En cierta ocasión, hace ya bastantes años, regresaba de Caleta Famara hacia Arrecife. Al llegar al final de la carretera que da salida a la general hay un stop bastante visible que te permite ver con bastante claridad quién viene desde la derecha o izquierda. Eso te permite con gran seguridad decidir parar o continuar una vez que, reducida la velocidad, compruebas que la vía está libre.
En el caso que nos ocupa, al ver que nadie venía tanto por la derecha como izquierda, decidí no parar totalmente, sino que deje ir el coche y continuar si parar totalmente. La policía, algo distante y al acecho, unos quinientos metros, me mandó parar más adelante. Pueden suponer lo que me dijeron: "buenos días, usted no ha hecho el stop señalado al salir a la vía principal". Les expliqué que al no venir nadie no vi la necesidad de parar totalmente, iba bastante despacio, casi parado, y salí a la vía.
Sin más dilación me contestó que un STOP significa parar totalmente, y eso significa dejar el coche desembragado y en punto muerto. venga o no venga nadie, y sin más procedió a multarme. Yo tuve que aceptarlo, pues así está escrito. Y esto es el fundamento en lo que quiero apoyar mi siguiente reflexión. Sí un stop significa parar totalmente, dejar sin vida a alguien es un asesinato. Y no vale darle vueltas a la cosa tratando de autotraicionarte y justificar algo que no tiene justificación. He aquí una de las muchas aplicaciones que tiene el descubrir nuestras propias autotraiciones,
pinchar aquí.
Si Eluana tenía vida y ahora no la tiene, no porque de forma natural la ha perdido, sino porque se la han provocado, eso es quitar la vida, o en otras palabras: "asesinar". Y eso está tipificado y recogido en el código penal. Todo lo que quieran alegar, prensa, medios televisivos, partidismo, familiares y quienes quieran, están autotraicionándose: "defendiendo una mentira que sentimos que no es así, porque de ella, la verdad, se derivan una series de responsabilidades que trastocan todas mis apetencias, mis deseos, mis egoísmos, y mi aparente felicidad".
Y la verdad es esta y no puede ser otra. La vida es un don superior en la cual no podemos decidir. Se puede equivocar el policía a aplicarme una multa, pues el espíritu de la ley puede estar mal interpretado, pero con la vida de una persona no se puede jugar a arriesgarse a equivocarse. La vida no nos pertenece para poder disponer de ella, ni la nuestra, y menos la de otra persona.
De la misma forma, constatamos que nuestra sociedad está cometiendo asesinatos diariamente al permitir el aborto. Miren, sé de una persona que el médico le ha dicho: "su niño ya se mueve y está formado; se le pueden ver las piernas, la cabecita; la misma madre lo vio a través de la pantalla". El embarazo tiene 12 semanas y un día. Ese niño que ya está garrapateando también existía antes, ¿o es que apareció de repente?.
Es evidente que la realidad no se puede tergiversar, y no podemos decir no, cuando hay que decir sí. Otra cosa son las consecuencias que derivan de dejar a una persona con vida, caso de Eluana, o dejar nacer a un niño. Esas son las consecuencias que justifican que se cambie la verdad, pero nunca, ni aquí ni donde quieran, será la verdad. La verdad sólo es una: "la vida tiene que ser respetada y nadie puede quitarla".
Y en el supuesto de no querer afrontar las consecuencias hay muchas personas que han levantado su voz para decir: "no los maten, dénnoslo a nosotros". Concretamente, en el caso de Eluana hay un equipo de personas que la atendían y que se ofrecían a seguir haciéndolo hasta que, de forma natural, la vida acabara. También, aquí aparece el autoengaño en forma de no poder aceptar que, más tarde ese hijo, o esa prueba de amor de las monjas en el cuidado de Elouana, nos hagan ver nuestro egoísmo y nuestro desamor.
En este apartado, también la sociedad se autotraiciona aceptando y defendiendo algo que justifica que, si a ellos les pasa, están ya justificados por los antecedentes expuesto, pero como el profeta Juan el Bautista, aunque le corten la cabeza, vivir con la mujer de tu hermano es adulterio y nada lo puede justificar. El amor es responsable y capaz, por su responsabilidad y entrega, de salvaguardar la fidelidad y el compromiso. Compromiso que se adquiere porque está impreso en el corazón del hombre (Ley Natural ), y porque, no se puede separar, DIOS nos lo revela.
De no haber ningún compromiso, de no tener ninguna referencia, ¿quién me interpela y me señala el camino?. Romperé mis compromisos según me parezca. Responderé a mis responsabilidades según mis intereses y egoísmos. Buscaré mis placeres según mis inclinaciones, gustos y apegos. Seré libre (autoengaño = libertinaje) para hacer lo que me da la gana, aún de dejar a muchos hijos, abortos, compañeras, familias...etc, sumidas y perjudicadas. ¿Es esto la libertad? ¿O, simplemente es el más puro libertinaje y la mayor esclavitud, a la que se pude llegar, de tus pasiones, apetencias y apegos? Es entonces cuando seremos unos verdaderos títeres en manos de otros títeres más inteligentes.