Jesús se entrega,
sabe que le espera y no se esconde. Acepta voluntariamente esa culpa de la que
se sabe inocente. Entrega su vida porque quiere redimirnos de las nuestras.
Sabe que solo perdonando seremos también nosotros perdonados y acepta el reto. Es
condenado y asume esa condenación en silencio, como oveja llevada al matadero.
Es la Voluntad del
padre y sabe que el Padre nos ama con una Infinita Misericordia. Y Él se ha
ofrecido voluntariamente a hacer lo mismo. Entrega su Vida para salvar las
nuestras. Sin embargo, no somos consciente de lo que realmente ha hecho el
Señor con nosotros. Al menos a mí me sucede eso y quiero asombrarme, darme
cuenta de la Gracia que recibimos gratuitamente de nuestro Padre Dios.
Nos entrega a su Hijo amado, el predilecto para que reaccionemos y nos demos cuenta de su Infinito Amor y Misericordia. La cruz se va a convertir en signo de salvación, porque solo aceptándola como la aceptó Jesús seremos salvados. Nuestra victoria está en el perdón. Es eso lo que nos enseña Jesús, el Hijo, en la oración del Padrenuestro: … y perdónanos como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden… Ese es el Camino, la Verdad y la Vida, tomar nuestra propia cruz y abrazarla junto a nuestro Señor ofreciéndola por todos nuestro pecados y acogiéndonos a la Infinita Misericordia de nuestro Padre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario