La vida te sorprende en muchos momentos. Sus caminos no son siempre los que tú has pensado. Y eso es lo que la hace imprevisible y difícil; arriesgada e incierta; amenazante y peligrosa. Sin embargo, tu vida tiene una meta triunfante y feliz, porque está destinada a alcanzar la plenitud gozosa y eterna.
Sí, es verdad que llegar a ahí presenta curvas peligrosas y tentadoras. Curvas que te atraen y te seducen, y que te invitan a recorrerla sin mirar sus consecuencias. Es la inmediatez del placer y el éxito que tanto te gusta y te satisface instantáneamente. Pero, has de saber que, pronto, todo se queda vacío y hueco. Sólo lo que haces con verdadero amor perdura y te colma de felicidad.
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