y ve que aún no está casada”.

Glosando la aludida frase, sin obviar su incorrección política, Gottlieb insiste: “Pregunta a cualquier mujer soltera de cuarenta años qué es lo que más desea en la vida, y seguramente no te dirá que lo que quiere es un trabajo mejor, una cintura más estrecha o un apartamento más grande. Lo más seguro es que te diga que lo que de verdad quiere es un marido y, por extensión, un hijo”.

Gottlieb confiesa que “es precisamente el no haberme casado lo que me hizo concluir que casarse es la mejor opción”. En una reunión casual con mujeres casadas, Gottlieb dice que “escucho letanías de quejas sobre sus maridos y me siento muy segura en mi decisión de esperar al hombre perfecto, sólo para darme cuenta de que ninguna de ellas se cambiaría por mí ni por un segundo”. Gottlieb no es sino una más de “esas mujeres solitarias que descubren cuánto han perdido gracias al feminismo”, según expresión de Tessa Cunningham.


El éxito antes que el hogar

Hoy, cerca de una de cada cinco mujeres que ronda los cuarenta años no tiene ningún hijo, una proporción que dobla la estadística de 1976. Las encuestas muestran que un setenta por ciento de mujeres se arrepienten de no haberlo tenido, y la familia ideal sigue constando de dos o tres niños, pero cada vez son menos las personas que viven en este tipo de familia.

El problema, según el sociólogo David Brooks, es que “las mujeres tienen más opciones sobre el tipo de vida que quieren llevar, pero no tienen más opciones sobre cómo secuenciar su vida”. “Las mujeres”, explica Cunningham, “adoctrinadas en la idea de que los hombres llevan vidas mejores, terminan valorando el éxito y el estatus sobre el hogar”, de modo que la decisión de tener niños se pospone indefinidamente, por presión laboral impuesta o voluntaria.

En La mentira de la maternidad tardía, una madre tardía, India Knight, señala que “el número de mujeres que tienen hijos más allá de los cuarenta años se ha doblado en tan sólo una década”, para desde este punto comenzar una larga diatriba “contra quienes piensan que la fecundación in vitro es algo así como inyectarse bótox”.

Es un modelo de embarazo para el que Knight -que lo ha probado- tiene palabras durísimas por ser una bomba hormonal. Pero la escritora inglesa va más allá: “A las mujeres de nuestra generación, el movimiento feminista nos ha colado una enorme mentira: que lo puedes tener todo -trabajo, éxito, dinero, estatus- y, después de conseguirlo, ponerte a tener tantos niños como quieras”.


Bolsas bajo los ojos

Ante la reciente ola de famosas como Madonna, que optan por la maternidad solitaria y tardía, Knight reacciona con crudeza, “opuesta a la consideración de que ser una madre mayor es una ambición maravillosa y fácil de conseguir (...) Están rotas, porque levantarte tres veces cada noche no es lo mismo cuando tienes cuarenta y tres años que cuando tienes veinticinco. Así logras grandes bolsas bajo los ojos y maridos que se dan cuenta y se preguntan qué fue de la mujer con la que se casaron”.

Por otra parte, los sacrificios de la maternidad son más amargos “cuando has tenido diez o veinte años de tiempo extra sólo para ti misma, y de pronto tienes que optar por la entrega absoluta”. De su propia experiencia, Knight tiene un consejo sobre marido e hijos que irritará a algunas feministas: “No esperes”.

Al hacer que las mujeres adopten una hoja de ruta para la vida más adecuada a los ritmos masculinos, son muchos los matrimonios que lamentan no tener niños o tener menos de los que hubieran querido. Pero, más allá de la natalidad, la revolución sexual ha tenido consecuencias imprevistas.

Pasados los treinta años de edad, y tras años de relaciones mejorables, la escritora Laura Nolan se pregunta: “¿Dónde están los hombres?”. Cunningham le da la respuesta: “El feminismo ha posibilitado que la mujer elija grandes carreras laborales, pero le ha robado la oportunidad de asentarse, ya que no han podido encontrar ningún hombre lo suficientemente ´masculino´ para estar preparado para el compromiso. La sociedad ya no otorga valor a los hombres que toman su responsabilidad”.

