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Los años de la dictadura en España fueron tiempos de cartillas de racionamiento, de penurias, de escasez... Pero también dicen que el hambre agudiza el ingenio y de eso en este país vamos "sobraos" (o eso me gusta creer).
En los años 40, debido a la guerra y el aislamiento internacional, en España escaseaban los alimentos. El gobierno decidió controlar las distribución de las mercancías, asignando a cada persona cierta cantidad de los productos básicos más escasos: azúcar, arroz, aceite, pan, judías... que había que recoger con la cartilla de Racionamiento. Estas cartillas se establecieron el 14 de mayo de 1939 y se suprimieron en 1952.
En Canarias, por eso lo de papas, nací en el 1945, en plena época de racionamiento, y muy poco pude experimentar lo que otros, mayores dicen, pero próximo a la finalización de desaparecer dichas cartillas, si puedo empezar a recordar, tenía por entonces siete años, que no todo concuerda ni es como otros dicen. Además, las cosas no desaparecen de forma inmediata, sino que siempre quedan secuelas y eso lleva algunos años hasta su normalización.
Me ha contado, mi propia familia, que mi padre, no del régimen en el poder, aunque creo que tampoco del otro bando, simplemente un hombre que trabajaba y luchaba por sus derechos, estuvo a punto de ser extraditado a un campo de concentración, pero por circunstancias y coincidencias escapó de ello. Sin embargo, más tarde sufrió la persecución en su propio trabajo, comercio de ultramarino, donde era fiscalizada y controlada la caja que hacia diariamente.
Sin embargo, a pesar de estas imposiciones, mi padre, como muchos otros, prosperaron y vivieron, diría, bien, y, dentro de las dificultades, se tenía lo suficiente para tener una vida aceptable. Recuerdo mi juventud muy gratamente, mis 10, 11 0 15 años fueron normales y, aunque no había lo que hoy, nunca faltó lo esencial y hasta algunos dulces y caprichos. Tuve, como muchos otros, la oportunidad de estudiar y, a pesar de las penurias, había trabajo y cada año las cosas iban mejorando aunque siempre no llueve a gusto de todos. Las fiestas patronales eran maravillosas y, como niños, disfrutabamos de locura.
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Si es verdad que había un control, pero gracias a ese control, todas aquellas personas de buenas intenciones podían vivir una vida sana, con respeto y en paz. Si es verdad, que no podías expresar tus disidencias y forma de pensar, pero no te faltaba el pan, la seguridad y cierta libertad de movimiento. Eso sí, no te dejaban estropear o disentir de como ellos pensaban o hacían y siempre, como ocurre hoy, aparecían los aprovechados de turno para maltratar, robar o sacar beneficio de sus puestos privilegiados. Quizás la herencia de todo ello fue esa España, modelo de transición en paz y libertad, que hoy, los que la critican negativamente, están a punto de derrumbar imponiendo sus ideologías de forma dictatorial y manipuladora. Véase la dictadura de los medios y prensa, una forma nueva de imponer tus criterios de forma más suave pero mucho más dictatorial y peligrosa.
Claro, como en todas épocas, hubo quienes lo pasaron peor que otros y padecieron hambre y miserias. Pero, ¿es qué hoy en pleno siglo XXI, no pasa lo mismo? Reflexionaremos más tarde sobre ello.
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Funcionaba la distribución de alimentos mediante la asignación de una cartilla personal llamada "Cartilla de Racionamiento", que mediante cupones y previo pago de los mismos se asignaba a cada ciudadano, alimentos de primera necesidad. El suministro lo designaba la Comisaria General de Abastos que cada semana anunciaban públicamente el porcentaje, la cantidad y el precio de los alimentos que se adjudicaban. Cada ciudadano tenía asignado el proveedor o tienda de comestible que podía utilizar.
No puedo negar que, al tener mi familia un tienda de comestible, mis penurias fueron suavizadas, pero eso no supuso sufrir la opresión y el abuso de muchos aprovechados y manipuladores. ¿Es qué no los hay hoy?
