A menudo recibo correspondencia de muchas asociaciones o plataformas que no quiero nombrar que abogan por luchar contra las promesas incumplidas de los partidos. Ahora le toca el turno al PP, y mañana será otro, posiblemente el PSOE, a pesar de lo bajo que ha caído.
Se trata de los mismos perros con distintos collares, pero con los mismos ladridos e intenciones. ¿Qué esperamos a cambiar? Se nota que nos cuesta mucho hacerlo, y ellos, conocedores de esta debilidad o comodidad nuestra actúan a sus anchas e intereses. Nos autoengañamos y justificamos ese autoengaño distorsionando la realidad y esperando que hagan las cosas de otra manera.
Pero siempre pasa lo mismo, solo en las situaciones límites el hombre se interpela y se compromete, y se hace las preguntas que lleva dentro: ¿quién es? y ¿qué busca?. Sólo en situaciones límites el hombre actúa y busca lo que persigue: la felicidad y eternidad. Sólo en situaciones límites el hombre interrumpe su vida para dedicarle y prestarle los cuidados que necesita.
Pero, ¿de qué vida hablamos? Porque el hombre es un compuesto corporal y espiritual. Y tanto la vida corporal como la espiritual son de vital importancia. Sin embargo, la una, la corporal, es efímera y finita, mientras que la espiritual es eterna. Es de sentido común prestarle más cuidados a esa que a la otra, porque ella nos va a acompañar "Siempre", y dependiendo de su salud estaremos felices o no. Y también salvará a la que tiene fecha de caducidad y corrompida por el pecado.
Porque cuando se es honrado, justo y equitativo todo marcha bien. No hay agujeros económicos, ni tampoco evasiones y fugas de capital. Se administra solidariamente y justamente el dinero de todos. Hay sentido de la justicia, del honor, de fraternidad, de solidaridad... En resumen, se hacen las cosas bien y para el bien común. Se actúa en libertad, porque ser libre es actuar para el bien, es decir, dar amor. Y cuando así se vive y se convive, todo marcha bien.
Y en los momentos de flaqueza y pobreza, todo se lleva mejor y no hay tantas desigualdades. Las crisis siempre se miran bajo el aspecto económico, más volvemos a
caer en el autoengaño de siempre. No es del todo cierto esa mirada
económica. Sí, no se puede negar que la economía tiene su importancia en
la vida de los hombres, pero, como lo visto anteriormente, los valores y
virtudes que hacen a las personas dignas y justas son las que dan la
verdadera medida de las crisis de los pueblos. Y en las crisis
económicas las verdaderas causas están más en los valores y virtudes que
en el propio dinero. desigualdades o penurias.
Debemos buscar a los hombres que encarnen esos valores y virtudes, y que estén dispuestos a darse en bien de todos y para todos. Debemos buscar a esos hombres que formen partidos que luchen por la verdadera libertad, por la dignidad y la justicia. Hombres que protejan la familia, que estén dispuestos a construir la sociedad como consecuencia de estar formadas por familias que hacen pueblos y que su origen está en la células que son las familias. Y eso no depende sino de que tu voto empiece a mirar para otro lado. Pronto, en pocos años, veremos los frutos.
1 comentario:
Dicen que quien no conoce su historia está condenado a repetirla.
Quiero decir con esto que para que un hombre o mujer tenga constancia de "su" historia ha de ser constante, fiel a sí mismo. Y desde esta perspectiva conocerse y conocer al prójimo.
Y, como hay cosas y conceptos "académicos" que han de aprenderse en academias, hay sentimientos y vivezas que sólo se aprenden en familia
Un abrazo
al + mc
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