Así, de vuelta a Nolan, “lo que hay es una auténtica avalancha de ´hombres-niño´, que está dejando con un pasmo tremendo a toda una generación de mujeres solteras, de treinta y tantos años, que son sus parejas naturales”.

¿Es todo culpa de los hombres? Un hombre, Bernard Chapin, no lo cree así. Chapin considera que el modelo de mujer que encarna el Nuevo Orden Femenino (grandes trabajadoras, independientes, autónomas, consumistas) repele a los hombres por ser un modelo materialista y poco sensible a sus necesidades o las virtudes masculinas: “Cada vez más, las chicas buscan una amiga en su novio”, se queja otro comentarista.

Pero para tanta sorprendente soledad femenina hay más razones: la amenaza que los hombres sienten ante las leyes divorcistas o el hecho de que la liberación sexual desalienta el matrimonio con una múltiple oferta de sexo sin compromiso que alienta una “cultura de la inmadurez”, según define George Will.

Al igualar el papel de los sexos, concluye la citada Tessa Cunningham, “nos arriesgamos a producir hombres egoístas, irresponsables e infieles. Tal vez ayuden con la colada, pero no por ello van a respetar a la mujer ni a mostrar más compromiso”.

Así, “el hombre que se enamoraba y que pensaba que, al encontrar a una chica estupenda, lo que había que hacer era casarse con ella, se ha convertido en alguien que sólo busca un poco de diversión, y que afronta con enorme incomodidad cualquier relación de la que no pueda librarse con un sms”, dice la joven Nolan.

lunes, 5 de abril de 2010

POR ESO SOY CREYENTE EN JESÚS


Si JESÚS no hubiese resucitado sería inútil y de tonto estar proclamando su Mensaje, pues nada tendría sentido si todo acaba con la muerte, como le pasó a ÉL. Sus enemigos contemporáneos así lo creyeron, y sus enemigos de ahora siguen creyéndolo igual: Todo acaba con la muerte.

He repetido muchas veces que si realmente JESÚS no resucitó, entendería todo lo que está pasando y que lo primero e importante es conseguir poder, riquezas, bienestar, satisfacciones, hartarse de todo y darse la buena vida. ¡Son cuatro días y hay que aprovecharlo! ¡Hay que intentar ser feliz! Y felicidad la para los que nacemos y morimos como fin último de nuestra vida es darte todo el gusto y placer que puedas mientras recorre ese camino. No hay otra opción.

Sin embargo, ocurre que eso no es así, que la persona cuanto más se busca y se atiende no es más feliz. ¡Sí, consigue una felicidad rápida!, pero fugaz, instantánea que se desvanece pronto. Y enseguida se ve obligado a continuar la lucha sin cuartel por conseguir otro ratito de felicidad. Y en el recorrido de nuestra vida lograremos muy pocos ratitos felices y vuelta a empezar.

Por otro lado, resulta que en la media que te olvidas de ti, te entregas y das a los otros (pueden preguntarles a los que lo hacen) recibes un gozo, una paz y una serenidad que te hace sentirte inmensamente feliz y esa felicidad permanece, se queda, siempre está en tu interior dándote paz y sosiego. Y te empuja a entregarte más para recibir más. No se pierde la que ya tienes, sino que aumenta cuanto más te entregas y haces en favor de los demás.

Ahora, todo esto que sienten los que lo han experimentado, coincide con lo predicado por JESÚS: la felicidad sólo se encuentra en darte por amor a los demás: Y eso lo dijo ÉL, pero simultaneamente lo vivió. La Palabra y el ejemplo. No se puede dar más. Pero, al mismo tiempo, como eso es, al parecer, lo que el mundo no entiende, lo quitaron del medio y, "muerto el perro se acabó la rabia". Y cada uno a lo suyo.

Sin embargo, eso no fue sino el comienzo de la Verdad: CRISTO Resucitó y con ÉL todo cobra sentido y todo se vuelve Verdad. Y ahora pasará lo mismo, hagan lo que hagan, intenten lo que intenten sepan que CRISTO ha Resucitado y nada lo podrá vencer.

En la imposibilidad, por la premura del tiempo, y para que no se me olvida nadie, aprovecho para mandar desde aquí una feliz Pascua de Resurrección y un deseo: " Que sea un paso más para que el SEÑOR nos ilumine en comprender el camino de la Cruz.





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