Era imposible adquirir de forma legal cualquier alimento que no estuviera controlado por el Racionamiento, salvo que se acudiera al mercado negro que se llama "estraperlo" (hoy llamado especulación, mercado negro), con precios muy por encima de lo establecido por la Comisaría de Abastecimientos. Las personas que salían de la normativa legal tenían alto riesgos de ser condenados con penas de cárcel.
¿Y hoy? Resulta que te controlan la educación de tus hijos, al meno eso es lo que intentan. Te amenazan con no dejarte expresar por Intenet, quizás esta sea una de las últimas. Te destruyen la familia, matan a los niños inocentes nacidos en el vientre de sus madres...etc.
No te racionan los alimentos, vestidos, y otros, pero te atiborran hasta endeudarte y hacerte correr como locos. Te endeudan con tanta manipulación de ofertas y facilidades que pierdes tu propia autonomía y control. Hoy los que mandan lo hacen con más poder que los de ayer y, sin darte cuenta, lo que es más peligroso, te dirigen y manipulan. Parados y serenos no sé cuál dictadura es más peligrosa, porque la demagogia es el arte de mentir.
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Las cartillas eran de 1ª, 2ª o 3ª categorías en función del nivel social, el estado de salud y el tipo de trabajo del cabeza de familia. Los productos que se entregaban eran básicamente: garbanzos, batatas (boniatos en península),bacalao, aceite, azúcar y tocino; de cuando en cuando se encontraban maravillas como café, chocolate, menbrillo o jabón. Rara vez ser repartía carne, leche o huevos, que sólo se encontraba en el mercado negro
No eran unas medidas a capricho, sino que no había para más. Bien mirado, aparte los abusos de siempre, ¿o hoy no los hay?, las medidas estaban bien trazadas y se intentaba que todos pudieran vivir o sobrevivir. Soy consciente de que en el intento hay mucho abuso y, consecuencia de ello, muchos sufren penurias y miserias injustificadas.
Pero, miremos al presente, siglo XXI
Se presenta una tabla para hacer idea de los alimentos que se suministraba a cada persona por semana, que podía cambiar según las necesidades, cantidad y alimentos circulantes en cada momento según criterios de Comisaría de Abastecimientos.
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La leche era uno de los bienes más preciados en un país que libraba una batalla contra el hambre que dejaron las balas.
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Y esas balas no fueron de un bando solo, sino de una serie de hombres tozudos, irrespetuosos, soberbios, ambiciosos, dictatoriales, corrompidos, ávidos de poder, irresponsables, egoístas, que, sin tener en cuenta las consecuencias ni el sufrimiento de un pueblo, exacerbaron las masas, confundieron a los inocentes y levantaron a los ignorantes para enfrentarlos, unos contra otros, en pro de lograr sus objetivos.
Hoy, decenas de años después, la lista de la compra tiene muchas más posibilidades, pero la mayoría tiene que autorestringirse porque no le llega el sueldo, si lo tiene, para comprar lo que desea y llenar el estomago. Podemos decir de alguna forma que, aquellos que protestan por lo mal que lo pasaron ayer, hoy se lo hacen, ellos mismos, pasar a otro.
El pan que era negro, porque el blanco era un artículo de lujo, quedó reducido a 150 o 200 gramos por cartilla. Se tenía que contar con el permiso de las autoridades para hacer la matanza. Muchas veces en las casas se hacia el pan por la noche para evitar a los agentes de la Fiscalía, pero al día siguiente lo encontraban por el olor y descomisaban el pan. A veces la gente desenterraba los animales muertos y se los comía.
¿No ocurre hoy algo parecido, pero en el extremo opuesto? Alimentos peligrosos por ser cultivados con pesticidas, piensos de origen dudosos, hormonas y demás...etc., que van dirigidos a incrementar la producción o acelerarla para consumir y consumir. Alimentos ecológicos que son artículos de lujo solo al alcance de unos pocos. O alimentos exquisitos y bien cultivados demasiados caros para el ciudadano medio. ¿Estamos mejor?
