No trates de presentarte de otra forma. Eres quien eres, y Dios lo sabe. Él ha sido tu creador y sabe de tus debilidades y también de tus talentos. Sólo espera que tú te muestres tal como Él te ha creado, y que, desde tu libertad y voluntad, que te ha regalado, te esfuerces en ser como sientes y experimentas que quieres ser y no como tus debilidades y pasiones te empujan a ser.
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