Un término acuñado a darle un nuevo impulso a la proclamación de la Palabra de Dios. Es posible que cada época y cultura plantea nuevos retos y nuevas formas de vivir y de comunicarse. Eso también exige nuevos planteamientos a la hora de comunicar la misma verdad. Son los nuevos retos de la evolución de la cultura.
Sin embargo, la verdad siempre es verdad, y aunque se puede presentar de diversas maneras para que sea entendida o al menos escuchada, la mejor forma es vivirla en la naturalidad de la misma vida. Como solemos decir, un ejemplo alumbra mejor la palabra.
Observo, porque no lo conozco, desde hace muy pocos días, a una persona de unos cincuenta o más años. Quizás tenga menos o algunos más. No sabría precisar con exactitud, pero creo que eso es lo de menos. Esa persona al parecer es un vagabundo, o al menos lo aparenta. Su forma de vivir lo pone de manifiesto.
No es de mi pueblo y empecé a notar su presencia en las Eucaristías. Solía, ya no lo hace, empezar a tocar la flauta una vez terminada la Eucaristía, se situaba al lado de la puerta, con el fin de recaudar alguna moneda. Supongo que de eso vive o pretende vivir. En cierta ocasión hablé con él y por eso sé que no es da aquí. Le encanta la isla y hace elogios de ella y de su climatología.
No sé de sus convicciones, su fe o de su pensamiento, pero se observa feliz, habla bien y transmite una alegría que contagia. Esta mañana (18/12/12) me crucé con él en mi caminata diaria. Llevaba una mochila a su espalda, aparentemente bien pesada. Supongo que es su casa andante. Pero me impacto su alegría, su contagio de ir feliz, y su complacencia de todo lo que le rodea. Dedicó una mirada de simpatía y complicidad a mi perro que despertó en mí todos estos pensamientos.
Pasos más adelante pensé: ¿Dónde va? ¿Cómo va a dormir y pasar el tiempo? Posiblemente es una persona desapegada que camina y vive la alegría de caminar. ¿No tiene la comodidad de una casa, de un sofá, de una aceptable comida, de una sobremesa con café...? Y sin embargo parece feliz.
Me pregunté. ¿Será este el camino de la nueva evangelización?
No me refiero a la manera de vivir, o a la forma de transmitirlo. Me refiero que lo que hay que hacer es vivir lo que crees con naturalidad, con alegría, con convencimiento, sin miramientos ni influencias externas, sin miedos al que dirán, sin apegos ni comodidades, sin tantas cosas que nos condicionan, nos encadenan y nos impiden pasar esa luz con la que queremos alumbrar.
Simplemente convencido, sin preocupaciones y viviendo con todas las consecuencias las alegría y sufrimientos que la vida nos va presentando. La vida cuando se vive en la verdad se transmite y contagia.
2 comentarios:
De la manera que lo explicas yo también me atrevo a evangelizar porque es mi vida la que predica, con la gracia de Dios.
Saludos, Salvador.
Claro que si, Militos. Hay más santos que lo que creemos, porque la santidad consiste en transmitir Amor, y eso es precisamente Dios.
Cada acto de amor (una sonrisa, un servicio gratuito, una compañía, una atención, un aceptarse y construir un mundo mejor...etc, son actos de amor que florecerán en el atardecer de nuestra vida y nos abrirán el corazón de nuestro Padre Dios.
Un fuerte abrazo en Xto. Jesús.
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