Y sin la posibilidad de tus cabritas, gallinas y animales de corral que te abastecían, en aquella época, de muchas carencias que no podías conseguir. La leche, huevos, carne de pollo, palomas...etc., era alimento que muchas familias, en el campo todas, tenían acceso por albergar corrales en sus casas. Bien es que en todos los lugares no era igual, y también que todos no tuvimos esa suerte y posibilidad, pero como en todas las épocas, igual que ocurre hoy, hubo quien lo paso medianamente bien, otros mejor y otros peor hasta el punto de pasar miserias.
Lógicamente la cantidad de comida era insuficiente y la gente tenía que buscarse la vida. Lo gatos se degustaban por liebres ("dar gato por liebre"), papas a lo pobre, papas al Avión (papas hervidas con laurel y un toque de colorante marca "el Avión"), leche aguada, guisos de castañas y bellotas, achicoria por café... Pero el más curioso de todo: "tortilla de papas, sin papas ni huevos".
"La parte blanca de las naranjas situadas entre la cáscara y los gajos se apartaba y se ponía en remojo a modo de papas cortadas. Los huevos eran sustituidos por una mezcla formada por cuatro cucharadas de harina, diez de agua, una de bicarbonato, pimienta molida, aceite, sal y colorante para darle el tono de yema."
No sé cuál sería el resultado final de esta peculiar tortilla pero no me dirán que no era ingenioso.
Hoy, ocurre que sobra de todo, grandes restaurantes y bares exponen y ofrecen suculentos platos que hay que estudiar para conocerlo, pues las recetas son innumerables. La tele nos invade de programas de cocinas y de sorpresas culinarias cada día, pero la mayoría de la gente come lo mismo siempre, porque el bolsillo no le alcanza para más. Han pasado muchos años pero todo sigue igual. Ante no había casi nada, pero ese casi estaba al alcance de unos cuantos. Hoy hay mucho y para todos, pero sólo unos cuantos pueden acceder a ellos. ¿Se está mejor, peor o igual?
Marzo de 1947: Papas norteamericanas para los madrileños
Y con cartilla de racionamiento...
Publicado en el diario Ya el 1 de marzo de 1947
PAPAS NORTEAMERICANAS
PARA LOS MADRILEÑOS
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EPÍLOGO
Cada época tiene su parte buena y mala y hay que enjuiciarla según el contexto y cultura del momento vivido. Indudablemente que imponer las cosas por la fuerza no es el ideal ni el mejor camino, pero hay circunstancias que no permiten poder hacerlo de otra forma. Esa fue, al menos para mi, y soy hijo de la época, las circunstancias de aquellos años vividos que obligaron, no sin ir cargados de buenas intenciones, a tomar medidas dictatoriales y de mal gusto, perjudicando a muchos y beneficiando a otros.
Al margen quedan los aprovechados, los pelotas, los mentirosos, abusadores, los vira chaquetas, hoy tránsfugas, y gentuza de todo tipo que, como carroñas, aprovechan todo momento para enriquecerse, vanagloriarse, y beneficiarse a costa de los demás. Pero desde ahí no se puede enjuiciar una época y los motivos que la propiciaron. Porque la dictadura estuvo provocada por los años que la precedieron en la que los republicanos y hombres defensores de derechos y libertades no supieron llevarlas ni vivirlas.
El camino de la dictadura tiene de malo lo que significa imponerse por la fuerza, no por la razón, pero, esta en particular, a mi modo de ver, tuvo la buena intención, y como ideal, levantar un país sumido en la ruina y desmembrado políticamente. Fueron largos años de penuria y miserias para uno y menos para otros, pero la nave fue conducida a buen puerto y sus consecuencias, una transición modélica de la que hoy disfrutamos, hasta que los que los que se erigen en defensores y abanderados de la misma, a muerte con la otra, terminen con ella.
Porque hoy no hay gobierno, ni libertad, ni derechos ni autoridad, estamos entrando en un relativismo anárquico en que cada uno tira por donde le parece hasta que la casa se rompa.